La Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI) presentará hoy la campaña federal Somos DeSeAr. La iniciativa está liderada por un grupo de mujeres con discapacidad de todo el país que reivindican su derecho al goce y a vivir plenamente su sexualidad.

Además, visibilizarán las barreras que les impiden ejercer sus derechos sexuales y reproductivos. El evento será desde las 18 por el canal de YouTube de la REDI.

La Red no sólo aborda la problemática del derecho al goce de la sexualidad sino que también se encarga de mejorar el acceso a la justicia y al trabajo. Sin embargo, la búsqueda de acceso a sus derechos sexuales y reproductivos es uno de sus pilares porque socialmente existe "una carencia en el tramiento del tema y por lo tanto, no se trabaja mucho", contó Mariana Romano, la representante de la REDI por la región NOA.

Romano dijo que incluso decir las palabras discapacidad y sexualidad juntas hace parecer "que no se llevan bien y hay que tratar de que lo hagan". Consideró que esta apreciación está muy presente porque "existe mucho prejuicio por parte de la comunidad". 

Algunos de los preconceptos más presentes son que las mujeres con discapacidad no deben maternar aunque quieran, o que no son deseadas o que no pueden decidir cómo manejar su vida sexual y reproductiva.

Desde el programa Derechos Sexuales Argentina con inclusión (DeSeAr) se busca erradicar estas formas de violencia y discriminación. Y trabajan para promover los derechos sexuales y reproductivos de las más de dos millones de mujeres con discapacidad que viven en Argentina. 

Para llevar adelante el proyecto emprendieron estrategias articuladas basadas en el principio "Nada sobre Nosotras sin Nosotras". Así fue que durante el año pasado se desarrollaron talleres en las regiones del NEA, NOA, Centro del país, la CABA y el Gran Buenos Aires, donde elaboraron distintas conclusiones que se presentarán hoy. 

En el intercambio en diferentes encuentros se concluyó que comparten casi los mismos problemas. Eso les posibilita compartir experiencias y pensar soluciones que pueden ser trasladadas a las regiones. Romano contó que la partipación en el norte fue moderada y que esperan que con las próximas acciones se sigan sumando más.

"La conscientización es fundamental para todos", afirmó. Pero subrayó que lo primero es que el grupo comprenda qué derechos posee, porque "si una es consciente y sabe que tiene derechos, después va a un lugar donde puede establecer una mirada de igualdad" y no de superioridad.

La Red está articulando con distintas áreas de la salud del sector público donde trabaja la conscientización en los profesionales.

La campaña que se presentará desde las 18, consiste en spots de video y de audio elaborados por mujeres con discapacidad de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Juan, San Luis, Catamarca, Salta, Jujuy, Tucumán, Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires que asistieron a los talleres del proyecto DeSeAr con inclusión.

"Tenemos la libertad de poder elegir"

En los talleres que se desarrollaron durante todo 2019, se pudieron desarrollar herramientas para fortalecer su liderazgo en la promoción del derecho a la salud sexual y reproductiva. Romano dijo que se trabajó en cada una de las problemáticas desde la perspectiva del derecho.

Uno de los principales prejuicios es que se considera a las mujeres con discapacidad como asexuales desconociendo su placer y atracción sexual. Los testimonios son claros y grafican esos preconceptos: “Se cree que somos asexuales, que somos ángeles de luz. Asexuales es que no sentís deseos, que no sentís atracción por nada”, relató una mujer. 

Otro de los temas más presentes es el acceso a los métodos anticonceptivos. Romano contó que en muchas situaciones no se entiende que "tenemos la libertad de poder elegir los métodos anticonceptivos o si queremos usarlos o no"

Afirmó que los profesionales toman la decisión por una y eso representa una "visión retrógrada de que no podemos maternar o sería peligroso o dificultoso". "Nos dicen que tenemos que tomar métodos anticonceptivos para que no haya riesgo de embarazo".

También está la cuestionada atención del embarazo y la maternidad. “No le querían entregar al hijo si no tenía tres testigos de que podían criar al hijo”, contó una mujer que participó en los talleres del NOA.  

En contraposición, otra relató que una obstetra  había encontrado un recurso para que una mujer sorda pueda escuchar el latido de su bebé. "En la ecografía le ponía la mano para que escuche las vibraciones del corazón. Pudo tener esa oportunidad, que no la tenemos muchas porque no se les ocurre”, señaló.

Otras de las situaciones que se presentaron fue el acceso igualitario a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y los abortos forzados. Una médica le dijo a una mujer: “¿Tengo una mala noticia. Estás embarazada'. Mi amiga le pregunta de nuevo: '¿Mala noticia? ¿Por qué?' La médica: 'Sí, porque... ¿cómo vas a hacer ahora? Vas a abortar me imagino...' Mi amiga le dijo: 'No, en principio quiero tenerlo. Yo lo quiero'. Y la médica le contestó: 'Mirá, no te lo aconsejo...'".

Además de inducir abortos también se encuentran casos de estirilización forzada en donde se hace ligadura de trompas o se retiran} el útero sin el consentimiento de la paciente. “Tuve que cambiar tres veces de médico: todos sugerían esterilizarme”, narró una asistente en los talleres del norte. 

A todo ello, se suman las barreras en los accesos de servicios de salud sexual y reproductiva que son físicas, comunicacionales y de actitud. Los consultorios no están adaptados para la atención, no se ha pensado en un mamógrafo para personas que están en sillas de ruedas o que sean de baja estatura. 

En las comunicacionales, el trato de parte de los profesionales se da únicamente desde el habla, excluyendo a personas sordas o mudas. “El médico no sabía lengua de señas. El intérprete terminó conociendo su intimidad. Eso es feo”, contó una mujer. O adoptan máquinas para sacar turnos cuando hay personas que tienen discapacidad motriz.

En las barreras de actitud se presentan muchos casos en que familiares y profesionales infantilizan a la mujer y adoptan una actitud paternalista. Uno de los testimonios relató: “Fui con mi hermana a averiguar por métodos anticonceptivos. La médica la hizo pasar. Y mi hermana preguntaba por mí. Le decía a la médica: 'A ella le cuesta entender'. La médica y mi hermana hablaban como si yo no estuviera ahí".