Reabrieron las instituciones educativas en Salta y las comunidades originarias realizan distintos reclamos vinculados al derecho a la educación. En Misión Carboncito, comunidad del Pueblo Wichí, sus pobladores cortan la ruta provincial 53 desde el lunes último pidiendo que se sigan dictando clases en el anexo del colegio secundario donde sus hijos e hijas cursaron primero y segundo año pero ahora no les habilitan la posibilidad de cursar el tercer año, por lo que deben trasladarse a Misión Chaqueña para continuar sus estudios. 

"Que no nos quiten lo que hemos logrado", expresó la presidenta de las Mujeres Arcoiris Lawu Khanifwtas, Patricia Ferreyra. La referenta contó que en 2019 lucharon para poder tener el anexo del Colegio Secundario en Misión Carboncito. Lograron que el Ministerio de Educación de Salta le dé apertura en 2019, en el turno tarde, funcionando en el mismo edificio donde en la mañana funciona la primaria. Comenzó con el primer y segundo año, y este año, los y las adolescentes esperaban poder cursar el tercero, sin embargo, no lo habilitaron. "Son 115 alumnos", indicó la referenta. 

Ferreyra explicó que ahora, como antes, para continuar el secundario, la única opción  es ir a Misión Chaqueña, que les queda lejos y con limitaciones con el transporte.  "Nosotros vivimos sufriendo tantos atropellos, discriminación, a veces los profesores no van y nuestros hijos tienen que volver caminando 5 kilómetros hasta la casa. Es difícil el transporte", relató. Según precisó, las clases en el Colegio Secundario de Misión Chaqueña empiezan a las 16 y terminan a las 20, para ir y volver tienen que esperar un colectivo que muchas veces se retrasa, además cuando por alguna razón se desocupan antes tienen que volver a pie. 

"Tenemos actas, hicimos un acuerdo con supervisores y estaba también el director. Para que en el año 2020 se dé tercero", insistió Ferreyra, como el año pasado hubo pandemia y las instituciones educativas estuvieron cerradas, tendría que dictarse este año. Sin embargo, desde el Colegio informaron a padres y madres que tercero y cuarto año se dictarán en Misión Chaqueña. "Hemos hecho una reunión, hemos dicho que por qué nuestros hijos van a sufrir tanto. Ya que tenemos el anexo, que se respete y nuestros hijos vayan a estudiar en nuestra comunidad", expresó. 

"Por eso estoy en la ruta. No quiero bolsones. Estoy reclamando educación", manifestó Ferreyra. Contó que son 150 madres protestando y 50 padres. Están con el cacique de Carboncito, Ceferino Vallejos, también el cacique de Misión La Esperanza, Mario Molina y el cacique de Misión Chaqueña, Balvino Díaz.

Ferreyra explicó que a los estudiantes de La Esperanza y de Misión Salim 1 y 2 también les queda más cerca estudiar en Misión Carboncito. "Necesito respuestas. Mañana el corte de ruta será total, es la única solución", sostuvo. Entre el lunes y martes los cortes eran intermitentes, cada dos horas, pero extremarán la medida porque no han tenido respuestas del Ministerio de Educación provincial. 

La referenta señaló que además de negarles el derecho a la educación, en su comunidad carecen de todo: "No tenemos agua, ni tachos, ni viviendas, ni semillas para plantar, nada (…) Sacamos el agua de la escuela".

Reclamo en Pichanal 

Por otro lado, en la localidad de Pichanal, cuatro mujeres que se desempeñaban en áreas de maestranza y como ayudantes de cocina solicitan volver a esos puestos laborales, ya que el municipio cambió de tareas a tres de ellas y a otra la despidió, les pagaban entre 4 mil y 6 mil pesos. 

Se trata de Mariana Taboada y Yolanda Vaca, quienes se desempeñaron en tareas de maestranza en la escuela 4.286, Juan Domingo Perón, durante 5 años y con un sueldo de 4 mil pesos. También de Marisa Merile, quien hace 10 años cocinaba en la escuela. De ésos, trabajó nueve años solo por la comida y el último año recién comenzó a recibir una paga mensual de 6 mil pesos. Su hermana, Mariam Merile, se encontraba en la misma situación pero la despidieron el año pasado. Todas son de la comunidad Misión Wichí de Pichanal.

Taboada explicó a Salta/12 que dependen del municipio, pero ella y Vaca se desempeñaban hace 6 años en la escuela. El año pasado, con la pandemia, las pasaron a la Secretaría de Salud de la municipalidad, las pusieron a trabajar a controlar la temperartura de personas que ingresan al edificio municipal, sin ningún seguro ni cobertura médica. Si enfermaban les descontaban los días que faltaban, o las obligaban a ir a trabajar igual, incluso contaron que a compañeras que se contagiaban con la covid-19 las despedían, también dijeron que no las capacitaron sobre cómo cuidarse como trabajadoras. Ahora se desempeñan en tareas de descacharrado en la campaña contra el dengue. 

La trabajadora dijo que quieren volver a la escuela porque allí ya tenían un expediente presentado en el Ministerio de Educación para que las registren en algún momento; además, tenían varios años de trabajo en la institución y les queda más cerca. Las cuatro son madres que crian solas a sus hijos e hijas y no tienen cómo pagar a alguien que los cuide mientras trabajan. En la escuela, podían llevarles con ellas. 

Taboada tiene una bebé de dos años y una nena de 5. Marisa Merile, tiene 5 hijos, a ella la pasaron a tareas de limpieza en la Secretaría de Cultura municipal. Miriam Merile, quedó sin trabajo, tiene 4 hijos, se desempeñó por casi 10 años en la cocina, "colaborando" solo a cambio de la comida para ella y sus hijos, "entraba a las 6 y salía a las 16, es una escuela de jornada completa", relató. 

Vaca contó que tiene 5 hijos de 13, 10, 9 y 4 años. El niño de 9 años tiene discapacidad, y lo tiene que dejar con el hijo mayor, de 17 años para que lo cuide, quien además tiene retraso madurativo leve.  

"Hay discriminación porque metieron gente criolla y nos sacaron a nosotras. Por qué no nos vuelven a mandar a nosotras que estamos hace años, queremos que nos llegue el nombramiento", sostuvo Taboada. Aclaró que ingresaron 3 mujeres indígenas de su comunidad a trabajar en la escuela para hacer tareas de limpieza y que las apoyan en el reclamo que están realizando. 

Explicó que el intendente Sebastián Domínguez les dijo que hablen con su hermano, el presidente del Concejo Deliberante, Marcos Domínguez, "porque él se encarga del personal", quien "dijo que no porque ya están otras chicas y que no puede. Me dijo que vaya el viernes". Las mujeres dijeron que tomarán la escuela si no obtienen respuestas a su reclamo.