En lo que va de 2021, ocho niños y niñas ingresaron con heridas de bala al Hospital de Niños Víctor J. Vilela. El último caso fue anteanoche, cuando Lola, de ocho años, llegó al efector con una herida de bala en el muslo izquierdo. La pequeña quedó en medio de un hecho de violencia extrema, cometido en Ruillón y Maradona, en el que fue asesinado un hombre de 25 años --sin relación con la nena-- durante una ráfaga de disparos que partieron de un auto en movimiento. Los casos se repiten como consecuencia de sucesos en los que no tienen nada que ver. "Quedan en medio de situaciones en las que no saben ni porqué ocurren", lamentó Carolina Binner, subdirectora del efector que en 2020 atendió una veintena de casos similares.

Nicolás Gauna fue atacado a tiros en inmediaciones de un carrito de comidas, pasadas las 21 del martes, donde había otras personas. Una de ellas era Lola, quien resultó herida como consecuencia del accionar de tres hombres que circulaban en un auto blanco y descargaron balas en el lugar. "Ingresó con una herida en muslo izquierdo, con entrada y salida, sin compromiso oseo ni vascular. Está evolucionando bien, acompañada de su familia", dijo la subdirectora del hospital.

Al mismo tiempo, la profesional dio cuenta de que no es la primera víctima consecuente de atentados armados en la ciudad. "En lo que va del año tuvimos ocho situaciones de niños que ingresaron con heridas de armas de fuego", indicó. 

Uno de los hechos más cercanos es el de la pequeña de apenas un año que fue herida --junto a sus padres--, en 27 de Febrero al 7800 de barrio Godoy, la madrugada del 30 de enero, y que sigue internada. El día anterior también impactó el caso de un chiquito de dos años en el mismo barrio, que resultó herido en un brazo. 

Pero los hechos de este tipo se dieron desde el primer día de 2021, cuando un nene de 9 años que jugaba, pasadas las 20, en la vereda en su casa de Villa Gobernador Gálvez fue herido por una bala en uno de sus brazos a causa de las detonaciones que partieron de un auto rojo que pasaba por Soldado Aguirre al 1600. Otro episodio se sumó el lunes 4 de enero, cuando una familia cenaba en su casa de calle 2106 al 7000, en el barrio Tío Rolo, y una chica de 13 años resultó herida por una bala que le rozó el pecho. 

Pasada la primera quincena de enero, se conoció el caso de Alma, de 12 años. El ataque fue contra una vivienda de barrio Tablada, cuando un hombre abrió fuego en la zona de Ayacucho y Centeno, por donde la niña caminaba con su mamá y debió ser trasladada al Vilela, donde tuvo que ser operada. Una semana después, una adolescente de 14 años llegó al hospital de Niños herida por un proyectil que la impactó dentro de la casa de sus tíos, en Gaboto al 3300. Y el 4 de febrero, una nena de 10 años fue herida en una pierna, en la zona de Felipe Moré y Rueda, cuando dos personas en moto llegaron al lugar y dispararon contra la familia, aunque todos estaban fuera de peligro.

La subdirectora del Vilela señaló que los meses de verano son épocas en los que "los niños están más en la calle". Según indicó sobre el abordaje de los casos, "el hospital cuenta con un equipo interdisciplinario para todo tipo de situaciones. Se trata de trabajadores sociales, psicólogos, pediatras y se aborda en particular cada situación. Las primeras medidas son en la guardia o donde esté internado el paciente, con todo el equipo médico, y luego se inicia el abordaje integral y desde otro lugar. Incluso, con la red de centros de salud", detalló. Sobre ese abordaje indicó que "se van trabajando también los miedos", una de las secuelas que van más allá de las heridas físicas. 

El viernes pasado, el ministro de Seguridad Marcelo Sain habló sobre los hechos con menores heridos de bala: "Los sicarios van y tiran a todo. Cambió mucho la cultura criminal. No tienen problemas en llevarse puesta a una persona con menores adelante  y a cualquier hora".