El fiscal general federal Carlos Amad solicitó ayer 14 años y 8 meses de prisión para el exconcejal Mauricio Gerónimo, a quien acusó en calidad de autor del delito de transporte agravado de estupefacientes. La querella de la Unidad de Información Financiera (UIF), representada por los abogados Miguel Mogrovejo y Javier Jara, pidió una pena más dura, de 16 años, por entender que fue el "organizador" de este delito. 

En cambio, la defensa de Gerónimo, a cargo del abogado Carlos Bianco, pidió la absolución, aunque subdiariamente solicitó que en caso de que no se acepte su primera solicitud, el exconcejal sea condeando como partícipe secundario de una tentativa de transporte de estupefacientes, lo que bajaría sensiblemente el monto de la pena. 

Los alegatos se produjeron ayer tras dos semanas de audiencias ante el Tribunal Orán Federal Nº 2 de Salta, en las que se escucharon más de 25 testigos.

Los querellantes, los primeros en alegar ayer, resaltaron la investigación inicial llevada adelante por el fiscal federal Ricardo Toranzos. Según recordaron, las pesquisas se orientaron en varios flancos, aunque finalmente se centró en el departamento Anta, en el sur de Salta, donde se presumía que una organización delictiva liderada por el empresario boliviano Wilson Maldonado Balderrama (detenido el 27 de enero de este año en Bolivia) había arrojado cocaína a través de avionetas.

Mogrovejo y Jara afirmaron que el hecho por el que se juzga a Mauricio Gerónimo ya fue probado en el primer juicio contra los otros integrantes de la banda, que concluyó el 5 de septiembre de 2018, con la sentencia dictada por el Tribunal Oral Federal N° 1, que condenó a Sergio Velarde y a Alejandro Maurín a 14 años de prisión, mientras que José Melgarejo, Rubén Velarde y Francisco Escudero recibieron una pena de 12 años, y Jesús Gerónimo fue condenado a 9 años, por transporte de estupefacientes agravado

Mauricio Gerónimo está siendo juzgado acusado de ser parte de una banda delictiva que en 2016 organizó el transporte de 267 kilos de cocaína, cargamento que fue secuestrado el 14 de febrero de 2016, en un control sobre la ruta nacional 16, a 5 kilómetros del municipio de Taco Pozo, en la provincia del Chaco

Siete integrantes de esta banda fueron detenidos en ese momento. Los querellantes recordaron que Melgarejo era el conductor del camión Mercedes Benz que llevaba la droga, Rubén Maurín iba como escolta en una camioneta Ford Ranger, y Mauricio Gerónimo también iba en la ruta, con una Fiat Torino, y pudo escapar. 

Asimismo, los hermanos Sergio y Rubén Velarde y su tío, Francisco Escudero, se encargaron de alquilar el campo donde se dejó caer la droga, que luego acondicionaro en el camión. Y Jesús Gerónimo fue detenido en una casa de la localidad de El Carril, con 521.000 dólares en un bolso, dinero de su hermano Mauricio, se demostró que se preparaba a huir también él. 

Además de ser una banda de familaries (los Maurín son hermanos, igual que los Gerónimo, e igual que los Velarde, que además son sobrinos de Escudero), esta organización tiene la característica de que la integraban dos concejales: Mauricio Gerónimo y Alejandro Maurín integraban el Concejo Deliberante de Profesor Salvador Mazza, pueblo que linda con la frontera internacional con Bolivia. 

 Ante al tribunal, presidido por el juez Abel Fleming, Gabriela Catalano y Domingo Batule

Gerónimo era el que pagaba 

Para el fiscal Amad, el segundo en alegar, en este debate y con la prueba expuesta en el juicio a los otros integrantes de la organización, se demostró la participación de Mauricio Gerónimo en el hecho, aunque difirió con la querella respecto a la figura penal. “A criterio de esta fiscalía, Gerónimo no fue el organizador, sino que su función fue la de efectuar los pagos al resto de los integrantes de la banda, pues así surge de numerosas intervenciones telefónicas dispuestas en el marco de la investigación del caso”, explicó.

Para ello, señaló algunas conversaciones en las que otros imputados, e incluso la esposa de uno de ellos, mencionaron que la plata de los pagos la traía el “Gordo”, apelativo con el cual se hacía referencia al exconcejal Gerónimo. Amad dijo que el acusado tenía cierta posición de poder con respecto al resto, pues se hacía lo que él decía.

El fiscal consideró acreditado que antes del traslado de la cocaína los integrantes de la banda mantuvieron una especie de “asamblea” de directorio en el comedor La Negrita de la localidad de El Quebrachal. “A esa reunión no fueron los Guardianes de la Doctrina de la Fe", ironizó, "fueron Gerónimo, Maurín y el resto de sus cómplices para finiquitar los detalles del transporte de semejante cantidad de droga”, sostuvo

Amad le adjudicó el rol de organizador a Maldonado Balderrama, quien tenía a Gerónimo y a los Maurín, entre otros, como “segundones”. “Cada uno sabía muy bien qué debía hacer, y si se espera ver una foto de Gerónimo cargando los paquetes de la droga, no la van a ver, porque esa no era su función, pues cada uno sabía muy bien su rol y el de este acusado era el que hacía los pagos”, agregó.

Entre otras pruebas incriminatorias, el fiscal se refirió al dinero que tenía su hermano Jesús Gerónimo, plata que no podía justificar. Amad recordó asimismo que Gerónimo no pudo probar que a través de su negocio de venta de teléfonos celulares pudiera ganar medio millón de dólares, ni que esa plata la haya ganado con la producción y exportación de granos. “Como esto quedó en evidencia, pues el día que transportaron la droga ni siquiera tuvieron el reparo de cargar el camión con soja o algún otro grano para disimular la carga real que llevaban. Y no lo hicieron porque no tienen ni idea de esa actividad; alquilaron un campo y no plantaron ni sembraron nada porque lo único que saben hacer es traficar droga”, destacó.

En contra de Gerónimo enumeró también que escapó el día del procedimiento y se mantuvo prófugo por casi cuatro años en Bolivia, donde fue detenido por la policía de ese país. “Agradezco a la fuerza de seguridad boliviana por detenerlo, pero lo que me pregunto es por qué Gerónimo, que aduce no tener nada que ver con el hecho, no se presentó antes a la justicia. Y la respuesta es porque sí tenía que ver y él lo sabe”, señaló.

Por otra parte, el fiscal señaló que la droga secuestrada "tenía una pureza del 80 % e iba oculta en doble fondo en el frente del camión”. “Con este veneno que es la droga dañan la salud pública, corrompen la sociedad y lo hacen con el único objetivo de tener una vida de ricos, de acumular dinero que de ninguna manera pueden justificar, a menos que hayan ganado la lotería, lo que tampoco sucedió en este caso”, agregó.

Reforzando los alegatos de la querella, Amad destacó que “no sólo existe una condena ya dictada sobre el mismo hecho, sino que la Cámara Federal de Casación Penal confirmó dicha sentencia”.

También recordó que el camión utilizado en el transporte de la droga estaba a nombre del exdiputado provincial Ernesto Aparicio (f), quien fue investigado por actividades vinculadas narcotráfico. En su momento, el entonces legislador, fue señalado como uno de los responsables del homicidio de Liliana Ledesma, cometido en 2006 en esa localidad.

Cruces con la defensa 

Tras el alegato del abogado de Gerónimo, Carlos Bianco, el fiscal Amad tildó de “cobarde” la estrategia defensiva de adjudicarla al fiscal Toranzos haber direccionado la investigación hacia el exedil. Tal como vino afirmando Gerónimo desde el mismo momento en que huyó, la defensa, tanto en la apertura del juicio como en su alegato ayer, afrimó que se trató de una campaña orquestada desde la política para perjudicar a su cliente.

Llama la atención que junto a estas manifestaciones surjan afiches y denuncias contra el fiscal Toranzos, cuya honra no puede ser manchada simplemente porque no tiene manera de defenderse. No fue el fiscal, tampoco el juez de instrucción de la causa, ni la docena de magistrados que confirmaron los hechos en contra de Gerónimo, mediante distintos fallos, los que se reunieron en El Quebrachal con Maurín y Velarde, entre otros, para coordinar el transporte de la droga. Fue Gerónimo y eso quedó ampliamente probado en este juicio, tanto por las pruebas presentadas como por la declaración de los testigos”, aseguró el fiscal Amad.

Las alusiones de perjuicio político no tienen ningún asidero, pues el sector político al que perteneció el acusado siempre ganó en Salvador Mazza, tanto así que llegó a ser concejal, como así tampoco es cierto que el expresidente Mauricio Macri felicitó al fiscal Toranzos por haber metido preso a Gerónimo, siendo que, al momento del hecho, ni siquiera existía Juntos por el Cambio, el partido en el que militaba Macri. Son todas mentiras que sólo bastardamente buscan denigrar y desviar la atención de la verdad, y esa es que Gerónimo participó del transporte de 267 kilos de cocaína”, finalizó Amad.