A pocas horas de abandonar el país, la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo una jornada de reuniones con el Gobierno, los sindicatos y empresarios para conocer de boca de estos actores aspectos técnicos del plan económico y el diagnóstico del contexto actual y lo que vendrá.

Ayer por la mañana se encontraron con la Unión Industrial Argentina (UIA), luego volvieron al ministerio de Economía donde charlaron con el ministro Martín Guzmán y el secretario de Energía, Darío Martínez, sobre el programa energético y las tarifas. Y a última hora, se sentaron con los popes de la CGT para escuchar las demandas de los sectores del trabajo y hasta avisaron que “no buscamos una reforma laboral”.

En la oficina de Guzmán, Julie Kozak, Trevor Alleyne y Luis Cubeddu, quienes encabezaron la misión técnica, charlaron de temas varios. Además de un repaso por la agenda de tarifas y subsidios, se les adelantó el plan estratégico de Energía y un detalle sobre el Plan Gas que llegará en los próximos días.

Guzmán y Martínez explicaron que, con esta iniciativa de fomento a la inversión con un mejor precio en pesos, el país podrá ver un ahorro en divisas al evitar la importación de fluido en barcos. Se espera que, a mediados de la semana próxima, el Presidente Alberto Fernández anuncie el Plan Gas 4 en el marco de una visita a Vaca Muerta. Naturalmente, con Energía bajo la esfera de Economía y ante la escasez de divisas, Guzmán se transformó en un obsesivo observador de todo lo referido a achicar los gastos en dólares.

Con la UIA, protocolo

Con los sectores empresarios, la temática fue más que nada protocolar. A las 10 de la mañana, entraron al Hotel Hilton de Puerto Madero el presidente de la UIA, Miguel Acevedo, los vices Daniel Funes de Rioja y Luis Betnaza, más el economista jefe de la entidad, Diego Coatz. Cuando llegaron a la sala de reuniones, ya esperaban sentados y sin traductor los enviados del FMI.

“Acá hay una posibilidad importante de una recuperación sostenida, pero tiene que haber consensos”, arrancó Acevedo, en un encuentro en el que los enviados del FMI no soltaron prenda de sus planes para negociar y se limitaron a preguntar. El tema impositivo estuvo presente con alguna queja sobre la carga tributaria que llegó de Funes de Rioja, pero los enviados lo observaron como un tema no urgente en la agenda. Si, en cambio, el FMI se mostró activo en las preguntas sobre la situación de las divisas. El resto de la conversación, consultas muy protocolares, propias de estas visitas. 

La CGT jugó fuerte

Gerardo Martínez, líder de la UOCRA y representante internacional de la CGT, fue el anfitrión de un encuentro que arrancó pasadas las 18 horas y se extendió por más de dos horas. Con barbijos, se sentaron a la mesa el titular de la central obrera, Héctor Daer; el jefe de UPCN, Andrés Rodríguez, el titular de la UOM, Antonio Caló y una presencia importante en este contexto, la de Esteban “Gringo” Castro, secretario general de CTEP y referente de los movimientos sociales.

El mensaje más relevante de esa charla fue una aclaración del FMI ante una pregunta de uno de los dirigentes gremiales. “No estamos buscando una reforma laboral”, explicaron los enviados, ante una consulta sustentada en reclamos históricos del organismo a los países que negocian deuda. Asimismo, Cubeddu y Kozak explicaron que los objetivos del Fondo para Argentina son “estabilizar la economía, disciplina fiscal y muy fuerte acompañamiento de políticas de protección social”.

A diferencia de lo que ocurrió con los empresarios, la CGT jugó más fuerte en un respaldo político profundo al Gobierno. Y hasta recapitularon cómo el país quedó luego de la herencia de Cambiemos. Remarcaron que la actual situación de “endeudamiento desproporcionado e insustentable, consecuencia de la gestión gubernamental encabezada por el ex Presidente Mauricio Macri, no resulta ajena a esa institución y que en ese sentido demandamos de las autoridades del FMI la necesidad de comprometerse a una negociación realista y flexible respecto de las posibilidades que tiene nuestro país para afrontar sus compromisos de pago, comprometiéndose en la búsqueda de una solución que garantice la sustentabilidad macroeconómica que permita un desarrollo inclusivo desde el punto de vista social y laboral”.

La CGT consideró además que la recuperación económica debe considerar, ante todo, la creación de trabajo. Y agregó que “la deuda no puede pagarse a expensas del sacrificio y la pobreza de los trabajadores, que ya están atravesando una situación lo suficientemente crítica como para que se le pidan más esfuerzos”. 

Tras manifestar la preocupación por la pobreza y desempleo, la dirigencia sindical manifestó un "contundente apoyo al gobierno nacional en el trazado de sus líneas de negociación que posibilitaron la reestructuración con los tenedores de deuda privados y respalda del mismo modo al gobierno en una estrategia de negociación con el FMI que priorice las posibilidades de recuperación económica del país".