Entre los varios síntomas que puede presentar un cuadro por coronavirus, uno de los que más preocupa es la hipoxia silenciosa, ya que justamente por ser "silenciosa" suele ser detectada demasiado tarde. 

La hipoxia es la disminución de la cantidad de oxígeno en la sangre generalmente acompañada de disnea, es decir, dificultad para respirar, falta de aire. La hipoxia silenciosa, en cambio, es aquella en la que hay una disminución de la saturación de oxígeno en la sangre sin que el paciente tenga una dificultad respiratoria

Lo que ocurre, por lo tanto, es que los pacientes se enteran de su hipoxia cuando la saturación de oxígeno ya es demasiado baja, lo que dificulta la asistencia de los trabajadores y trabajadoras de la salud para revertir el cuadro

Aunque son pocos los casos registrados en la actualidad (se estima que solo se presenta en un 5% de los enfermos por covid-19, en la segunda semana del inicio de síntomas), es un tema que preocupa a los especialistas.

¿Cuál es la saturación normal del oxígeno?

La saturación normal de oxígeno en la sangre oscila entre 95% y 100% y cualquier nivel por debajo del 90% se considera anormal. 

Al respirar el aire de la atmósfera ingresa a los pulmones. Allí se produce el intercambio gaseoso: entra el oxígeno a la sangre y sale el dióxido de carbono. El nivel de saturación de oxígeno, que es vital para el ser humano, es controlado por el cerebro y nunca llega al 100 por ciento sino que oscila entre el 95 y el 96 por cierto.

Sin embargo, tanto por la falta de oxígeno en el ambiente como por la presencia de alguna enfermedad, en este caso el coronavirus, puede ocurrir que el oxígeno no llegue correctamente a la sangre y la saturación comience a caer. En ese caso el cerebro detecta bajo nivel de oxígeno en los glóbulos rojos no tienen oxígeno y activa una alarma que hace que las personas perciban que se ahogan y se inquienten.

En el caso de la hipoxia silenciosa, esa sensación de ahogo no se presenta. Los especialistas explican que son pocos los pacientes con coronavirus que tienen saturación de 85 por ciento o de 84 por ciento y no se dan cuenta de que su cuerpo está en hipoxia. Una hipótesis es que tienen un daño cerebral, como si el sensor se hubiera estropeado y no detectara el nivel de hipoxia.

La importancia de la detección temprana

En algunos casos de pacientes con coronavirus, los tratamientos tempranos con oxígeno pueden evitar el ingreso a una unidad de cuidados intensivos (UCI). 

Por lo tanto, cuanto antes se detecte la hipoxia y se inicie el tratamiento, mejores serán las perspectivas de la recuperación. 

El oxímetro de pulso, indican algunos especialistas, es un dispositivo simple que se puede tener en casa y que podría ayudar a personas que desarrollan otros síntomas a supervisar la hipoxia silenciosa.