A dos años de su bautismo a fuego en las pistas de baile de la capital argentina, Roman Flügel no esconde su alegría ni su ansiedad por volver a Buenos Aires. No obstante, si en aquella ocasión vino respaldado por Happiness is Happiness (2014), un discazo que dejó de manifiesto su debilidad por el pop de sintetizadores y el krautrock, el productor y DJ alemán vuelve en esta ocasión con su más reciente trabajo: All The Right Noises (2016), luego de explorar con los tambores polirrítmicos en su EP Verschiebung. El tercer álbum del fundador de la mítica agrupación Alter Ego recrea atmósferas y sonidos reconocibles en su obra reciente, próximos a los estados contemplativos. Aunque esto es lo más lejano que el artista nativo de Frankfurt consiguió desviarse de la pista de baile.

“La libertad artística siempre fue una parte profunda de mi trabajo y no debería haber límites cuando estoy en el estudio”, explica Flügel acerca de un disco que, pese a que se libró del formato al que tiene acostumbrado a su público, estuvo considerado entre los mejores de la electrónica del año pasado. “El proceso para deshacerse de los patrones a veces no es fácil. All The Right Noises se encuentra menos arraigado al dancefloor que los últimos dos álbumes. La reducción de las pistas de ritmo, más la simplicidad, da a la mente la capacidad de respirar.”

Igual, sería muy odioso pensar que existe un manual para ahondar en su música: “Será mejor que lo deje al oyente. No tengo intenciones de dictar a nadie cómo consumir mi música. Tan pronto se publica, no hay manera de controlar las opiniones. Supongo que es una parte muy importante de ser un artista de estudio”.

Con más de un cuarto de siglo en la electrónica, este alemán que es capaz de pasar del IDM al house sin perder sus dotes también tiene la cualidad de despachar en sus notas títulos espectaculares. “La EDM me recuerda al glam metal”, le dijo al NO en 2015. Y ahora afirma que All The Right Noises es su mejor producción. “No tengo la menor duda”, expedita quien hizo su primer mixtape a los 12 años y ahora tiene 46.

“Me siento bastante seguro acerca de esa sensación. Me gusta esto porque me da la oportunidad de comunicarme a otro nivel. Soy una persona reservada y la publicación de mis tracks es una manera de superar mi aislamiento.” Pese a ello, el artífice alemán encontró una manera personal de conectar con el público en sus sets: “Si consigo un ritmo y la gente se prende, se genera un toma y daca. Y adoro eso. Ahí radica la magia de un DJ”.

* Viernes 7/4 en Fiesta Undertones, Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 23.