Artistas famosos, científicos reconocidos, deportistas que están “en el corazón del pueblo”, podrían ser portavoces del mundo que batalla contra el coronavirus. Entre ellos se alista Moria Casán. Y tras su declaración a favor de la vacuna, se desató la polémica por una práctica que ya se implementa en otros países. En dialogo con Página/12, Pedro Saborido, Juan Palomino, Erika Halvorsen, Victoria Onetto y Luis Ziembrowski, analizan el debate y sientan posición sobre los beneficios de contar con “interlocutores válidos” para los tiempos que se avecinan.

Con artillería pesada, como acostumbra cada vez que se pone de punta, Moria Casán salió a defender la vacuna y una campaña para contrarrestar la expansión del coronavirus. “Soy pro-vacuna, me voy a vacunar con la Sputnik”, sostuvo la diva en una entrevista televisiva en El Nueve. Y detalló sobre una propuesta informal del Ministerio de Salud bonaerense: “Me llamaron para saber si quería por mi edad, porque soy de riesgo, y les dije que sí, absolutamente. Para eso están los científicos, que trabajan para que tengamos una vida mejor. Si me di todas las vacunas, toda mi vida, ¿por qué no me voy a dar esta?” argumentó. Para disparar luego: “sería ignorante si no lo hiciera”.

Aunque desde la cartera bonaerense explicaron a Página/12 que, por el momento, la idea de esa campaña “está suspendida”, fundamentan que podría implementarse “cuando haya una buena cantidad de dosis”. Confirman que una campaña voluntaria está considerada ya que es “importante concientizar a la sociedad” y contar “con personalidades destacadas de diferentes ámbitos” sería una manera de posicionar un mensaje positivo en torno al tema. Incluso Axel Kicillof anticipó que se podría invitar a referentes de la cultura o el deporte a participar de una campaña en este sentido.

Lo mismo abonan otras personas con reconocimiento público, como Jorge Rial, desde sus redes sociales cuando comenzó a hablarse de la posibilidad: “Me despierto y la manada propone famosos para que se den la vacuna rusa. Con tono agresivo me ponen en la lista. Lejos de ofenderme me parece una buena idea. Ojalá sirva para, después, poder ayudar a los ignorantes ilustrados de las marchas y la tierra plana” señaló en un twitter, en noviembre. En esos días, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, había señalado que “podría sumar confianza que haya famosos que se vacunen”, respecto a la necesidad de generar consenso sobre la práctica de inoculación.

La palabra de Vizzotti llegaba en línea con lo que en diferentes países ya comienza a ser una nueva forma de combatir la pandemia: comunicar sobre la necesidad de vacunarse. En el Estados Unidos de la administración Biden, los famosos aportan su voz destinada a la comunidad latina, la que más sufre muertes y contagios por covid: José Luis “El Puma” Rodríguez y el productor musical Emilio Estefan, han hecho fuertes declaraciones públicas luego de aplicarse sus primeras dosis.

Juan Palomino sostiene que los artistas, científicos o referentes sociales “pueden ser interlocutores válidos, para contrarrestar las ideas antivacunas”. Y explica: “Creo fervientemente en eso, y eso se puede transmitir, y sirve para ayudar a pasar este mal momento” puntualiza.

Para Pedro Saborido, escritor, guionista y responsable de la efectiva campaña de la “Cuidadanía”, el valor del “famoso” es que “transmite confianza”. Y aunque para su campaña eligió a jóvenes anónimos, Saborido coincide en que habitamos “un sistema de religiosidad de celebridades. Y no es momento de exquisitez ideológica. Hay que salvar vidas. No entiendo ¿cuál es la polémica? ¿Cuál sería la campaña correcta? ¿Sin famosos?” se pregunta. “Consumimos famosos todo el tiempo –reflexiona--. Vemos Netflix y ficción todo el tiempo. Esto es lo mejor que tienen para ofrecer”. Y corona sobre la fama y reconocimiento una sentencia: “Nunca mejor utilizados”, sostiene sobre la posibilidad de que esta campaña se concrete.

“Toda campaña para concientizar a la población sobre los efectos positivos de la vacunación es válida –agrega Victoria Onetto--, porque la vacuna es la única salida a esta pandemia”. Para la actriz, el slogan sirve: “Unidos ¡vamos a lograrlo!”, enfatiza. En tanto la escritora y guionista Erika “Keka” Halvorsen avanza sobre un concepto que hilvana lo obvio a la épica: ve la vacuna como “la única herramienta que tenemos para recuperar la libertad, esa palabra tan usada para tirar la pandemia adentro de la grieta” acierta. Y advierte: “Me imagino que, dentro de 10, 20, 30 años, cuando narremos esta peste y contemos las operaciones en contra de la vacuna que se hicieron, no vamos a poder creer lo miserable que puede llegar a ser la humanidad”.

“Hay que vacunarse para acabar con las muertes” define Ziembrowski. Una campaña para concientizar, para el actor, es parte de la trama que sirve “para curarnos y ayudar a curar. Para que acabe el sufrimiento, la incertidumbre, la angustia. Los que creemos en un proyecto colectivo sabemos que eso es lo primordial para lograr la fiesta del pueblo, la felicidad del otro” sostiene. “Primero es vacunarse”, grafica y luego “ir detrás de la reconstrucción de la tragedia que nos dejó el último proyecto neoliberal. Son los que creen en el mérito como salvación. Y ¡oh casualidad! son los antivacunas”.