"Abril es el mes más cruel: engendra

lilas de la tierra muerta, mezcla

recuerdos y anhelos, despierta

inertes raíces con lluvias primaverales".

T.S. Eliot, La tierra baldía.

Cuarenteñeros y cuarenteñeras: ¡llegó abril!

Puedo imaginar que ante todas las cosas que están pasando, usted y usteda hubieran preferido que la noticia, un tanto eufórica (dados los signos de exclamación) fuera otra: un logro social o económico; una vacuna argentina que te haga inmune a todos los virus, neoliberalismo e infodemia incluidos; el premio Nobel de la Paz para las Abuelas; que MM se retirara de la literatura donde nunca estuvo y de la política donde tampoco pero él cree que sí; que haya paz en el mundo y en la Tierra paz a los hombres, como dice la Misa Criolla; que se estrenara una nueva temporada del comisario Montalbano, Rocco Schiavone, C.B. Striker, El Método Kominsky, Jack Taylor, Supongamos que (NY) Es una Ciudad o alguna otra serie de esas que dan ganas de cuarentenar tranquilo; que los médicos hubieran detectado que la actividad sexual aumenta los anticuerpos contra el virus y además transmite la inmunidad a la otra persona o ser vivo en cuestión, etceteretrix.

Bueno, no tengo ninguna de esas buenas noticias para darles, así que confórmense con lo que hay: ¡Llegó abril! O, un poco más optimista: ¡Llegamos a abril!

Y quizás sea el momento de algunas reflexiones, mientras los virus en sus distintas cepas y variantes tiran abajo las teorías que supimos conseguir.

· Los niños juegan juegan y juegan, van de paseo, van a la escuela en burbuja, y el contagiódromo sigue funcionando a velocidad crucero... Quizás haya algo que pensar, ¿no?

· En Semana Santa, además de festejar el aumento del pescado para varias religiones, hay quienes cumplen con el ritual turístico creyendo que a ellos no les va a pasar nada.

· A diferencia de otras vacunas, con estas, tal vez por la urgencia con que se inventaron, el vacunado puede infectarse y enfermarse (aunque más levemente), contagiar a terceros, cuartos o quintos, incluso décimos.

· Por si éramos pocos, aparecieron cepas o variantes que pueden dejar impotente a quien hasta ayer se autopercibía potente; atacar a seres de todo sexo, género y edad y no aceptar sobornos ni rezos ni decretos de ninguna clase.

· “Especialmente en abril se echa a la calle la vida, cicatrizan las heridas y al corazón como al sol se le alegra la mirada”, cantó Serrat. Silvio Rodríguez estaba "como esperando abril” y hablaba de días felices (que los tenemos, sí, pero en medio de esta calamidad). Baglietto nos hizo llorar con su “era en abril” y Joaquín Sabina, quizás el mejor predictor, se preguntaba hace tres décadas "quién me ha robado el mes de abril”.

· Simon and Garfunkel cantaban “April, come she will”, y Ella Fitzgerald, Louis Armstrong o Frank Sinatra, entre otros dioses humanos, interpretaban la inolvidable “April in Paris”. Y no olvidemos los "veinticinco abriles que no volverán" ni “qué querés, Cipriano, ya no das más jugo, son 50 abriles que encima llevás”, del tangazo Enfundá la mandolina.

· Como lamentablemente su papá no usó preservativo nueve meses antes, el 20 de abril de 1889 nació, en Austria, quien demostraría al mundo cuán monstruoso puede ser un ser humano. Por buen gusto, no lo vamos a nombrar, pero sus iniciales, por si alguien tiene dudas, son A.H.

· Los 24 de abril se conmemora el tremendo genocidio del que fue víctima el pueblo armenio en 1915.

· El 2 de abril de 1982, una causa noble y justa fue insultada por un generalísimo de copas que mandó a morir a sus propios soldados, cuyas vidas parece que le importaban tan poco como las del resto de los argentinos.

· Ese mismo día, por la noche, se transmitía la entrega de los Oscar. Cada vez que mencionaban una película, se escuchaba la música correspondiente. La que obtuvo más premios fue Reds, de Warren Beatty, cuya banda de sonido era... ¡sí, la Internacional! De modo que, ese día, la marcha de la revolución soviética sonó en nuestra televisión, en plena dictadura y entre los cánticos que llamaban a recuperar las Malvinas.

· En abril de 1987, algunos militares se embetunaron, desafiando la moda y la democracia.

· ¿Cuánto falta para que las personas entendamos que “el otro al que sí le pueden pasar cosas que a nosotros no nos van a pasar" somos nosotros mismos?

Sugiero acompañar esta columna con este video El bisnieto de Gardel: Por una terapia, de, ante, hacia, para, con y por RS Positivo (Rudy-Sanz).