Municipalidad, Universidad y organizaciones sociales desplegaron más de 300 operadores el martes a la noche sobre la ciudad, en busca de censar a personas en situación de calle, con el propósito de ajustar el abordaje de políticas sociales y preparar la infraestructura de refugios para la temporada invernal. 

Desde el atardecer y hasta la medianoche, 368 voluntarias y voluntarios relevaron esa población de acuerdo a un mapeo de 63 zonas donde se detectan personas que pernoctan a la intemperie de manera habitual. "El propósito es recabar información fidedigna y actualizada sobre la realidad de esta población, y trabajar las historias de cada persona", resumió el secretario de Desarrollo Humano y Hábitat municipal, Nicolás Gianelloni a Rosario/12.

El censo había quedado pendiente entre las tareas postergadas por la pandemia. Era uno de los propósitos que se fijaron la Municipalidad, la Universidad Nacional de Rosario y una docena de instituciones civiles cuando el Ejecutivo local llamó a constituir una mesa de gestión social. "Es la forma que nos dimos para conocer a fondo una problemática tan compleja y dar solución, construyendo políticas públicas que aproximen respuestas concretas a la población que hoy está en situación de calle”, argumentó.

La tarea se complementa con la apertura el año pasado de refugios abiertos las 24 horas, rondas nocturnas con voluntarios y personal municipal, y asistencia sanitaria. Desde mayo, se albergará a estas personas en cinco refugios coordinados por esa mesa de gestión: Refugio Municipal, Sol de Noche, Estadio Municipal, Cáritas y ex Buen Pastor.

Gianelloni evitó definir cifras todavía en proceso, pero refirió que un relevamiento anterior, de 2018, realizado solo por las ONGs, había medido entre 300 y 400 personas que habitan la calle en Rosario. El agravamiento de las condiciones que impuso la pandemia puede haber acrecentado este universo de vulnerabilidad. Casi todas deambulan por el macrocentro y puntos clave como la terminal de ómnibus.

La mayoría de las personas ya son conocidas por los operadores de calle, incluso han transitado como huéspedes temporales de los refugios disponibles. No obstante, observó, que el año pasado emergieron en este grupo algunas familias o parejas, excluidos por contingencias propias del desempleo. La mayoría se compone de varones, adultos jóvenes, muchos con problemas de consumo de sustancias, y precedidos por un contexto de violencia, ya sea intra familiar o por conflictos interpersonales en sus barrios de origen, factores que los empujaron a vivir en la calle.

“Hacer este censo representa un progreso, resultado del trabajo que venimos desarrollando hace años en la ciudad para visibilizar la problemática y dar respuestas a quienes están en situación de calle. Es mucha más la gente que necesita ayuda”, reparó Rocío González, de la agrupación Empoderar para transformar.

José Luis Tabares, del área social municipal, precisó que buscan "conocer el número de personas en situación de calle, pero también conocer sus características, cuánto hace que están en situación de calle, cómo es su entorno familiar, situación laboral y educativa, para realizar una mejor planificación de las acciones a ejecutar, en el corto plazo, para el operativo invierno, así como para desarrollar otras políticas que se sostengan a lo largo del tiempo”.