“Quiero alejar a la gente vulnerable del dolor y de la muerte, de la aguja, de las perchas, de los tallos de perejil”, dice a Página 12. A la mañana eligió ponerse una corbata verde, un detalle simbólico para exponer en la apertura del debate del aborto en la reunión plenaria de comisiones de la Cámara de Diputados. El ministro de Salud, Ginés González García, hace más de 15 años que defiende públicamente la despenalización y legalización de esa práctica: lo hizo cuando ocupó la misma cartera durante el gobierno de Néstor Kirchner y un obispo castrense lo quiso tirar al mar con una piedra al cuello. “Este tema me tiene encendido desde siempre”, le dice a este diario 12 después de defender el proyecto del Gobierno junto con la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta y la secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra. De los tres funcionarios, GGG fue el único que le habló a lxs legisladorxs del oficialismo que tienen dudas o se resisten a apoyar la iniciativa del Ejecutivo y puso el eje en que se trata de un tema de “justicia social”: la criminalización no es un problema igual para todas las mujeres, subrayó. La diferencia está “entre las que pueden y las que no pueden” pagar un aborto seguro y en ese camino arriesgan su vida, les dijo. “Me hincha mucho que tipos que son justicialistas sigan manteniendo esta injusticia que se da en las provincias de las que ellos provienen. Por eso mostré las tasas por 100 mil de las internaciones post aborto y la primera es Salta, y la segunda es Formosa. Hice una exaltación a ser peronista. No puedo entender que un tipo que dice ser peronista no hace lo que tiene que hacer. Como dije, esto tiene solución: no es un problema que no se puede resolver. Lo tiene resuelto la mayoría del mundo. Nosotros llevamos muchos años sin resolverlo, tampoco podemos esperar más”, explicó en una entrevista con Página 12. Y le pidió a los senadores del Frente de Todos que se oponen a la ley de regulación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo como el jefe del bloque José Mayans, que “miren lo que está pasando en sus provincias” y “voten por evidencias y no por creencias”.
--En su exposición enfatizó que se trata de un problema de justicia social. ¿Por qué?
--Porque está en la genética del peronismo la justicia social. No darle un enfoque de justicia social cuando lo que pasa es una gran injusticia… porque la injusticia es con todas las mujeres desde el punto de vista de los derechos y la estigmatización, pero desde el punto de vista del dolor, de la muerte y las consecuencias tremendas no es igual: ese lo sufren las vulnerables socioeconómicamente. Yo lo siento así.
--Uno de los senadores oficialistas que dijo que no es el momento oportuno para debatir este tema y ya votó en contra en 2018 es el formoseño José Mayans, presidente del bloque del Frente de Todos en el Senado…
--Y tiene razón de que no es el momento: tendría que haber sido antes. Hay una continuidad en el peronismo: en el 2002 hicimos la ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, pusimos en marcha el programa nacional de entrega de anticonceptivos, en 2006, la ley de Educación Sexual Integral, en 2007, el Protocolo de Atención de los Abortos No Punibles. Me peleé con mucha gente para que estuvieran los insumos en el Programa Remediar, para que llegaran a la atención primaria todos los métodos anticonceptivos, tal como lo hacemos ahora. En mi modo de ver hemos perdido no solo años, sino vidas que deberían estar con nosotros.
--En 2005 el entonces obispo castrense monseñor Antonio Baseotto lo acusó de apología del delito por manifestarse a favor de la despenalización del aborto y dijo que merecía ser arrojado al mar con una piedra al cuello, emulando los vuelos de la muerte que se hicieron durante la última dictadura militar con víctimas del terrorismo de Estado. ¿Qué cambió desde entonces en torno al debate por el aborto?
--Creo que hay una maduración en la sociedad y un avance que se viene dando muy fuerte en los últimos años en base a la lucha de las mujeres y que por primera vez el Ejecutivo acompaña con toda su fuerza este movimiento de la sociedad. Lo que cambió además es que la innovación tecnológica simplifica cada vez más el aborto: algunos creen todavía que es un procedimiento quirúrgico, con internación. Pero con la medicación es ambulatorio. Por eso también están disminuyendo las internaciones post aborto, las que llegan con abortos incompletos, ilegales. Por eso dije que esto tiene soluciones: no es como otros temas que estructuralmente no se pueden resolver o cuesta muchos años. Este es un problema que se resuelve con una política agresiva y en muy poco tiempo como pasó en muchos países del mundo y por ejemplo, en Uruguay. No tuvo más muertes por abortos.
--Una sola tuvieron por una complicación quirúrgica…
--Si pero no fue por un aborto legal.
--¿Qué impacto puede tener esta ley en la salud pública?
--Ahorrar internaciones, ahorrar dolores, ahorrar muertes, ahorrar dinero. Es todo ganancia. No pierde nadie. Nadie va a ser obligado ni incentivado. Muy por el contrario, quien quiera continuar con el embarazo vamos a darle mucho más apoyo del que tuvo hasta ahora. La idea es que no se transforme en una tragedia, tanto si quiere abortar como si quiere continuar con el embarazo.
--¿Cómo se va a controlar que la objeción de conciencia no se convierta en una barrera de acceso a la interrupción legal de embarazo sobre todo en las localidades más pequeñas que es una de las preocupaciones que se ha expresado desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito?
--La legalización va a favorecer mucho eso: porque mucha gente no quiere o dice que no quiere (hacer abortos) por conciencia porque tiene miedo a las consecuencias legales porque los persiguen a muchos de ellos. Acordate el caso de Tucumán, donde se ha perseguido a los médicos (que garantizaron la interrupción del embarazo de la niña Lucía). La gran mayoría (de los abortos) se van a hacer por prescripción: yo no creo que nadie se niegue a prescribir un medicamento ambulatorio. Tenemos la red pública que es la más fuerte en todo el país y los centros de atención primaria que ya tienen misoprostol y van a tener mucho más.
--¿Se va a fabricar el misoprostol desde laboratorios estatales como se está haciendo ya en la provincia de Santa Fe?
--Sí, estamos trabajando con ellos. Pero también estoy pensando en una gran compra de misoprostol. En las farmacias cuesta seis mil y pico de pesos. En la licitación última lo compramos en 2800 pesos. Y ahora el Fondo de Población de Naciones Unidas me lo está ofreciendo a 400 pesos.
--La diputada Carmen Polledo, vicepresidenta de la comisión de Acción Social y Salud Pública, pañuelo celeste, que votó en contra en 2018, dijo que está a favor de la despenalización. ¿Por qué no alcanza solo con despenalizar?
--Porque despenalizar solamente impide que el Gobierno haga una estrategia activa para garantizar el acceso (al aborto). Para lo único que sirve la despenalización –que no es poco—es para que no haya persecución de la justicia pero no para que la mujer tenga la información, la consejería y los insumos en caso de que decida hacerlo y que no dependa de su capacidad económica. ¿Quién puede ir a una farmacia y comprar las pastillas 6800 pesos? El acceso a esos derechos lo da la legalización. La despenalización hubiera sido un paso interesante un tiempo atrás pero hoy hay una maduración notable para que exista la plenitud de los derechos.
--Se escucharon en algunas intervenciones de celestes volver a plantear el debate sobre la defensa de las dos vidas…
--Es una chicana. Cada célula es vida. Un espermatozoide es vida. Por eso algunas religiones castigan la masturbación porque consideran que pierden vidas. Pero claramente está definido cuando es una persona en el sistema bioético mundial. Si no fuera así todo el Primer Mundo debería ser acusado de genocida. Hasta en países como Irlanda, España e Italia, donde la religión católica es mayoritaria, lo han resuelto con la legalización: ¿Qué son? ¿Todos asesinos ahí?
--Una vez que se le de media sanción en Diputados ¿Qué va a pasar en el Senado?
--Lo único que pido es que los senadores miren lo que está pasando en sus provincias. Tienen que votar por evidencias no por creencias. Todos tenemos que respetar las creencias pero es tan contundente la evidencia, es decir, que podemos resolver el problema de las muertes, del dolor (que provoca el aborto clandestino), que no tiene sentido seguir con un sistema de creencias, diciendo lo que creen algunos. Puedo respetar las creencias individuales, pero no pueden votar por sus creencias: teniendo en cuenta las evidencias y cómo mejoraría la situación de salud pública en las provincias que ellos representan.
--¿Ha recibido amenazas ahora por su postura frente al aborto?
--No, todavía pero hay mucha agresividad con algunos que manifiestan su pensamiento. Yo no sé en nombre de que religión lo hacen. No es con la prédica de las iglesias, que siempre hablan de la no violencia. Y después, resulta que en nombre de esa creencia son violentos.
--¿Tendremos ley esta vez?
--Tengo absoluta esperanza de que así sea. Y tengo también la absoluta responsabilidad de activar ni bien la tengamos los mecanismos que la ley permite para implementarla. Y hacer un trabajo importante de difusión, de información, de que se pierdan los miedos. Mucha gente piensa todavía que es una cuestión tenebrosa y quiero alejar a la gente vulnerable del dolor y de la muerte, de la aguja, de las perchas, de los tallos de perejil.