Al igual que David Bowie a través de su tema Neukölln o que Block Party con la canción Kreuzberg, el argentino Fonso también quiso dejar constancia de su paso por Berlín llamando a su nuevo disco como el barrio que adoptó entre marzo y noviembre de 2018: Wedding. "Está al norte de la ciudad. Es un barrio industrial, de alquileres baratos, que tiene a mucha gente turca y africana viviendo ahí, y donde hay poco turismo", describe el artista sobre el álbum que lanzó en setiembre. "El título ofrece una idea de cómo deben ser los colores e imágenes del lugar, así como las ideas del disco."

El también integrante de la banda Mansibal establece a través de estas 17 canciones un relato de sus días en la capital alemana. Si TXL (iniciales de Tegel, el aeropuerto más importante de Berlín) hace alusión a su llegada a esa ciudad, Wüste representa la vuelta a su Castelar natal. "La puerta de mi casa no se ve igual. ¿Dónde están las ventanas? ¿Dónde quedó la realidad?", se pregunta en el tema que cierra el repertorio. "El inicio no te anticipa nada, y el final es todo un quilombo. Es medio como me sentí", explica.

Fonso consumó este periplo no sólo cuando se había hecho un lugar en la escena local, sino también en medio de un viaje familiar. "Me sentía abrumado acá, y me interesó la idea de irme", recuerda. "Mientras estábamos en Berlín, les dije a mis viejos que me quedaría. Me atrajo porque es una cultura que no tiene nada que ver conmigo. Lloramos un montón, y les pedí que se quedaran tranquilos porque todo iba a salir bien. Tenía ideas, pero mucho miedo. Estaba más en plan de poder vivir tranquilo que de hacer música. Una vez que lo logré, me puse a componer."

Situación de música electrónica

Al remontarse al proceso creativo de su flamante álbum, el músico se refiere a esos temas como "tracks". "Fueron concebidos de esa manera", señala quien trabajó en la cocina de un restaurante italiano durante su exilio alemán. "Cuando les inventé una letra y los canté, en marzo de este año, empezaron a ser canciones. La diferencia para mí entre uno y otro es que la canción deja una huella sentimental, a diferencia del track. La intención original era grabarlos con una banda en un estudio, pero iba en contra de la idea de hacerlos en una situación de música electrónica."

Esto último tiene sentido, si tomamos en cuenta que la capital europea es el paraíso terrenal tanto de la música clásica como de la electrónica. "En Berlín empecé a consumir más música electrónica porque sí", justifica. "Quizá en ese momento comenzó a interesarme por la cuestión de la producción." Aunque en realidad, más que por el género, su afición surgió por las herramientas que la electrónica podía brindarle para manufacturar una canción. "Inevitablemente, es un disco de samples editados. Toqué muy pocos instrumentos. No hay ninguna guitarra."

Wedding, no obstante, es un trabajo estéticamente menos electrónico en comparación a Some Plays (2017), su álbum solista anterior. "La construcción es casi electrónica, pero al mismo tiempo no lo es. La diferencia pasa más por el lado de los sonidos. A pesar de que algo pueda sonar a un sintetizador, quizá no lo es", evade Fonso, quien al volver a Argentina ultimó los detalles del disco con su socio, Bandrio. "El hecho de que exista una duda al respecto está buenismo. El noventa por ciento está hecho así, y hasta a mí me costaba identificarlo."

Si bien artistas argentinos como Mueran Humanos, Catnapp o Patokai eligieron esa ciudad por su perfil contracultural, Fonso vivió en Berlín su propia película. "Me hubiera gustado contactar a Catnapp, pero no lo hice porque no fui con la idea de ser artista", reconoce el álter ego de Lucas Difonzo. "Más allá de que me encerré mucho a hacer música solo, sí fui a un montón de bares en los que se hacían jam sessions. Simplemente, tocaba con gente a la que no conocía y a la que quizá no veré nunca más. Y eso estuvo buenísimo."

Algo de esa experiencia la refleja el EP Anmeldung (2019), grabado en vivo en marzo de 2018, sin ensayo previo (tal como advierte el disco), en el bar Hangar 49 de Berlín. Por más que el idioma alemán orbite en su reciente obra, el cantautor y productor bonaerense apeló por el español y el inglés para sus canciones. "Me costó el alemán. Sólo aprendí a preguntar", afirma sin tapujos el autor de uno de los mejores discos nacionales de 2020. "Me gusta desconcertar no sólo a la gente, sino a mí también. En la zapada, la idea es que lo que suceda ahí no pase más."

Más allá de lo inmediato

Lo nuevo de Fonso está en Spotify y Bandcamp. Pero también es posible disfrutarlo en una web armada especialmente para esto, con diseño de AMATEUR(DOT)ROCKS y programación por Simulacro: https://fonso.wedding, donde cada canción tiene una imagen y un texto propio. "La idea no era contar una historia, sino acompañarla", expone el autor. "Algunos textos son de Felipe Sáez, poeta chileno que conocí allá; y otros de Eric Olsen, quien los escribió en función a los temas. La tapa y el diseño lo trabajamos con unos amigos. Hay además un track list que se puede escuchar como si fuera un reproductor."

A pesar de su hora de duración, la odisea de Wedding transcurre rápido a partir de un repertorio que exalta la canción y sus diferentes matices: desde la balada pop hasta el arrebato experimental. "Deseo en el fondo que sea escuchado cuando haya tiempo", comparte el músico, quien con Mansibal lanzó en julio su nuevo álbum, Mandrágora. "Siento que Wedding no es un disco inmediato. Tampoco fue pensado para eso. Lo que me deja intranquilo es que la gente piense que hay que consumirlo contemporáneamente a lo que sucede. Y eso no me gusta porque genera más ansiedad."

Al mismo tiempo que huye de las etiquetas, Fonso se sacude los clichés locales. "El populismo, el ídolo y el rock de estadios es el extremo contrario a lo experimental, que es tocar en una casa en una fecha autogestionada", ventila el de Zona Oeste, que aprovecha el show en vivo para hacer una música diametralmente opuesta a la de sus discos. "En Berlín hay un under que es bastante grande, por lo que no hay que ir a lo popular. Hay un lugar donde existe curiosidad. Acá es distinto: tenés tiempo para el que la rompe o para el que está re loco. No hay un punto medio que se disfrute."