Un nuevo hogar para el Museo Nacional de Arte Oriental y un espacio exclusivo dedicado al escritor Jorge Luis Borges. Esas son las flamantes novedades en torno al uso que el Ministerio de Cultura de la Nación, a cargo del cineasta Tristán Bauer, le dará al Centro Cultural Borges. El fastuoso espacio que funciona dentro de las Galerías Pacífico (Viamonte 525) fue adquirido reciéntemente por el Ministerio, en lo que se anunció como una “restitución” del espacio por parte del Estado. Lo del MNAO y el sector dedicado al autor de Ficciones y El Aleph se suma a las intenciones del equipo de Bauer de vincular el CCB con el Museo Nacional de Bellas Artes, ya que allí tuvo su primera sede.

Bauer confirmó la noticia después de una recorrida por los 10.000 metros cuadrados del Centro Cultural junto al jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Un día antes Bauer se había encontrado en el mismo lugar con María Kodama, viuda del emblemático escritor argentino.

“El Museo Nacional de Arte Oriental no tiene sede en este momento”, observó Bauer. El MNAO reabrió sobre el final de la gestión macrista, después de muchos años cerrado, pero lo hizo casi en el aire: sin sede propia, tomando prestada alguna sala del Museo Nacional de Arte Decorativo (Av. del Libertador 1902) y con visitas por turnos, aún antes de que siquiera se supiese que había una pandemia en marcha. “Tiene una colección extraordinaria y queremos profundizar el arte oriental contemporáneo, que tanta presencia tiene hoy en el mundo”, anticipó Bauer y confirmó que ya “marcaron un espacio” para que el MNAO “habite” en una de las salas del Borges. Efectivamente, el arte plástico y las disciplinas visuales orientales experimentan un enorme crecimiento desde hace un par de décadas, en paralelo al peso que sus mercados imprimen en la economía mundial. Y cualquier recorrida por las grandes ferias y bienales internacionales permite corroborarlo.

Desde el Ministerio aún no aclararon cuándo tomarán pleno control del espacio. Por el momento, Bauer explicó que trabaja en conjunto con la Fundación para las Artes, que administró el centro cultural durante 25 años. “Va a ser progresivo, estamos trabajando muy bien con ellos y vamos a convivir un tiempo”, aclaró y celebró su adquisición como “un espacio más para la cultura nacional”. Al respecto, Bauer prometió que se planteará “una concepción federal en la que tengan cabida acá las obras y los artistas de las distintas provincias”, al tiempo que recordó la vigencia de la pandemia de covid-19.

En los últimos años, el Centro Cultural Borges era escenario de muestras de artes plásticas, obras teatrales, shows de tango y cobijaba diferentes iniciativas. Desde una de ellas, la Escuela Mundial de Tango GE, expresaron en las redes sociales su preocupación, ya que aún no saben si conservarán el espacio que alquilan allí. Desde el Ministerio señalaron a Página/12 que aún no hay novedades al respecto, aunque los señalamientos del ministro sobre el trabajo junto a la Fundación para las Artes permite suponer que al menos por un tiempo no habrá cambios en la situación del espacio.

La construcción del actual Centro Cultural Borges comenzó en 1891 y cinco años más tarde albergó la primera sede del Museo Nacional de Bellas Artes. Casi medio siglo después, cinco artistas plásticos emblemáticos (Antonio Berni, Lino Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro) pintaron la cúpula que aún hoy cautiva a sus miles de visitantes anuales. Esos murales se restauraron dos veces, la última hace 30 años. El edificio en su totalidad fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1989, aunque el menemismo luego lo concedió a Galerías Pacífico S.A., que lo convirtió en un shopping. El espacio dentro del shopping que hoy ocupa el Centro Cultural Borges fue creado en 1995 con la inauguración de tres exposiciones, a las que incluso asistió el entonces rey de España Juan Carlos. Desde entonces lo administró la Fundación para las Artes, hasta la “importante y cordial negociación” que lo puso en manos estatales.

Uno de los primeros anuncios anticipaba “una puesta en valor cultural y estética”, un sitio bajo curaduría del Palais de Glace “con exposiciones que acerquen miradas contemporáneas sobre su acervo”, y “un espacio dedicado a impulsar, promover y alentar el mercado de artesanías locales de la Argentina”. Una comparación puede poner en perspectiva la magnitud de su incorporación a la infraestructura de la cultura nacional: sus 10.000 metros cuadrados equivalen a agregar un piso entero al Centro Cultural Kirchner, que es el más grande de su tipo en América Latina. Ahora el objetivo será “profundizar su carácter patrimonial, agregándole una importante participación federal”, señalan desde el Ministerio de Cultura.

Cultura Inclusiva

El área de Cultura Inclusiva del Centro Cultural Borges cumplé tres años. Se lanzó en 2018 en el Auditorio Ástor Piazzolla gracias a la donación de la Mutualidad Argentina de Hipoacusia y forma parte del programa “Sin barreras”. El área tiene un aro magnético, que es un amplificador adaptado para entregar su señal de salida a un cable que rodea la sala. Esto genera un campo magnético que la bobina de los audífonos o los implantes cocleares pueden captar si se los coloca en una de sus funciones (la “T”). Así, las personas hipoacúsicas pueden recibir directamente el sonido, sin luchar contra los habituales obstáculos sonoros de estos espacios, como la distancia, los ruidos de fondo o la reverberación.

“Nuestra misión es universalizar la inclusión y accesibilidad”, señala Patricia Ludueña, a cargo del área de Cultura Inclusiva y jefa de prensa del Centro Cultural Borges desde hace 20 años. “Debemos reaprehender procesos de subjetivación y de Inclusión; en el armado social-cultural de una sociedad más justa, más equitativa con un acercamiento al otro/a, donde todas las disciplinas tendrán que conjugar su creatividad”, plantea y propone.