Con edificios sin refacciones completas y atraso en el pago de las partidas de comedores escolares se iniciaron las clases ayer en las llamadas escuelas de Régimen de Verano, siendo sus alumnos y docentes los primeros que vuelven a clases tras un año sin pisar el aula a raíz de la pandemia. En Salta funcionan actualmente 19 escuelas con este régimen, ubicadas en los departamentos Los Andes, La Poma y San Carlos. Su ciclo lectivo se inicia a fines de agosto y concluye a principios de junio, dado que es una zona que tiene inviernos muy duros, con temperaturas bajo cero.

La información sobre el estado edilicio de las escuelas surge del relevamiento que realizó Salta/12 en algunas instituciones (la mayoría ubicadas en la Puna). Hubo fuentes que prefirieron dejar su identidad en reserva ante las posibles represalias. También se intentó tener la palabra de los funcionarios de la provincia, pero desde el Ministerio de Educación se afirmó que hablarán del tema a partir de la semana que viene.

La nueva normalidad

Milagro Benicio es la directora de la escuela 4565, Domingo Faustino Sarmiento, de San Antonio de los Cobres (en el departamento Los Andes). Contó que el inicio de las clases se vivió con “mucha emoción”, si bien muchas cosas cambiaron para la presencialidad tanto dentro como fuera del aula. La escuela cuenta con un total de 410 alumnos matriculados, pero desde el lunes asiste el 90 por ciento, dado que aquellos niños y niñas que se encuentran en los grupos de riesgo continuarán con la modalidad de clases a distancia: sea por medio de la conectividad o el uso de las cartillas, como sucedió durante la pandemia.

Quienes asisten a la escuela lo hacen en dos grupos: lunes y miércoles van unos y martes y jueves, otros. El viernes está reservado para quienes deben afianzar sus conocimientos, y aquellos que no pudieron continuar con las clases por falta de conectividad o recursos para acceder a esa modalidad. Benicio estimó que un 30 por ciento de los chicos no pudieron seguir con sus clases vía Internet. Añadió que se imparte las clases de refuerzo especialmente a quienes iniciaron su alfabetización (chicos de primer grado), y quienes están por egresar (los de séptimo).

Sin izamiento y con recreos por separado 

En las aulas, dependiendo de la dimensión, comparten clases entre 7 y 10 alumnos con el distanciamiento social de al menos un metro y medio y sus barbijos puestos. No hay izamiento de la bandera. Los recreos son en distintos momentos para cada grupo. Los padres deben dejar a los chicos en la puerta de la escuela sin ingresar al patio. Las clases de la mañana son entre las 9 y las 12.30. Quienes hacen jornada extendida tienen hasta las 15.30, por lo que deben ir con dos barbijos, para cambiárselos cerca del mediodía. Por la tarde las clases son entre las 14 y las 17.30.

A la hora de la comida “los mesones están todos señalados para indicar en donde se tiene que sentar cada niño. Cada uno trae su cubierto”, y debe cumplir con el distanciamiento.

Al ser consultada sobre las ordenanzas y las condiciones edilicias, Benicio afirmó que en la escuela cuenta con 6 personas a cargo de la limpieza. “Pero todos debemos colaborar porque se debe higienizar de manera recurrente”, afirmó. Además, con una partida que llegó del Gobierno nacional y el provincial, se compraron termómetros, dispensers, alcohol en gel, jabón y servilletas de papel para que los chicos se laven las manos.

“Ahora llegó la partida para hacer refaccionar los sanitarios”, dijo Benicio al sostener que se deben arreglas mochilas de inodoros y espejos. A ello se suma que deben cambiar el techo de dos aulas.

En las plurigrado 

Los protocolos no varían demasiado en otras de las escuelas que además son plurigrado (o sea, chicos de distintos grados comparten un solo espacio), por la pequeña cantidad de niños que asiste. Sin embargo, al ser lugares más reducidos, también se divide a la población escolar para asistir. Elbio Díaz, director de la escuela N° 4622 de Tolar Grande (del departamento Los Andes), tiene a su cargo 46 alumnos. “Los días que los chicos no vienen se hace la clase por vía virtual”, afirmó el docente al sostener que en ese municipio “todos tienen internet en su casa”. Las aulas sirven también de comedor, dado que los bancos de los chicos se dispusieron según el distanciamiento social necesario.

Sonia Chocobar, de la escuela N° 4183 “Victorino Sosa”, también ubicada en San Antonio de los Cobres, afirmó que no todos los chicos se presentaron, dado que aún hay papás con temor al contagio de la covid-19. Destacó el desempeño de los docentes de la escuela “porque estuvieron trabajando muy bien con internet, y para los chicos que no tenían internet les hicieron una cartilla de estudio y de afianzamiento y recuperación de contenidos. Dentro de todas las dificultades que se pueden encontrar, la llevamos bastante bien”, dijo la directiva. En esta escuela se deben hacer refacciones, por lo que Nación envió 400 mil pesos. Pero por problemas con la tarjeta que le permitiría sacar los fondos, la docente no puede acceder al dinero. Es así que los arreglos quedarán a cargo de la Municipalidad hasta que el problema técnico se resuelva. También habrá refacciones en los baños.

La escuela de Santa Rosa de los Pastos Grandes (en el departamento Los Andes), directamente no inició las clases. Ello sucederá recién el 8 de febrero, cuando se prevé que el establecimiento se encuentre totalmente refaccionado.

Al hacer las consultas a algunos docentes por las demoras en las refacciones, dado que por un año los edificios estuvieron sin uso, respondieron que “nos cerraron también las escuelas por ese tiempo”.

Falta de pago de comedores escolares

Según pudo establecer Salta/12, en algunos establecimientos comprendidos en el Régimen de Verano no están brindado el servicio de comedor escolar debido a que las partidas de los últimos dos meses aún no fueron depositadas

Se conoció que el problema no solo es en las escuelas de Régimen de Verano. Distintas fuentes consultadas por este medio afirmaron que es insuficiente en algunos lugares el personal de limpieza, por lo que se tuvo que recurrir en algunos casos a los intendentes para que firmen convenios y puedan contratar personas que se hagan cargo de esta tarea que en épocas de pandemia es esencial.