El presidente Alberto Fernández visitará este mediodía el taller de la Universidad Nacional de Hurlingham donde se fabrican los medidores de dióxido de carbono que permiten disminuir el riesgo de contagio de Covid en lugares cerrados.

Los equipos se utilizarán en los colegios para medir en tiempo real la necesidad de ventilación de las aulas, garantizando así una mayor seguridad para las clases presenciales.

En la recorrida, el presidente estará acompañado por el intendente del distrito Juan Zabaleta, el secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk y el vicerrector Walter Wallach.

Los dispositivos fueron desarrollados por estudiantes y profesores de las carreras de Diseño Industrial, Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Informática. Creados originalmente para la prevención de una eventual mala combustión de gas, con la pandemia pasaron a cumplir una nueva función, la de controlar que los ambientes permanezcan ventilados. 

El aire que se exhala al respirar contiene dióxido de carbono,  por lo que  su presencia en exceso en un ambiente funciona como un indicador del riesgo de contagio de coronavirus. 

El desarrollo del prototipo estuvo a cargo de Jorge Aliaga, actual secretario de Planeamiento y Evaluación de la universidad, y anteriormente decano de Ciencias Exactas de la UBA. Cuando se realizó su presentación, Aliaga explicó que la concentración de CO2 en ambiente ventilado es de 400 ppm, y que un límite prudente para un aula  es evitar que su concentración supere las 800 ppm. “Si se pasa ese umbral, se deberá generar una mayor corriente de aire, abriendo más puertas y ventanas, forzar la circulación de aire fresco o, de no ser posible, evacuar el ambiente". Al detectar una cantidad de dióxido de carbono mayor a la recomendada, el meidor hace sonar una alarma.

La Universidad ya está fabricando medidores para 400 escuelas de Hurlingham y Morón, y la idea es que su uso se amplíe a la mayor cantidad posible de centros de estudios.