Fusiles de guerra, ametralladoras, granadas, handies con frecuencia policial y siete autos de alta gama. Todo eso –y más– formaba parte del armamento con el que operaba una banda especializada en asaltos a bancos y secuestros extorsivos y que fue desarticulada por la Bonaerense tras detener a cuatro de sus integrantes. La Banda del FAL, apodada así por el fusil que empleaban para realizar sus delitos, era investigada, entre otros casos, por el asesinato al empresario Aldo Venturini el pasado 31 de enero en Florencio Varela. Según fuentes ministeriales, al cierre de esta edición, otro hombre acusado de integrar la organización debía ser detenido cuando el avión con el que viajaba desde Miami se posara en Ezeiza. 

El operativo policial que desarmó a la Banda del FAL fue ordenado, hace dos días, por el fiscal Mariano Magaz, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Tigre. La orden de allanamiento podría haber sido solicitada por las fiscalías de Florencio Varela, Pilar o Morón, e incluso de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese). Es que la banda registraba más de 50 episodios, que variaban desde asaltos a bancos y cajeros automáticos con una maza “anti-blindex”, secuestros exprés, robo de autos de lujo, repartidos entre distintos barrios de la CABA y localidades del conurbano bonaerense. Ayer al mediodía, con más de catorce operativos, uniformados de la Bonaerense detuvieron al presunto líder de la organización y a tres de sus colegas:  Maximiliano “Pachu” Peñaflor, Juan Carlos Mendoza, Laureano Nievas Torres y Rodrigo Miños. 

Además de las cuatro detenciones, un vocero del Ministerio de Seguridad bonaerense informó que en los allanamientos fueron secuestrados “dos fusiles FAL, un fusil R15, una pistola Glock –misma arma con la que fue asesinado Venturini–, dos ametralladoras, seis pistolas calibre nueve milímetros, una granada de humo y cuatro chalecos antibalas”. A su vez, en uno de los depósitos que la banda tenía en el Conurbano, los sospechosos guardaban siete autos de alta gama, además de contar con handies con frecuencia policial, 90 mil pesos y 3300 dólares.

La pista sobre los posibles paraderos de todos los miembros de “la banda del FAL” era seguida, desde hace varios meses, por una mesa de trabajo compuesta por los fiscales Mariana Dongiovanni, Mariano Magaz y Sebastián Basso (de las UFI de Florencio Varela, Tigre y Morón, respectivamente) y coordinada por la Ufese, cuyo titular es Santiago Marquevich. El principal apuntado era “Pachu” Peñaflor, presunto líder del grupo que en los 2000 ideó varios secuestros extorsivos, entre ellos, el del padre de Pablo Echarri, Antonio, en 2002. Tiempo después fue condenado a 30 años de prisión por otro secuestro, aunque Peñaflor recuperó su libertad el año pasado.

Un vocero de la Ufese aseguró a PáginaI12 que “desde principio de este año comenzó una investigación en conjunto ya que varios secuestros y robos, en los últimos meses, tenían ciertos modismos y características similares”, y agregó que “los cuatro hombres fueron identificados a partir de cruces de llamadas, aporte de testigos y análisis de vídeos de cámaras de seguridad que grabaron los delitos”. La misma fuente indicó que los detenidos fueron trasladados desde la UFI de Tigre hasta la dependencia judicial de Florencio Varela para ser indagados por el crimen de Venturini, dueño de una cadena de distribución de cigarrillos quien tenía 6 millones de pesos para depositar al momento de su asesinato, y no descartan “pedir el traslado a la Ufese para avanzar con la investigación de cuatro secuestros, registrados en 2017, que ocurrieron en las localidades de Campana, Morón, Vicente López y San Isidro”.

Según las fuentes, faltan piezas para completar la desarticulación de la banda de delincuentes. Esta madrugada otro de los sospechosos, que volaba desde Miami hasta el aeropuerto de Ezeiza, era esperado por personal de la Bonaerense y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para ser detenido. “Por una cuestión de horas, el sospechoso se subió al avión sin saber que era buscado, sino la situación sería totalmente diferente”, indicó a este diario, en medio de cruces entre fuerzas por la filtración de información, un vocero del Ministerio de Seguridad bonaerense.