Como cada 24 de noviembre, hoy es el Día de los empleados y empleadas del Concejo Deliberante salteño. La celebración tiene su comienzo en 1990, a partir de una iniciativa del sindicato que nuclea a los trabajadores de esta institución legislativa.

Pero la elección de esa fecha no es para nada azarosa: un 24 de noviembre de 1877, tras la sanción de la Ley Orgánica de Municipalidades N°174, se creó el Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Salta (en un principio llamado Concejo Municipal).

Por entonces, los poderes Ejecutivo y Legislativo de la ciudad no tenían delimitadas las funciones de manera tan precisa, ni poseían la misma autarquía que ostentan en la actualidad. De hecho, en el año de su fundación, se estableció que el cuerpo deliberativo sería presidido por el propio intendente capitalino: el doctor Benjamín Valdez.

Y si bien con el paso de los años se fueron diferenciando las dos esferas del gobierno local, esa indistinción original se mantuvo casi a lo largo de un siglo, en lo que se refiere a lo laboral.

“El Concejo funcionaba como una dependencia del Ejecutivo, tal como funcionan varios concejos del interior”, explicó Luis Rodríguez, secretario general del Sindicato de Empleados del Concejo Deliberante de Salta (SECoDe). En diálogo con Salta/12, el gremialista sostuvo que, si bien los trabajadores prestaban servicios en el edificio legislativo, “en el Ejecutivo se liquidaban los sueldos”.

Con el regreso de la democracia y favorecidos por la conformación del SECoDe, los empleados del Concejo Deliberante fueron produciendo el traspaso hacia la órbita legislativa. En ese sentido, “Lucho” Rodríguez manifestó: “Con la creación del sindicato se hizo una nueva escala salarial y un Estatuto del Concejo, con una nueva estructura de los empleados”, distinta a la de los trabajadores de la Municipalidad. Este proceso concluyó en noviembre de 2015, cuando se firmó el Convenio Colectivo de Trabajo que rige en la actualidad.

“Los concejales y cada uno de los presidentes que nos tocaron comprendieron la necesidad de diferenciarse y que el Concejo tuviera vida propia, como la tiene hoy”, afirmó Rodríguez.

La guía de Tito Murguía

Tito Murguía es empleado del Concejo Deliberante desde 1986 y se encuentra próximo a jubilarse. Su nombre no es ni sobrenombre ni pseudónimo, sino el mismo que tenían su padre y su abuelo, inmigrantes españoles.

Durante mucho tiempo trabajó en el Departamento de Servicios y fue en ese sector donde elaboró una “Guía práctica” para los vecinos y contribuyentes que visitaran el edificio legislativo.

Esa guía contenía, entre otras cosas, una reseña de la historia del Concejo Deliberante, así como la nómina de autoridades y la composición del cuerpo legislativo de aquel momento. Además, tenía en las páginas centrales un plano del edificio con la ubicación de las distintas oficinas. Y contaba con la información referida a cómo llegar a la institución y los datos de contacto (dirección, teléfono).

“La guía era muy útil para los vecinos, sobre todo para los que quisieran saber qué es una ordenanza y qué diferencia tiene respecto a una resolución o una declaración”, recordó Tito Murgía, quien también se desempeñó en el área de Coordinación vecinal. En relación al destino que corrió aquella guía práctica, Murguía concluyó: “Lamentablemente no prosperó. Como siempre, todo se maneja según el criterio de la autoridad de turno. Piensan que uno puede estar haciendo política por esto y por aquello”.