Los empresarios fabriles llegan a la 26° Conferencia Industrial en una relación fluida y de ruidos puntuales con el Gobierno. Tienen, según aseguran ellos mismos, el mismo prisma que el Ejecutivo y sus ministros para analizar el sector y trazar líneas, y los choques son más bien de forma que de fondo. Los hechos más recientes, el Aporte a las Grandes Fortunas y la prórroga de la doble indemnización, que creen meten ruido en un contexto de potencial inversor.

Golpeado seriamente en la era Cambiemos el sector es, de todos modos, el puntal de la recuperación económica. Así lo ve el Gobierno, que en las últimas horas hizo una especie de scrum con los fabriles y los constructores de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco). Abrazándose a un salvavidas que, más temprano que tarde, le dará números importantes. Se lo adelantaron al presidente Alberto Fernández y a varios ministros dirigentes de la UIA y ladrilleros. El año negativo de la pandemia tendrá indicadores "aceptables" y con chance de ser tendencia en ambos frentes. De hecho, casi la mitad de los sectores industriales ya tienen mejores números que en los últimos meses de gobierno de Mauricio Macri, con una crisis furibunda pero sin una enfermedad jaqueando las economías globales. 

¿Por qué es importante mirar a los industriales en cuanto a la posibilidad de crecimiento? Para entenderlo, hay que poner el ojo más allá de las grandes empresas que monopolizan el lobby y la conducción industrial. En la UIA, el 80 por ciento de la integración es pyme, el único polo capaz de generar empleo en volumen e invertir con conciencia local. Se lo dijo un alto empresario de la casa cita en Avenida de Mayo a un ministro: “Estamos arrancando a invertir y nos tienen que ayudar, cuando invertimos nosotros ocurre la verdadera lluvia de inversiones, no esa mentira de la inversión extranjera”, explicó citando aquella vieja ficción de Cambiemos de un país impulsado por los dólares externos. 

Además, en el pelotón de la reactivación industrial no sólo está UIA, sino las cuatro o cinco entidades que reúnen solo a pequeñas y medianas, como Apyme y la CGERA, que jugaron fuerte políticamente para cambiar las condiciones sectoriales que empujó el Gobierno de Cambiemos y que hoy tienen la expectativa de salir a flote con un gobierno pro industrial. 

El miércoles último, mismo día del fallecimiento de Diego Maradona, el ministro de Economía, Martín Guzmán, recibió a la mesa chica de la UIA, que le llevó datos alentadores sobre lo que se puede venir en los números de noviembre. Lo que le resta a esa ecuación es ver cómo reaccionará el consumo y qué evolución tendrán los salarios. En la entrevista de Guzmán con Página I12, el ministro se puso como objetivo el mejoramiento de los sueldos como un eje central de la recuperación.

El Gobierno tiene una ventaja en su interlocución con los industriales. Muchos de sus ministros y secretarios vienen del sector o tienen ese perfil. El acercamiento con Guzmán, el único funcionario al que no conocían antes de su asunción, se suma al vínculo diario con el titular de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, su secretario de Industria, Ariel Schale, y su par de Trabajo, Claudio Moroni. En paralelo, el economista jefe de la UIA, Diego Coatz, coordina la relación de los equipos técnicos de su entidad y el gobierno.

La relación entre la UIA y el Gobierno tendrá, por estos días, una foto importante que será la primera luego de los cruces por los temas espinosos. El jueves, el Presidente y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, cerrarán la Conferencia en la planta de la cervecera Quilmes. Allí se rencontrarán Acevedo y Fernández. El titular de UIA y hombre de Aceitera General Deheza (AGD), fue uno de los primeros que el mandatario cobijó por su rol dialoguista. Articuló, junto al líder de CGT, Héctor Daer, el esbozo de pacto social que planteó el presidente en campaña. Quizás, en los próximos días vuelva a estar sentado en el armado de un acuerdo más sustentable, el del Consejo Económico y Social que reunirá al gobierno con sindicatos y empresarios para salir de la crisis y articular política.