La pandemia como en esas series de Netflix, está a punto de terminar la primera temporada y la última imagen del año, que servirá de gancho para la segunda temporada, será el comienzo del masivo operativo de vacunación que privilegiará en Salta a quienes deban asistir a enfermos de Covid. 

Una reivindicación, principalmente, para el personal de la salud, que después de haber visto de primera mano la parte fatal del coronavirus, se supone que no tendrán pruritos para ponerse una vacuna que llega desde Rusia.

Estos tiempos de post post modernismo que son capaces de reabrir debates zanjados hace 500 años por el peso de la evidencia, como por ejemplo el de que la tierra es plana; también es capaz de generar un debate ideológico alrededor de una vacuna, en una parodia de la guerra fría de la segunda mitad del siglo pasado.

Esto sin considerar las teorías conspirativas que van desde una manipulación del ADN que provoca la vacuna, hasta la presencia de nanobots (o sea robots minúsculos), que están en la vacuna y que se meten luego en la sangre para navegar a gusto y piacere por las venas del vacunado, robando todo tipo de información confidencial super secreta.

La paradoja es que probablemente toda esa información top secret, también se la pueda encontrar en las redes sociales porque fue publicada por el vacunado, y a la que Bill Gates, Mark Zuckerberg, el chino dueño de Tiktok, o la tía Norma, tienen acceso irrestricto sin necesidad de nanobots.

También están los que no descartan que luego de la segunda dosis, la manipulación genetica sea tal, que el vacunado comenzará a abandonar el rico idioma español para adentrarse en el áspero ruso con palabras tales como pazhalusta (por favor), Spasiba (gracias) y Izvinitie (perdón). Se alquilan balcones para escucharlo a Pablito Lescano arrancar una cumbia con un ATR sobaka kumbiya upakovat' eto piola kot (ATR perro cumbia cajeteala piola gato).

Ojalá antes del otoño se haya cumplido con la meta de Nación, y que toda la población de riesgo haya podido acceder a su vacuna, ya a esa altura se sabrá si el efecto colateral es una frondosa barba y antojo de tomar vodka al desayuno.

“Isa usted es diabólico”

Miguel Ángel Isa, el ex intendente salteño que quiere volver a ese lugar en el 2023, diseñó una jugada maléfica: mandó a repartir en el Centro Cívico Municipal unos vinos producido por la bodega del periodista Mario Peña, uno de los enemigos acérrimos de la intendenta Bettina Romero, y los acompañó con una tarjeta con su foto que anunciaba que “Pronto estaré con ustedes”.

Todavía no se sabe si esa frase es una expresión de deseo del ex vicegobernador o una amenaza a la gente. Lo concreto es que Isa no esperó el 2021 para arrancar con la campaña en la que adelanta será candidato a concejal, con el visto bueno de Gustavo Sáenz, y la idea de tomar la presidencia del cuerpo, para que el Concejo se convierta en su bunker para pegar el salto al Ejecutivo municipal.

Pensando en su retorno, Isa seguramente se valdrá del factor nostalgia (siempre habrá alguno que lo extrañe... a ver, hay gente que todavía pide el uno a uno y la vuelta del menemismo... la nostalgia da para todo).

También intentará explotar su particular y campechano carisma, algo que lo diferencia de la distante intendenta. Pero su carta clave será apostar a la desmemoria de los salteños para que no recuerden algunos hit de sus doce años de gestión, como la promesa inconclusa de no dejar ningún pozo antes de irse de la intendencia.

Muchos menos se van a acordar de los semáforos inteligentes de la avenida Virrey Toledo, hoy Bicentenario, que iban a a hacer fluir el tránsito en las horas pico, ya que tenían sensores capaces de detectar si había mucha gente esperando para pasar, y solos iban a regular cuando ponerse en rojo y cuando en verde. Para de esta manera llegar a la famosa onda verde, que en Salta tiene calidad de ser mitólogico.

La conclusión de esta aventura semaforil es que se coordinan con más lógica las luces de un arbolito de navidad que los semáforos inteligentes, los cuales abandonaron su estatus de sabios reguladores del tránsito y por el contrario intercalan aleatoriamente los verdes y los rojos cada 100 metros, generando un frene y arranque constante de los vehículos, que las estaciones de servicios agradecen.

Pero en concreto Miguel Isa, un gran exponente de la llamada vieja política, le enseñó a los de la nueva política como con 100 botellas de vino, puede generar un gran mal humor en el CCM y dejar virtualmente lanzada su candidatura.

Más pior que lo que estaba

Hay un chiste del Negro Álvarez, en el que un hombre fiestero, alcohólico y mujeriego, un día se despierta y le asegura a su esposa que nació un hombre nuevo, recto, sin vicios, fiel. Ese día la llama desde la oficina dos veces para que decirle que estaba trabajando y no de juerga por ahí, y además le propone a la noche una cena romántica. 

La mujer se viste con su vestido más elegante, prepara la mesa con la mejor vajilla, candelabros con velas y comida casera, pero pasan las horas y el hombre no llega, las velas se derriten, queman la mesa, incendian todo, tienen que ir en plena madrugada los bomberos a apagar el incendio, y en eso estaban cuando para un taxi y se baja el marido totalmente borracho, desalineado, con marcas de lápiz labial en la cara y le dice a la mujer: “querida el hombre nuevo salió mucho más desgraciado que el anterior”.

Cualquier similitud con la nueva política no es pura coincidencia. Esta semana uno de sus exponentes más mediáticos, el diputado Omar Exeni, que tuvo este año sus 5 minutos de exhibición nacional gracias a su idea de implementar la pena de muerte, esta vez fue noticia por figurar cobrando parte de su sueldo de gerente en su fiambrería con los ATP que aporta el Estado Nacional, lo que en principio no sería ilegal, pero sí constituye un caso que pone a prueba la cuestión ética y moral.

Acostumbrados a tratar de ganar votos, la andanada de nuevos políticos que hace de la apolítica un culto, debieron dedicarse este año a trabajar para lo que fueron elegidos, lo que se conoce como gestionar. Y ahí hicieron agua.

Apoyo a linchamientos, pedido de pena de muerte, presentación de proyectos de ley para sancionar leyes que ya existen, polémica por la vestimenta que usan o por la vestimenta que dejan de usar.

También videos con consejos para la pandemia con datos sacados de internet sin estar previamente chequeados, intervenciones leídas durante las sesiones (algo que está prohibido) y toneladas de selfies contando que están trabajando, como si se tratase de una epopeya.

El año que viene será nuevamente de elecciones y varios de ellos podrán desplegar lo que mejor hacen, pedir el voto por las redes sociales postulándose como elementos naturales libre de contaminación ideológica y mucho menos partidaria. ¿Y los grandes proyectos políticos?, van camino a convertirse en mito, como la onda verde.

A propósito de las elecciones, ya quedó promulgada la ley que suspende las PASO, por lo que los legisladores el año que viene se definirán en una sola votación. Ahora solo resta saber la fecha de la elección, la cual casi con seguridad no será en mayo, debido a que la ley establece que deben fijarse con 5 meses de antelación. 

Pero así como el presidente Fernández cedería en suspender las PASO nacionales, tal como le piden los gobernadores, la prenda de cambio sería que todas las provincias hagan sus elecciones provinciales el mismo día que las nacionales, lo que automáticamente las lleva a octubre y con el doble sistema electrónico y papel en simultáneo.

De brechas y enfrentamientos

Una última foto que deja este fin de año es la marcha que se hizo ayer: una masiva convocatoria que hicieron militantes que están en contra de legalizar el aborto. En esta oportunidad fue hasta el Arzobispo Cargnello a caminar por las calles del centro pidiendo que el voto de los senadores respete la supuesta mayoría que ostentan los caracterizados por el pañuelo celeste.

Las actividades seguirán el martes en la Legislatura, en donde también se concentrarán las que están a favor del proyecto, por lo que puede ser un desafío de convivencia, que hace dos semanas funcionó sin mayores incidentes. 

Mas o menos desde ese día que en Diputados obtuvo la media sanción el proyecto de la ILE, a Sergio “Oso” Leavy le arden las orejas. Sus dudas al plantear su voto lo puso en la lista de legisladores recuperables para los Provida, quienes hasta llevan osos de peluche gigantes a la manifestación y amenazan con no votarlo nunca más.

Atento a la cantidad que son los manifestantes provida, y de como le fue en la última elección para gobernador a Leavy, se puede concluir que los militantes celestes ya no lo votaban a pesar de que hace dos años Leavy siendo diputado levantó la mano en contra del aborto, por lo que no sería un argumento convincente.