Las palabras de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, sobre nuestra soberanía e historia, y la irresponsabilidad de sus dichos frente a la sociedad desenmascaran la política de sumisión perpetuada durante los cuatro años de la gestión Macri, y su desprecio por las causas nacionales, particularmente por la Causa Malvinas.

La brutal frase "Las Islas Malvinas se las podríamos haber dado [a Pfizer]”, dicha en un programa de televisión, nos golpea y nos hiere en lo más profundo de nuestro sentimiento malvinero.

Con la misma liviandad con que Macri expresó: "Las Malvinas son un gasto”, la presidenta de su partido se pronunció sin ningún atisbo de inocencia, dejando al desnudo sus convicciones más profundas, poniéndonos en peligro, y  a la vez convocándonos una vez más a reafirmar la conciencia soberana y el compromiso con nuestras Islas, como una causa nacional.

Pareciera no alcanzar con oponerse sin fundamentos a cada una de las medidas que toma el Gobierno Nacional para subsanar los efectos de la pandemia. Querer entregar nuestros derechos de soberanía y poner en riesgo nuestro territorio a cambio de negociados con laboratorios, se asemeja a cada una de las políticas anti patria que impulsó la gestión Macri.

Lejos de sorprendernos, estas expresiones confirman que para Juntos por el Cambio siempre terminan prevaleciendo los intereses más espurios por encima de los intereses del pueblo argentino. En este caso, son los de un laboratorio estadounidense, pero antes fueron la voracidad de los Fondos Buitres o la ambición personal de Mauricio Macri, que en su intento de ser reelecto, nos expuso irresponsablemente a los entretejidos de la timba financiera, endeudándonos una vez más con el Fondo Monetario Internacional.

Esta declaración resulta de suma gravedad porque atenta contra una política de Estado construida por el pueblo argentino a lo largo de toda nuestra historia, defendida en el plano internacional por representantes de gobiernos de distintos espacios políticos y consolidada en la cláusula transitoria primera de nuestra Constitución Nacional. También respaldada por todas las fuerzas políticas de las comisiones de Relaciones Exteriores de las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Nación acerca de que la disputa entre los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte acerca de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur,  debe resolverse pacíficamente, de acuerdo con lo dispuesto por la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 2065.

Con su afirmación, Patricia Bullrich ofende la memoria de los héroes y heroínas que dejaron su vida por el reclamo de nuestras Islas Malvinas y desprecia el sacrificio de las y los miles de compatriotas que allí pelearon por la recuperación de nuestro territorio.

La Causa Malvinas volvió a estar en la agenda política en el gobierno de Alberto y Cristina.  Los argentinos y las argentinas nunca vamos a retroceder en nuestro reclamo por el ejercicio efectivo de nuestra soberanía sobre las islas. Seguiremos firmes, el tiempo que sea necesario, hasta que nuestra bandera celeste y blanca vuelva a flamear en los cielos de nuestras Islas Malvinas.

Como argentino, como fueguino y sobre todo como malvinero, repudio enérgicamente estas declaraciones e intencionalidades. Mi absoluta solidaridad con las y los ex combatientes, familiares y todo el pueblo argentino que defiende y defenderá incondicionalmente esta causa nacional.

Hoy y siempre, las Malvinas son argentinas.

El autor es senador nacional por la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.