Una semana después de que el presidente Donald Trump adelantara que hoy habría un "gran anuncio", Mnuchin confirmó que también habrá una quita para todos los contribuyentes y una simplificación del sistema impositivo, en consonancia con la promesa electoral de promover una "reforma fiscal histórica" en caso de ser electo.

Las masivas reducciones de impuestos no solo beneficiarán a las grandes empresas sino también a la clase media en Estados Unidos. Mnuchin, sin embargo, sostuvo que la reforma no afectará las inversiones previstas para desarrollar la infraestructura general de Estados Unidos, que contempla obras por 1000 millones de dólares para carreteras, puentes, túneles y aeropuertos. 

Es probable que la implementación de la reforma fiscal tome varios meses a pesar de que las dos cámaras del Congreso están en manos de los republicanos, ya que representarán una carga adicional para el presupuesto de Estados Unidos. 

La administración Trump, además, ordenó por decreto una revisión de las leyes fiscales puestas en marcha en 2016, para determinar si suman una carga financiera injustificada para los contribuyentes, a pesar de que habían sido promulgadas por su predecesor demócrata, Barack Obama, tras la crisis financiera de 2008, y con el propósito de evitar que los contribuyentes volvieran a pagar por la especulación de los bancos.