A partir de hoy comienza el encuentro virtual "Los patrimonios son políticos. Patrimonios y políticas culturales en clave de género", organizado por el Museo Nacional “José A. Terry” de Tilcara y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu). Hasta el 10 de octubre se podrá participar de diálogos, foros, talleres y puestas artísticas virtuales, para reflexionar sobre el lugar que ocuparon y ocupan las mujeres y las diversidades en la cultura. 

Las actividades se transmitirán en vivo, de forma abierta y gratuita por las redes sociales del Museo Nacional y de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNJu. Toda la información del evento está disponible en la web del museo. 

Sus organizadores, tanto la becaria del Conicet-UNJu y coordinadora del Encuentro, Ana Laura Elbirt, y el director del Museo Nacional “José A. Terry”, Juan Ignacio Muñoz, se propusieron generar un debate amplio, federal y diverso acerca de la igualdad de género en el campo patrimonial, en particular, y cultural. 

"Entendemos que este tipo de debates contribuyen al diseño de políticas culturales inclusivas que fomenten el acceso, la participación, la redistribución y el reconocimiento de las mujeres, las diversidades y disidencias en el campo artístico-cultural", manifestaron a Salta/12. 

Para alcanzar este objetivo, el Encuentro se sostiene en la participación de investigadoras especializadas en la temática, artistas y gestoras culturales que trabajan en la órbita estatal y comunitaria en todo el país y la región. Entre las invitadas se encuentran Rita Segato, Dora Barrancos, Magui Choquevilca, Ana Longoni, Karina Bidaseca, Eugenia Mur, Elvira Espejo, Marisa Baldasarre y Nora Benaglia, entre otras.

En 2017 el Sistema de Información Cultural de la Argentina publicó un análisis sobre el acceso y la participación de las mujeres en el consumo y el mercado de trabajo a nivel nacional. Allí se destacó que en el ámbito de la cultura comunitaria, participan un 48% de mujeres y un 52% de hombres, acortando la brecha entre ambos. 

Sin embargo, esa casi paridad no se traducía en los cargos de dirección, organización y gestión, dado que el 75% de los cargos estaban en manos de los hombres mientras que las mujeres participaban en un 56% en calidad de colaboradoras y/o voluntarias.

Tanto para Elbirt como para Muñoz, la estadística muestra un fenómeno donde "las mujeres participan activamente en el campo cultural" pero "no ocupan espacios decisorios y estratégicos. Están, en definitiva, subrepresentadas a nivel dirigencial".

El evento coloca como eje central la perspectiva de género en el campo cultural y eso involucra hasta el mismo nombre del Museo, que reconoce al artista Terry (1878-1954), pero no a su esposa, Amalia Amoedo, a pesar de que fue una gran gestora cultural en esos años.

Elbirt explicó que el enfoque de género implica visibilizar y reconocer el trabajo de mujeres como Amalia Amoedo, "que pasaron a la historia oficial como esposas, madres o parientes de artistas hombres, pero que, sin embargo, trabajaron en distintos procesos de producción de bienes culturales", destacó. 

Cuestionar la propia cultura

Los organizadores manifestaron que por mucho tiempo las mujeres fueron colocadas del lado de la naturaleza, de lo irracional o lo salvaje, es decir, "no como portadoras de prácticas y expresiones culturales". Por lo tanto, para pensar la cultura desde una perspectiva de género es necesario cuestionar el propio concepto de cultura que ha primado durante siglos. 

"La cultura son los significados que nos permiten otorgarle un sentido a la experiencia y a nuestras acciones cotidianas", destacaron. A través de ella es que se naturalizan los prejuicios y estereotipos en la sociedad, llevando a la conclusión de que "la base de todas las desigualdades sociales, entre las que se encuentra la desigualdad de género, es cultural"

Por lo tanto, la cultura no es sólo creación sino reproducción de desigualdades. En contraposición, también puede "asumir un rol liberador". En este sentido, se puede generar un espacio "crítico" y "creativo", dando la posibilidad a las instituciones especializadas de que constribuyan a los procesos de construcción de la igualdad de género. 

Por eso, pensar en acciones que lleven al escenario de igualdad en la cultura, implica la articulación coherente y sostenida de instituciones y organizaciones de la sociedad, donde se puedan diseñar e implementar actividades a corto, mediano y largo plazo.

A modo de ejemplo y como acción inmediata, recordaron el cupo de mujeres en los escenarios y espectáculos musicales, pero que aún "no alcanza por sí misma la igualdad de género". Otra medida, sería la creación de observatorios en los espacios laborales y sistemas de medición o estadística. 

"Muchas veces se comete el error de trabajar sobre ideas, en lugar de hacerlo estratégicamente a partir de datos concretos", cuestionaron. Ante ello, indicaron que las capacitaciones que promueve la Ley Micaela o el mismo encuentro, "permiten acercarnos, poner en común experiencias y agendas de trabajo".