Los juguetes tienen un impacto muy fuerte en la construcción de la identidad. Y muchas veces la forma en que se ofrecen y se ponen a disposición de niños y niñas refuerzan y consolidan estereotipos de género.

No quiere decir esto que existan juguetes para niños y para niñas. Lo que hay son expectativas sociales sobre lo que es ser niño o la niña que atraviesan los juegos y juguetes, como permean otros productos culturales y son parte del entramado en el que lxs niñxs crecen, piensan y construyen sus experiencias.

En publicidades y jugueterías la oferta mayoritaria para las niñas aún incluye elementos de juego relacionados con la maternidad y el mundo interior, las tareas domésticas, la estética y el cuidado, mientras que para los niños los juegos están orientados al mundo público: autos, naves espaciales, aviones y aventuras, exploración.

Estos estereotipos además se reproducen en los consumos culturales de los chicos y chicas: en los productos audiovisuales infantiles, lo común es que los varones lideren y las mujeres acompañen, que los personajes masculinos sean aventureros, intrépidos, valientes y que los femeninos estén motivados por el amor, el romance, el cuidado del otro.

Todo en el universo de los ksi-meritos pareciera estar en función de construir un mundo dirigido a las niñas donde se las interpela exclusivamente como cuidadoras promoviendo las tareas de cuidado de un bebe recién nacido. Desde la forma de comunicar apelando a la recreación en las piezas promocionales de escenas de la década del 50 con niñas cantando en grupo en la cocina o en la peluquería como ámbito natural hasta los colores, los mensajes apelativos y la ausencia de varones en el discurso del cuidado construyen un sentido profundamente sexista respecto a lo implica ser niña que idealiza la maternidad como aspiración principal.

Este tipo de construcciones termina por fortalecer las desigualdades entre mujeres y varones y las relaciones de poder que subordinan al género femenino respecto del masculino.

* Especialista en medios de comunicación e infancia, directora de Pakapaka