Las ventas en los supermercados registraron una baja del 1,1 por ciento en noviembre pasado en relación a igual mes del año 2019, informó el Indec.  Si bien se trata de una variación negativa, puesta en perspectiva no resulta tan desalentadora para el sector. Según los números oficiales, es la menor caída desde agosto y opera frente a una base de comparación (finales de 2019) que no era tan baja como lo fue comienzos de aquel año, cuando la economía estaba en medio de la crisis cambiaria y con caídas de las ventas superiores al 10 por ciento. En once meses, las ventas en los supermercados muestran un avance del 0,6 por ciento.

La consultora Scentia, especializada en consumo masivo, calculó en su momento que la baja de las ventas de las grandes cadenas de supermercados fue del 1,5 por ciento. Detalla que hubo buena afluencia de consumidores, junto a las acciones de promoción de venta online como el CyberMonday y el Black Friday.

En los supermercados, las ventas a precios corrientes durante noviembre alcanzaron 91.186,5 millones de pesos, lo que representa un incremento de 34,1 por ciento respecto al mismo mes del año anterior, contra una inflación promedio del 30,9. Las ventas en el salón representaron un 94,7 por ciento del total, con un aumento del 29,8 por ciento interanual. En tanto, las ventas por el canal online sumaron 4838 millones, un 5,3 por ciento del total pero con un crecimiento del 224,8 por ciento anual.

El gobierno está trabajando con los supermercados para contener la suba de precios y así contribuir a la mejora del poder adquisitivo del salario, necesario para que suba el consumo. En esa línea se inscribe el reciente acuerdo para ofrecer cortes de carne a precios más baratos.

Por otro lado, el Indec informó que las ventas en los grandes centros de compra bajaron 46,7 por ciento. Sin embargo, avanzaron 41 por ciento en relación a octubre, con la apertura de los shoppings concretadas desde mediados del mes previo en la Ciudad de Buenos Aires. En el desagregado de rubros, los mejores desempeños relativos, con subas interanuales, se verificaron en amoblamientos, decoración y textiles para el hogar, ropa y accesorios deportivos y electrónicos, electrodomésticos y computación. En cambio, la caídas más fuertes se dieron en diversión y esparcimiento, patio de comidas, alimentos y kioscos e indumentaria, calzado y marroquinería.