Hace 35 años, en noviembre de 1985, se estrenó en los cines de Estados Unidos la secuela de terror más esperada, Pesadilla en lo profundo de la noche 2: La revancha de Freddy. El Monstruo de rostro quemado y dedos de navaja que asustó a millones de personas en 1984 volvía con la promesa de instalar traumas aún más difíciles de sanar. Freddy Krueger sigue asesinando de formas creativas a adolescentes inocentes, pero ahora comete cada crimen a través del cuerpo de un chico de 17 años muy singular: Jesse Walsh. Un estudiante que no es el típico adonis heterosexual de las películas de terror de la época. Él es la scream queen que sueña que Freddy Krueger roza sus labios con una de las cuchillas fálicas de su guante. Una tensión erótica digna de una escena caliente entre la Coca Sarli y Armando Bó. “Te necesito, Jesse”, le susurra al oído Freddy representando al deseo amenazante. Quien interpreta al adolescente que grita como una chica es Mark Patton. Un actor estadounidense de 26 años, rubio y con ojos color cielo, que fue elegido por sobre Brad Pitt y Christian Slater. 

Mark Patton sabía que estaba a punto de convertirse en una estrella de Hollywood. Era su gran momento, sin embargo, unas semanas después del estreno comenzó a vivir una pesadilla sin la profilaxis de los efectos especiales. El diario Village Voice describió a Pesadilla 2 como "Esta gran película gay". Fue a partir de ese artículo que los fans de Freddy Krueger rechazaron la secuela. Mark Patton se había vuelto una estrella en una sola noche, pero el papel que le otorgó esa fama fue el mismo que le cerró las puertas a otros trabajos por quedar encasillado en el rol de puto. 

PÁNICO SEXUAL

El 3 de octubre gran parte de todos los diarios tuvieron la misma portada: Rock Hudson había muerto de sida. En las calles la gente sostenía carteles que gritaban "Homosexuals are possessed by demons". El pánico y la homofobia en la industria del cine y la TV a mediados de los 80 era tan grande que nadie quería contratar a un actor gay. En los sets obligaban a los actores a testearse de VIH para ser contratados. Mark Patton quedó ligado a un personaje afeminado que era poseído por un demonio. Protagonista de una película que no tardó en ser catalogada de homofóbica por el subtexto de varias escenas: el adolescente cerrando los cajones con los cachetes del culo. Bailando amanerado al ritmo de la canción Touch me arriba de su cama con unos anteojos llenos de purpurina, sacudiendo un palo de madera apoyado en su ingle como si fuera la pija erecta. En una de las tantas pesadillas visita un bar sadomasoquista gay. Entra con la camisa abierta a Don's Place, clásico club nocturno gay de Springwood, en Ohio. El chico observa con la boca abierta cómo hombres forrados en cuero se lamen unos a otros. Alguno de ellos será condenado a una muerte violenta. Jesse sueña una y otra vez con Freddy Krueger, y cada vez que lo hace se despierta sudado. El monstruo acá es la homosexualidad que viene a convertir tu vida en un relato de terror.

Mark atravesó mil tormentos a partir del estreno de Pesadilla 2. Su pareja Timothy Patrick Murphy, el galán que hizo de Mickey en la recordada serie Dallas, murió de sida. Al poco tiempo quien enfermó fue Patton. Luego de estar al borde de la muerte escapó de Estados Unidos a México tratando de olvidar tanto sufrimiento. Allí permaneció en secreto hasta que muchísimxs fans LGBTIQ lograron traerlo de vuelta a las garras de Freddy Krueger. Las nuevas generaciones descubrieron en el personaje de Jesse Walsh un espejo donde reflejarse. Un impulso para salir del closet. Pesadilla 2 fue reapropiada por el colectivo. Ya no era una película homofóbica, ahora era una obra queer. “A veces siento que solo hice Pesadilla 2 para poder tener esta conversación ahora con el resto del mundo”, me dice Mark Patton, hoy con 62 años. 

El actor reapareció después de dos décadas de ausencia para ser parte del documental sobre la saga de Freddy Krueger, Never Sleep Again (2010). Con el objetivo de encontrarse con el guionista de Pesadilla 2, David Chaskin, a quien el actor hace cargo de la carga homofóbica de la película. Un encuentro que no sucedió. La pregunta es: ¿el mensaje homofóbico de Pesadilla 2 fue intencional? David Chaskin lo negó en un principio. Sin embargo, en una entrevista en 2009 despejó la duda: “La idea era que fuera homofóbica en lugar de homoerótica. Yo pienso que esas películas tienen un público demográficamente específico (varones jóvenes y heterosexuales) y traté de imaginar qué tipo de cosas realmente asustarían a ese público”.

Mark Patton esperó más de 30 años para enfrentarlo cara a cara y demostrar que Chaskin sabía bien que estaba haciendo una película de esas características. El actor necesitó contar la verdadera historia tras esa película de los 80 que le trajo tanto dolor. Dolor que decidió transformar en activismo a través de giras internacionales. En 2019 cerró las heridas produciendo el documental Scream, Queen! My Nightmare on Elm Street. Una película dirigida por Roman Chimienti y Tyler Jensen donde el mismo Patton narra cómo de víctima de Freddy Krueger se convirtió en un ícono gay. El largometraje pasó por decenas de países entre España y Yugoslavia, y hasta entró de contrabando en Rusia para ser proyectada en Moscú. Hoy todxs podemos ser testigxs de ese encuentro tenso frente a frente entre Mark Patton y David Chaskin. Sobre eso y muchos temas más SOY habló en exclusiva con el protagonista de esta historia: Mark Patton.

UNA HISTORIA DE TERROR

Apenas lo vio el director de Pesadilla 2, Jack Sholder, supo que Mark Patton era perfecto para el personaje por transmitir cierta fragilidad. Mark Patton venía de hacer una obra queer en Broadway junto a Cher y Karen Black. Come Back to the Five and Dime, Jimmy Dean, Jimmy Dean, dirigida por Robert Altman.

¿Qué te pasó cuando descubriste que Pesadilla 2 se había convertido en un ícono gay, y que para tantas personas gays se volvió una obra importante?

 

Lo descubrí, y para ser honesto, ayudé a crearlo. Participé en un documental llamado Never Sleep Again, pero no me gustó como mostraba a Pesadilla 2, por el efecto que había tenido en mi personalmente y en internet. Así que planeé un circuito de charlas que duraría tres años con el propósito de rehabilitar la imagen de Pesadilla 2, para tener de esa forma un lugar en internet que no fuera negativo. Lo que no podía haber imaginado en el comienzo es que eso culminaría en el documental Scream, Queen! My Nightmare on Elm Street que ahora se ve en todas partes y se utiliza para enseñar estudios de género en universidades alrededor del mundo. Si ves lo que está pasando con el mundo con la pandemia... en aquel momento nadie le puso atención al tema del sida, especialmente en Estados Unidos. No se le prestó atención a la gente que moría en las calles de esta enfermedad misteriosa por el solo hecho de estar emparentada a las personas homosexuales. Hubo mucho enojo al respecto, mucho enojo en la comunidad gay entre personas de mi edad porque perdí a todos mis amigos. No tengo amigos de mi edad, todos ellos murieron cuando tenían 20, 25, 30 años y fue como atravesar un holocausto. Mi juventud fue así, un funeral todos los fines de semana, hasta que al final dejé de ir a funerales. Eso continuó por una década y luego me enfermé yo. Esa es realmente la travesía de mi vida. Ya hice las paces con eso, tuve suerte. Tengo buena salud, buenas medicinas, no siento homofobia en mi vida pero a la vez sé que a la vuelta de la esquina hay alguien que vive avergonzado y temeroso. Yo quiero hablar por ellos.

LA PESADILLA CONTINÚA

Pesadilla 2 se volvió una película de culto y Freddy Krueger un monstruo eterno. Por eso es que Robert Englund, el actor debajo del rostro derretido, expresó más de una vez el deseo de realizar una remake de la película, pero esta vez mostrando a Jesse como un chico gay que salió del closet. “Me encantaría ser parte de la remake, aunque no como actor sino estando en el set proponiendo ideas. Hemos pasado 35 años con estos personajes y los conocemos mejor que nadie. Me gustaría que hicieran una miniserie para Netflix al estilo de American Horror Story, que durara 8 o 10 horas, y no 90 minutos”, cuenta Mark Patton.

¿Por qué decidiste volver al mundo de Pesadilla después de tantos años?

Me ofrecieron un contrato originalmente con Comic Con, London Film and Comic Con para firmar autógrafos alrededor del mundo y eso me dio una plataforma en la que podía expresarme. Así que pensé: ¿por qué perder la oportunidad si estoy en el foco de atención? ¿Por qué no hacer algo positivo? Entonces decidí hacer esto a lo largo de tres años. Armé un equipo e hicimos un programa: durante el primer año iba a hablar sobre bullying y homofobia. En el segundo año empecé a hablar acerca del VIH, y en el tercero anuncié que soy VIH positivo. Tengo seguidores que apoyaron la causa y antes de darnos cuenta ya estábamos haciendo el documental. Ahora me invitan a hablar en todo el mundo.

¿Cuándo pensaste que este regreso podía ser parte de tu activismo LGBT y VIH?

 

Si no fuera porque mi fama está ligada a Pesadilla 2, y eso me da cierta notoriedad, probablemente estaría gritando en la oscuridad. Si buscas "Mark Patton" en Google, el primer resultado soy yo y Pesadilla 2. Esa fue mi entrada a esta conversación. Muchas personas que conozco tienen historias similares pero no la fama conectada a ellas. En el mundo del horror todos conocen mi historia: que tuve sida, que soy VIH positivo, que me recuperé. Son conscientes de mi activismo, que es la parte más importante. Cuando tratas con una comunidad internacional es extraño porque todo varía mucho de país en país: en México el matrimonio gay es legal, mientras que en otro país es criminalizado. Por eso hay que mantenerse al tanto de los hechos para saber quiénes necesitan el mayor apoyo. Me encantaría ir a Moscú pero me arrestarían inmediatamente, y por eso no fuimos allí.

ENFRENTAR AL MONSTRUO

David Chaskin esquivó durante más de 30 años la posibilidad de cruzarse con Mark Patton. Así fue que no asistió a giras por Estados Unidos junto al director y varios actores y actrices. Finalmente, Chaskin aceptó ser parte del documental Scream, Queen!. Un careo donde Mark Patton mostrará pruebas en cámara para demostrar la existencia de la homofobia que el guionista negó durante muchos años.

Quisiste encontrarte con David Chaskin durante muchos años. ¿Te quedaron preguntas por hacerle o algo por decirle?

No. Cuando ves la entrevista te das cuenta que fue bastante conclusiva. Fue una reunión que tardó mucho tiempo en concretarse, porque él la canceló muchas veces. Y si yo fuera él no creo que me hubiera presentado. No hubiera permitido que me filmaran en una situación como esa. Fue muy emocional para mí. Pero no me di cuenta hasta que finalmente filmamos el peso que cargué todos esos años, y lo enojado que realmente estaba. No tanto hacia él sino hacia mi mismo por lo que había abandonado, porque tenía una carrera dorada. Todo estaba dado para que tomara el siguiente paso, y si hubiera hecho otra película después de Pesadilla 2 quizás hubiera tenido una larga carrera como actor y entonces no estaríamos teniendo esta conversación en lo absoluto.

¿Qué sentiste cuando lo viste a David Chaskin?

Cuando entré y vi a David por primera vez después de 30 años, y siendo él un hombre tan pequeño, pensé: "No puedo creer haberle dado tanto poder a esta persona." Él me pareció insignificante en ese momento. Y creo que eso se nota en el documental. Pero siento compasión por David. No digo que David y yo vayamos alguna vez a ser amigos, pero sin duda tenemos algo que nos une en esta vida. Hoy tengo empatía por David Chaskin. Porque creo que su historia probablemente también sea interesante, pero no soy la persona que tiene que contarla. Es una historia que él tiene que contar, si es que decide hacerlo. Mis preguntas de por qué hizo lo que hizo las respondió lo mejor que pudo. Al final de la película él no se disculpa de verdad. Sin revelar el fin del documental, él simplemente dice: "lamento que te sientas mal". Similar a un padre al decir "lamento que no te gustara tu infancia". Sin aceptar responsabilidad, solo diciendo que lo siente. Pero también entiendo que eso fue lo mejor que pudo hacer en esa situación, y de hecho me permitió volver a enfocarme en mí y asumir la responsabilidad por mí mismo.

¿El hacer el documental Scream, Queen! sanó algo del dolor que viviste de la experiencia de Pesadilla 2

 

Mi recorrido ha sido para cerrar las heridas, y me sané en el camino. Y aquí estoy, sentado al lado del mar, en una pequeña villa, y completamente en paz conmigo mismo. No sabía que este iba a ser el recorrido que haría cuando empecé. Tengo 62 años y estoy llegando al fin de mi vida pública. Pude contar mi historia y ese es un lujo que la mayoría no tiene. Que tus sentimientos sean heridos y volver atrás y decir: "No soy exactamente la persona que creían que era, soy más fuerte y mucho más poderoso, y quiero que pongan atención mientras les cuento lo que pasó realmente". Poder confrontar a esa persona que los lastimó cuando eran jóvenes y decirle: "¿Sabes qué? Te equivocaste conmigo, soy mucho más de lo que pensaste" es un regalo que desearía que todos pudieran tener.