La automotriz Ford anunció que cerrará sus plantas automotrices en Brasil y reemplazará la producción que se hace en ese país con plantas en otras economías de la región como Argentina. La decisión de la multinacional provocó ruido en distintos frentes del mercado brasileño. Por el lado del Gobierno el presidente Bolsonaro acusó a la compañía de retirarse del país porque no se le seguirán dando subsidios por el equivalente a 4 mil millones de dólares. 

La salida de Ford de Brasil implicará a la compañía pagos en despidos, rescisiones de contratos y acuerdos por más de 2500 millones de dólares. A su vez, deberá disponer de otros 1600 millones de dólares vinculados a la baja de créditos fiscales, depreciaciones y amortizaciones aceleradas. 

Las y los trabajadores de Ford protestaron este martes contra la retirada y responsabilizaron al Gobierno del presidente Jair Bolsonaro. "Los propios ejecutivos de Ford nos dijeron que era por la inestabilidad económica y la incertidumbre del Gobierno federal", resaltó el presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Bahía, Julio Bomfim. Bomfim señaló que la decisión de Ford es un "crimen" contra 12.000 empleos directos e indirectos y pidió que se investigue la concesión de créditos estatales y exenciones impositivas otorgados a la empresa.