"Esta nueva canción es muy brillosa y poppy, pero yo le quería agregar algo sexy" nos dice el inglés Dominic Richard Harrison, más conocido como Yungblud (algo así como sangre jóven), en una zoomversación exclusiva con Soy. "Me interesaba hablar acerca de la presión que existe en nuestra sociedad sobre el uso de nuestra sexualidad y la situación en la cual para algunas personas es algo malo, creo que debemos terminar con esa presión y dejar de una vez en claro que ya no hay reglas.", dice desde su casa londinense y agrega: "Es necesario pederse en la interacción sexual con muchxs otrxs para poder descubrir quién sos realmente." Habla acerca de su último simple: "Cotton candy", algo así como copo de azucar, en criollo. 

Charlamos al día siguiente de que ganara el premio push MTV a mejor nuevo artista, el mismo que alguna vez ganaran luminarias de la talla de Eurythmics y Nirvana, pero no es ése el camino que tomará nuestra conversación. El género musical que transita nuestro artista es definitivamente una fusión entre rock, hip hop y punk con un andamiaje del pop más contemporáneo que conquista de manera flagrante y rápida al oyente promedio. "Creo que en la actualidad lo que significa ser punk fue redifinido, mi generación hoy en día no quiere estar dividida, queremos ser iguales y sentir que pertenecemos a algún lugar", dice mientras su pelo rojizo y pajizo se mueve al ritmo de su acento británico doncastriense. 

Y agrega: "Toda mi vida he sentido que nunca pertenecí a ningún lugar y ahora encontré a mis fans, encontré a mi familia y quiero construir este espacio en el que vos podés existir sin importar cómo seas", acompañando con brazos inquietos esta declaración a favor de una inclusión a toda costa, a cualquier costo. "Mi familia, mis fans saben que siempre que termine un show luego pueden encontrarme afuera, sin importar el tamaño del evento" Y por si quedaban dudas, agrega: "Ellos son mi corazón, ellos son mi sangre."

PANDEMIA Y EXITO

El último show pre-pandémico que dio Yungblud fue uno con las localidades agotadas en la academia de Brixton, en marzo de este año. Cuando Soy le preguntó cómo había vivido este enorme contraste entre un estadio lleno de fans gritando calurosamente y la fría crudeza del aislamiento, que ahora parece estar por surfear una nueva ola pandémica, no se demoró en expresar su punto de vista. "Fue devastador cuando supe que no podría encontrarme en vivo con mis fans por tiempo indeterminado", y luego de un silencio agregó: "A la vez, creo que este tipo de familias, una como la que conforman mis fans por ejemplo, funcionan mejor cuando tienen algo en contra de lo cual luchar." Luego manifestó: "Que no podamos vernos, no significa que tampoco podamos sentirnos." Basado en esta premisa es que, aprovechando la alta concurrencia del show aludido, convocó a que todos sus fans enviaran sus registros en videos, los cuales, luego, fueron montados para ser compartidos en su canal de YouTube en forma de show completo para ver desde el hogar. Este registro de cierta crudeza, que se propone hacernos vibrar un verdadero show rockero old school en vivo, contrasta muy fuerte con su reciente presentación para los premios MTV en donde el playback es intencionalmente descarado. Mientras vuela por el aire; sensualmente colgado de una gruesa cadena negra con un vestido blanco y su pelo rojo prolijamente peinado a dos aguas, con una vinchita negra también, canta "Cotton candy", por los aires, pero al hacer pie lo espera una banda completa: baterista, bajista y guitarrista haciéndole coros con barbijo (?) para la canción "Strawberry lipstick". 

La letra de esta última, que también está presente en su flamante segundo album Weird, es como mínimo ambigüa. Tiene una frase que claramente estaría tomando partido sobre su preferencia sexual, dice algo así como "Van a encerrarme en el closet pero yo voy a salir." Sin embargo, en el estribillo la canción usa el vocativo "nena", tan caro a nuestro rock nacional y también fronteras afuera. En el sitio dedicado a letras de canciones Genius, alguien comenta esa línea explicando que Dominic es una persona de sexualidad fluida y cita una declaración suya para atestiguarlo: "Soy más bien hétero pero si mañana viniera caminando por la calle y conociese a un pibe o a alguna persona trans, uno nunca sabe. Se trata de conexión, soy muy fluido al respecto." Como podemos leer, todo sigue quedando en el terreno de la potencialidad.

SANGRE JOVEN, SONIDO ANTICUADO

"Robert me dijo que estaba bien ser andrógino, y cuando yo lo vi tan masculino y tan femenino a la vez me recordó a todo aquello que es triste y feliz a la vez, como su música y eso me hizo pensar mucho en mi propia vida". El Robert al que se refiere es Smith, líder de los eternos The Cure. Influencia declarada para Yungblud, esta banda le aporta más que nada estética visual al proyecto del inglés ya que su música no toma demasiado de las canciones largas, cansinas pero llenas de esa energía extraña y única de los Cure. Para sintonizar con el mundo musical de Dominic nos tenemos que proyectar no tantas décadas atrás, cuando bandas punk-pop como Green Day o Blink-182 copaban los charts mundiales. Cierto punk potente pero edulcorado y apto para publicidades a cuya escucha MTV educó nuestros oídos. 

Sin embargo Yungblud parece ir un poco más allá, sobre todo en la manera de referirse a su audiencia, incluyéndola e interpelándola en entrevistas e incluso en sus videos. Basta ver el primer cartel que abre el videoclip de la canción "god save me, but don’t drown me out", algo así como "dios, salvame pero no me ahogues". El cartel en cuestión reza: "Para todo aquel dando vueltas en su cuarto a las 4 de la mañana preguntándose por qué no es lo suficientemente bueno". Si hay algo que tiene claro este inglés es el público al que se dirige. Hay algo de una rebeldía adolescente que el mismo artista, con apenas 23 años, parece haber dejado atrás hace muy poco. El video en cuestión sigue con una escena en la que una madre y un padre discuten en la misma mesa en la que Dominic está sentado, entre medio de los dos, con su look animé y la mirada perdida. El padre grita: "Llegué al punto en el que no soporto ser visto con él en público, estoy avergonzado", y la madre, defensora, le responde: "Dejá de hablarle así". Luego vemos algunas otras situaciones más en las cuales Yungblud es cuestionado y matratado permanenciendo en silencio. Por último un oso gigante de peluche le muestra unos carteles en los que le pregunta si se siente bien, él contesta con ojos llorosos y un movimiento negativo de cabeza, cuando el cartel pregunta si quiere jugar, Dominic dice que "sí" y arranca la canción. Toda una declaración de principios pop-punk sin culpas.