5.000 caracteres sin espacio. Tema de actualidad. Empiezo a escribir y el Word va contando los caracteres, puedo elegir con o sin espacios. Sin espacio, aclaraba más arriba, 148 van hasta ahora, ya algunos más, en realidad, podría seguir corrigiendo la cantidad de caracteres a cada nueva letra tecleada y escribir una crónica sobre esto: la imposibilidad de medir en el transcurso, de fijar el proceso.

Los caracteres –las letras, las palabras- sólo pueden medirse cuando ya todo terminó, por ahora tengo 457, ni un diez por ciento, estamos bien. Me preocupa un poco más la segunda parte de la consigna inicial: TEMA DE ACTUALIDAD.

Me pregunto si tendré que indagar en el diario de hoy, buscando en sus portadas, o en la segunda o tercera hoja, para no ser tan obvia. Tendría que mirar varios diarios, porque para algunos la noticia de tapa del día de hoy corresponde a los espías, para otros a los jueces, otros se dejan llevar por el fuego que incendia medio país o por la producción como herramienta para frenar el dólar.

La pandemia no aparece casi en ninguna tapa, va quedando relegada a las páginas interiores, como si no siguiera marcando nuestras vidas, como si ya hubiera perdido estatus de actualidad. Para colmo de males, y aumentar mi confusión, esta crónica, si es que alguna vez se publica, llegará a los lectores en una o dos semanas… tal vez más… ¿Seguirá la actualidad de hoy siendo la actualidad dentro de 20 días?

Vayamos a la fuente, internet siempre viene a socorrerte:

Actualidad:

1. s. f. Tiempo presente

en la actualidad, existe una extendida desconfianza hacia los organismos públicos”.

Ahora:

2. Cosa o suceso que atrae la atención de la gente en un

momento dado.

Novedad:

3. de actualidad loc. adj. Que interesa por su novedad “una noticia de rabiosa actualidad”.

Pueden googlear y ver que no estoy inventando nada, así está, textual. Como preguntar en el buscador por “Lo Real” y que conteste “L´Oreal”. El Gran Diccionario de la Lengua Española elige para hablar de la actualidad, la extendida desconfianza hacia el estado y las noticias rabiosas. ¿Será eso lo que define la actualidad actual (con perdón por la redundancia)? ¿La desconfianza y la rabia serán los nuevos tópicos para pensarnos?

No sé, pero tampoco me ayuda. Lo que quiero averiguar no tiene que ver con las cosas, tiene que ver con el tiempo, vuelvo a leer: presente/ ahora/ momento dado/ novedad.

¿Ya perdió estado de actualidad la foto del niño sirio ahogado en las costas de Turquía, aunque miles de niños hayan quedado varados en Lesbos en los años siguientes y otros miles sigan muriendo, escapando de sus países arrasados?

¿Ya no pertenece a nuestro presente Wanda Tadei, las marchas del Ni una Menos, aunque desde el 2015 hasta hoy hayan muerto más de 1.200 mujeres, y sigue, y sigue?

¿Salieron de nuestro presente los muertos de Salta 2141, las víctimas de Once, el triple crimen de Villa Moreno, aunque la corrupción y la complicidad no tenga fecha de caducidad?

¿Dejó de ser novedad que el planeta se incendia en el Amazonas y se intoxica en los mega basureros chinos, aunque nos sigamos ahogando por las quemas en las islas?

¿Ya habrá pasado el momento dado, para pensar un proyecto impositivo donde los que más tienen paguen lo que deben, sin volteretas legales, ahora que la pandemia nos enfrenta como nunca a la desigualdad y las injusticias sociales?

¿Qué tiempo resiste “la novedad”? ¿Cuándo caduca “lo nuevo”? ¿Cómo hacemos para no ser engullidos por lo de “último momento”?

Igual que contando los caracteres de Word, “la actualidad” no me deja revisar los procesos, analizar los transcursos, me lleva directo a los finales, chau, cierro el archivo y a otra cosa mariposa.

Pero la vida no es así. No estamos formados por archivos separados que puedan medirse y darse por terminados. Llevamos a cuesta nuestra pequeña y doméstica historia, que se cruza con otras, igual de pequeñas e insignificantes, y arman un bollo donde lo presente y lo pasado no pueden separarse tan fácilmente, y donde el futuro es una loca y descabellada esperanza.

Ayer murió una actriz rosarina, muy joven, muy querida, Laura Carassai, ayer fue una noticia de actualidad, salió en el diario, llenó las redes, seguramente en unos días habrá dejado de ser actualidad, salvo para los que recordemos su sonrisa, amplia y luminosa, de buena gente.

3.537 caracteres. 1.463 caracteres más para hablar de un tema de actualidad. Leila Guerrero dice en una entrevista “…en general, los temas que tienen cercanía a algo feliz o bueno, espantan a los cronistas. Se aburren. Contar la felicidad es difícil.” Voy a intentarlo, algo feliz tiene que haber en nuestra maltrecha actualidad.

Mi vecina consiguió organizar una red en el barrio para llevar comida a los que no pueden salir, o no tienen plata para comprarla. Mis nietos descubrieron la Biblioteca Mafalda en una App y, cambiando el papel por la pantalla, están empezando a enamorarse de ella, tercera generación de fans.

El Ministerio de Salud de la Nación va a producir medicamentos esenciales. Un grupo de actores rosarinos está pensando en recuperar el teatro en la esquina de sus casas, habitar el pueblo, el barrio, la ciudad.

A Tito, 43 años, papá de dos niños, amigo de mi hijo desde que tenían 9 o 10 y jugaban juntos al fútbol en Renato, enfermo de cáncer con tratamiento quimioterápico, amputada una pierna, internado por Covid desde hace cuatro semanas, le acaban de dar el alta, vuelve a su casa.

Me quedan todavía 544. Voy a robarle algunos a Charly, no creo que se enoje.

 

“Ayer soñé con los hambrientos, los locos
Los que se fueron, los que están en prisión
Hoy desperté cantando esta canción
Que ya fue escrita hace tiempo atrás
Es necesario cantar de nuevo
Una vez más”