Celebraciones callejeras improvisadas estallaron en España cuando el reloj marcó la medianoche del domingo, lo que significó el fin del estado de alarma por el coronavirus y el levantamiento de toques de queda nocturnos en varias regiones del país. En las principales ciudades españolas se brindó y festejó sin ningún respeto por medidas como el distanciamiento o el uso de tapabocas, a pesar de que las cifras de contagios por coronavirus siguen siendo preocupantes.

En Madrid los jóvenes salieron a festejar principalmente en la Puerta del Sol y la policía se vio forzada a hacer 450 intervenciones, aunque no hubo detenidos. "La libertad no consiste en romper las reglas", expresó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. "Lo que hemos visto son escenas despreciables", dijo el político conservador, comentario llamativo viniendo de alguien alineado con Isabel Díaz Ayuso, reelecta presidenta regional y vocera de los anticuarentena.

Lo mismo ocurrió en Barcelona, donde la medianoche se recibió con petardos y gritos de alegría. La Guardia Urbana, en coordinación con la policía regional, tuvo que desalojar a cerca de 6.500 personas de 31 espacios distintos de la ciudad catalana. La situación se repitió en otras ciudades españolas como Sevilla, Bilbao o San Sebastián.

España dejó a partir de este domingo de estar en estado de alarma, lo que significa que se podrá viajar entre regiones y el toque de queda se levantará de forma generalizada en los territorios. Aunque se recupera la movilidad, los españoles deberán seguir cumpliendo ciertas medidas como el uso de barbijo y el distanciamiento social.