Para Paula Meijide el tiempo de pandemia sirvió para acomodar su historia y producir novedades. El encierro y la distancia mostraron su lado más fecundo y promovieron un trabajo de regresos y proyecciones, en el que la cantante y compositora elaboró su tan deseado reencuentro con el jazz, acaso su lengua madre. Dos discos, Bleary Blue y Live in Summer, dan cuenta de este transcurso. Se trata de trabajos producidos por Hernán Jacinto, en los que standars y temas propios conjugan la calidez intimista de la voz con un acompañamiento instrumental sensible y sugestivo. Este sábado a las 20 en La Tangente (Honduras 5317), Meijide, secundada por Jacinto en piano, Leonel Cejas en contrabajo y Javier Martínez Vallejos en batería –con el guitarrista Ramiro Penovi como invitado– será parte del DIM Festival. Un encuentro musical en vivo en el que también tendrá su set Sheila Piccolo, con sus retumbos de trap y otras derivas urbanas. La entrada es gratuita y está sujeta a capacidad de sala, acondicionada según los protocolos sanitarios.

“Después de Punto de luz –su disco de 2017, con canciones propias– me agarró la desesperación por cantar jazz. Hacía tiempo que planeaba cantar jazz. Necesitaba el swing, reencontrarme con esos standars”, dice Meijide a Página/12. “Incluso esa necesidad de jazz hizo que me apurara, porque la idea inicial para Bleary Blues era la de hacer un disco de temas propios. Pero me ganaron esos standars maravillosos con los que me estaba reencontrando, temas como “I Remember You” y “I Falll in Love Too Easily”, y quise grabarlos. En cambio para “Live in Summer”, tuve todo el tiempo que me dio la cuarentena para componer y ahí pude hacer un disco con temas míos”, explica Meijide.

Formas personales del swing, el soul, el pop para un groove delicado, condimentan la idea de jazz que sostiene las canciones de Meijide. “Me gusta lo que se genera tocando jazz. Amo las jam sessions, improvisar, poder tocar con formaciones diferentes y saber que aunque me suba a un escenario con músicos con los que no conozco, basta contar cuatro y se conjuga un mismo idioma, todo suena. Reencontrarme con ese mundo jazzero, del que me siento parte, me despertó también la inquietud de incorporar material propio”, explica.

Sobre las canciones de Meijide, el trabajo de Hernán Jacinto fue determinante para terminar de redondear la sonoridad flexible y amable que las caracteriza. “Hernán potenció mi música. Cuando le llevé los temas armados y escritos, me sugirió algunos cambios en algunas armonías y después hizo un gran trabajo de arreglos en varios de los temas. Además de ser un gran músico, un tipo inmensamente creativo y un técnico de grabación muy minucioso, Hernán es un amigo desde hace 20 años. Y eso hace que entre nosotros todo sea más cómodo y fluido”, asegura Meijide.

-- ¿De qué hablan las canciones de “Live in Summer”?

-- Son canciones compuestas en cuarentena y están inevitablemente ligadas a eso. Hablan de la soledad, el amor, el desamor, la espera y la esperanza. De alguna manera la metáfora que encierra Live in Summer es el deseo de que este eterno invierno de la pandemia termine.

-- ¿Por qué componés en inglés?

-- Compongo en inglés porque siento que puedo jugar mucho más con el lenguaje y sus sentidos. Cuando escribo en castellano soy más crítica conmigo misma, más exigente. Puedo estar días buscando una palabra que considere justa. En cambio en inglés siento más libertad, puedo articular frases más simples y más musicales, pero no por eso menos profundas.

“Conozco mis límites y en general compongo para la cantante que soy”, dice Meijide. Sin hablar de influencia –“es una palabra muy grosa”, sostiene–, le gusta nombrar una serie de compositores por los que siente atracción. En la lista se destacan los nombres de Joni Mitchell, Carole King y Stevie Wonder. “También me gustan compositores clásicos del jazz, como Duke Ellington y la sociedad entre Richard Rodgers y Lorenz Hart, entre tantos otros de los que ojalá haya podido tomar algo”, agrega la cantante y compositora.

Más allá de los géneros y los estilos, hablando de sus experiencias Meijide reconoce que las que tuvo trabajando en bandas lideradas por hombres no siempre resultaron buenas. “Soy muy rebelde y siempre saltan las desigualdades”, asegura. “Sí rescato la experiencia de haber sido parte de los tres trabajos del proyecto Varias Artistas de Lucas Martí –Papá (2007), Se puede (2011) y Presión social (2015)–, que además de un compositor tremendo y sensible es un tipo muy generoso. Esos proyectos en los que estábamos más de quince cantantes femeninas en escena fueron muy enriquecedores”, dice Meijide. “Pero definitivamente me gusta liderar mis propios proyectos, poder transmitir mis ideas. Desde que empecé a cantar profesionalmente sentí la necesidad de transmitir eso de que las mujeres debemos conquistar más espacios, en el arte, en la política y en todos los ámbitos de la vida”, concluye.