Luego de la polémica por el uso o no de las táser que se sucitó tras la muerte del policía Juan Roldán, el Gobierno porteño anunció que comprará 300 de esas pistolas eléctricas, que disparan dos dardos que producen una descarga de 50 mil voltios. Pero el anuncio no dio ninguna prescición sobre cómo se reglamentará su uso. Es por eso que la legisladora Claudia Neira (Frente de Todos) presentó un pedido de informes sobre qué sectores de la Policía de la Ciudad usarán eventualmente esas armas, con qué protocolos y, sobre todo, cómo serán capacitados en su uso. Además, pidió saber el costo de las compras, si tienen planeadas nuevas licitaciones a futuro y en qué datos técnicos se basan.

El pedido de informes llega luego de que el vicejefe Diego Santilli, a cargo del área de seguridad, contara que se reactivó una licitación para comprar tásers que es había frenado por la pandemia. "Hay que dotar a la policía de las herramientas necesarias para desempeñar su trabajo con armas de baja letalidad, como una tonfa, una pistola Taser: hay que ir equipándolos”, sostuvo Santilli, quien argumentó que prefiere que  que la policía “utilice estos dispositivos antes que un arma de fuego”.

No obstante, no es la primera vez que dicen que van a comprar Tasers, aunque los números varían. En septiembre, el secretario de Justicia, Marcelo D'Alessandro también aseguró que por la pandemia "no pudimos contar con la importación de 1500 táser que teníamos pensado comprar". Otras fuentes hablaban en enero de 2019 de comprar de 400 táser, o bien de 60 táser en junio de ese año. Ahora Santilli dijo que serían 300 táser, pero que "no va a tener toda la fuerza se seguridad la pistola Taser. La vamos a usar en lugares adecuados y protocolizados por nosotros".

Por el momento, la Policía de la Ciudad no cuenta con un número significativo de Tasers, sobre todo si se tiene en cuenta que tiene unos 25 mil policías. Y las fuerzas federales, tienen las cien que compró Patricia Bullrich (para 90 mil policías) y que Sabina Frederic asignó a las fuerzas de elite.

Las únicas Taser que el Gobierno porteño llegó a adquirir fueron las cinco para una prueba piloto durante la gestión de Mauricio Macri y con Guillermo Montenegro como ministro de Seguridad. Allí comenzaron los repudios de organismos de derechos humanos y las acciones judicales: hubo fallos de primera y segunda instancia que prohibieron el uso de estas armas, pero el Tribunal Superior de Justicia porteño las avaló y la Corte Suprema rechazó tomar el tema, con lo que dejó vía libre a su uso.

Los denunciantes advertían que según un informe de Amnistía Internacional en Estados Unidos, entre 2000 y 2007, las táser mataron a 334 personas, de las que sólo 33 tenían armas y sólo cuatro de ellas era de fuego. Más del 90 por ciento de las víctimas estaban desarmadas, lo que desencadenó cientos de juicios. Es por eso que la empresa que las fabrica colocó un disclaimer con todo lo que pueden producir esas armas -incluído "el riesgo de morir o de un daño severo"- y las rotuló como armas "menos letales". El Comité contra la Tortura de la ONU las clasifica así: “Provocan un dolor intenso, constituye una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte”.

Con la nueva polémica y el nuevo anuncio de compra de Tasers no hubo demasiados detalles de cómo se usarán. Por eso la legisladora del Frente de Todos Claudia Neira pidió que se entreguen todos los detalles de cómo será esa compra de tásers que cuestan entre 500 y mil dólares. También si se comprarán chalecos antiapuñalamiento, que cuestan otros 300 dólares.

Pidió saber la cantidad precisa de estas armas, el costo, cómo piensan distribuirlas y de qué manera se capacitará a los policías que las usen. "Sus criterios de asignación deben estar acompañados por los informes técnicos pertinentes. Y también la planificación de futuras adquisiciones", indicó la legisladora, que integra la Comisión de Seguridad de la Legislatura. 

Neira insistió en que deben ser asignadas con un criterio y un protocolo de uso. "En Inglaterra, por ejemplo, los policías de calle solo usan tonfa y gas pimienta. No es que tenga que ser así acá, pero sí que cada policía, a partir de un análisis, cuenta con determinadas herramientas", indicó. "No se trata de hacer un debate Taser sí o no,  sino de que expliquen que análisis y planificación tienen para decidir qué armas debe usar la Policía de la Ciudad", advirtió en diálogo con este diario.