Víctor Hugo Morales está de regreso. Tras un mes y medio de internaciones y rehabilitaciones por las consecuencias que le dejó haberse contagiado de Covid-19, el periodista y relator volvió esta semana a su casa y retomó sus actividades laborales. De a poco, pero sin parar, tal su afición por el trabajo y la responsabilidad. Basta escucharlo para constatar que, pese a que conserva el tono de su voz y no abandonó su pelea contra las injusticias, no es aquel que era antes de que el coronavirus pusiera su vida en una pausa incierta. Hay algo en su mirada, en su sensibilidad, que se modificó para siempre. “Hay una penetración muy profunda de la cultura de la Covid. Estoy entre la gratitud y la admiración más profunda por quienes me salvaron la vida”, subraya a Página/12, sin dudar y sin exagerar. Claro que estar al borde de la muerte no lo cambió del todo. “Estoy dolorido con los que alimentan el proceso de contagios esparciendo ignorancia, actitud descabellada de medios y periodistas que por odio al gobierno y a la democracia empujan al daño”, afirma inmediatamente después.

Artesano de la palabra, luchador inclaudicable e implacable contra las injusticias que considera, Víctor Hugo no es el mismo pero tampoco es un desconocido. La pandemia no solo no pudo doblegarlo, sino que tampoco lo aleja de sus obsesiones ni de sus luchas. Al fin y al cabo, la “batalla cultural” es su razón de vida. Y ni su delicada salud aquieta su vitalidad. Aun atravesando el comienzo de una recuperación que le llevará meses, Morales no para. A la conducción a distancia de La mañana en la AM 750 (de 9 a 12) y a sus análisis (ahora) virtuales en C5N, donde retornará a la conducción una vez que esté vacunado, el periodista estrenará el sábado 15 un radioteatro de su autoría: “El reproche” será el título que a las 23 llenará el aire de la AM 750, en el ciclo del género que todos los sábados a la noche coordina la actriz Marina Glezer.

-¿Siente algún cambio post COVID en su manera de ver al mundo y a los demás? ¿Lo modificó en lo humano, en lo social, en lo profesional, en lo físico?

-El físico quedó devastado y estoy haciendo lo posible por recomponerme. En lo humano, se me profundizó la capacidad de amar y agradecer. Para mí, hoy un enfermero es algo sagrado. En lo social, no sé, porque todavía no he alternado lo suficiente. Al mundo lo veo en el colmo del egoismo, atrapado en la telaraña de un capitalismo más salvaje que nunca.

-Usted es un adicto al trabajo. ¿Cómo fue estar tanto tiempo alejado de su rutina laboral diaria?

-Soy una extraña combinación de adicciones. Fundamentalmente al trabajo, en todo lo que me gusta, porque nunca, jamás, lo he sentido como tal. Y también soy adicto al ocio. Al estar solo, a la música, y la lectura de horas y horas. Ese aspecto de mis placeres me ayudó en todo el tiempo que estuve aislado, me mantuvo con buena disposición y energía mental, espiritual, para afrontar este tiempo.

-¿En algún momento sintió que la muerte era una posibilidad?

-Me enteré de mi gravedad cuando había salido un poco del trance. Mi familia -que estaba al tanto- sí padeció muchísimo todo el proceso. Cuando me enojo con el mundo suelo decir “menos mal que ya estoy grande, que me queda menos”. Pero recuerdo que en una ocasión, al entrar a realizarme una tomografía, antes de ese pequeño túnel al que debía ingresar para hacerme el estudio, tuve un sobresalto de melancolía, de tristeza, de muerte.

-¿Qué fue lo que más extrañó en estos meses? ¿La radio, hacer catarsis analizando la realidad argentina mundial, ir al teatro, viajar, charlar con la gente?

-Todo. En ese orden o al revés. Tengo un gran apego por esas inclinaciones. Han hecho mi vida. La radio, la lucha, las artes, los viajes. Pero debo confesar que recién cuando pude hacer radio otra vez me sentí a salvo de la Covid, de todos los efectos terribles que me trajo. Hacer radio me liberó. Recién en ese momento empecé a soltar al coronavirus.

-¿Cómo ve la realidad argentina? 

-Veo mas que nada el ataque incesante contra la democracia. El poder real la detesta más que nunca desde que esa democracia puso a este gobierno en el poder político. Quedaron estupidizados, llenos de odio, de revanchismo, y no tienen  salida. La derecha en el mundo no quiere más la democracia tal como la hemos conocido.

-¿Cómo percibe el debate público y político en el país? ¿Cree que se discute lo importante, lo urgente, lo que vende, lo que imponen los medios?

-Todo eso. Pero más que lo citado, la lucha hoy en día es entre la mentira y la verdad objetiva. Por un lado, la demencia de los medios que llamamos dominantes que bombardean cada día la Casa Rosada por el enojo con las elecciones del 2019. Y por otro lado la refutación, siempre insuficiente, de los que les damos la batalla cultural.

Amor, liberación y deconstrucción

Más allá de la realidad a la que nunca le escapa, Víctor Hugo debutará como autor de radioteatro con “El reproche” en el ciclo que los sábados a las 23 coordina en la AM750 Marina Glezer (también conductora en la emisora de Pasajera en trance, los domingos a las 15). La obra -que se podrá escuchar por la frecuencia radiofónica, la web 750.am o a través de la aplicación de la emisora- cuenta con la dirección de Julieta Otero y un elenco de lujo: Cecilia Roth, Marcelo Subiotto y Divina Gloria le pondrán voz a los personajes de la ficción. “El reproche” cuenta la discusión de una pareja en la que la “infidelidad” se transforma en un fantasma que pone en riesgo la fortaleza y naturaleza de su amor. Lo interesante de la obra es que el planteo no parte de una cuestión moral, sino más bien cruzada por tiempos de independencia femenina y deconstrucción masculina.

-¿Cómo fue ese proceso de escritura en medio de la pandemia? ¿La trama está atravesada por la situación de salud que le tocó vivir?

-No. La obra que se escuchará este sábado comencé a pensarla y a escribirla en abril del 2020. Durante la pandemia escribí de todo, publiqué un libro, di prólogos para obras de otros, escribí unos poemitas que luego deseché, y también se me ocurrió desarrollar este diálogo teatral sobre el amor, los celos, el machismo, el feminismo. Cuando sentí que estaba listo, les envié “El reproche” a algunos amigos. Entre ellos estaba Marina Glezer. En sus devoluciones, la mayoría coincidía en que debía ponerle teatro a los diálogos y algún camino encontré, así que hice agregados. Marina me dijo que con algunos retoques, el argumento le gustaba para el ciclo de radioteatro de los sábados en la AM 750. Me emocionó. La directora Julieta Otero también aportó lo suyo, hicieron algunos arreglos para lo que es un radioteatro y ahí está, a punto de de alcanzar el aire radiofónico. Con un elenco que me emociona. Que ellos lean un texto mío me parece increible. Lo es. Y tras la adaptación al radioteatro, ahora tengo la fantasía de poder plasmarla en algún teatro, solo para permitirme ese desafío.

-¿Por qué se le ocurrió escribir una obra de ficción?

-Siempre hago ensayos escritos cuando tengo tiempo. Amo las palabras: buscarlas, jugar con ellas, desafiarme. “El reproche” nació con una frase que escribí de algo que me daba vueltas. Y luego alguien la respondió, y de pronto estaban conversando dos personas, una pareja. Decidí seguirlas en su batalla para ver hasta donde llegaban. Lo pase maravillosamente mientras escribía. Ojalá que me pase lo mismo cuando escuche el radioteatro.

-¿Qué se propuso abordar en torno al amor, la fidelidad y la diferencia de percepción sobre un mismo hecho entre el hombre y la mujer?

-Creo que estos años han traído cambios muy dificiles para el hombre, que sufre mucho ante la indepedencia de todo tipo de la mujer. Hay muchos hombres que no se bancan eso, pero al mismo tiempo hacen un gran esfuerzo por adaptarse.

El ciclo Vuelve

El regreso de un género

El ciclo de radioteatros Vuelve está en el aire de la AM 750 desde junio del año pasado. Surgió como un acompañamiento a la ciudadanía en tiempos pandémicos, con la idea de recuperar aquel viejo género radiofónico y “llevar el teatro a casa”, con obras originales y elencos rotativos. La coordinación general del ciclo está a cargo de Marina Glezer, que cuenta cómo fue el trabajo alrededor de la puesta radiofónica de “El reproche”, cuya postproducción estuvo a cargo del editor Gustavo Eimon: “Trabajamos el texto en conjunto con Julieta Otero y Víctor Hugo. Gracias a su amplitud y enorme experiencia como espectador teatral, pudimos conformar una conjunción artística extraordinaria. Después elegimos al formidable elenco compuesto por Cecilia Roth, Marcelo Subiotto y Divina Gloria. Hubo cuatro ensayos en la sala Caras y Caretas, con un estricto protocolo sanitario, en los que Julieta Otero los dirigió con una sagacidad y sutileza impresionantes. Y al momento de la grabación se vivieron casi tres horas muy lúdicas, cuyo resultado final creemos que va a conmocionar e interpelar al público radioescucha”.

Momentos

Un libro piazzolliano

La pandemia expuso al incansable Víctor Hugo Morales a tener que estar mucho más tiempo en su casa. Las restricciones a la actividad teatral y musical alejaron al periodista de su habitual rutina de disfrutar ir de una obra a la otra el mismo día en la siempre profusa oferta artística de la Ciudad de Buenos Aires. Ese cambio de hábitos le permitió no solo darle vida a “El reproche” sino también escribir junto a María Seoane Momentos, un libro dedicado al gran Astor Piazolla a propósito del centenario de su nacimiento. “Estamos muy felices. Hemos podido trabajar en algo que quienes lo pensaron, empezando por María Seoane, lo imaginaron como una joya. Y creo que desde el punto de vista editorial lo es”, cuenta Víctor Hugo sobre la publicación de Editorial Octubre, que se puede adquirir en la librería Caras y Caretas (Junín 365). “Tomamos treinta episodios, treinta momentos de la vida y obra de Piazzolla. Hubo un gran trabajo previo de Nicolas Tolcachier, un gran conocedor de la obra del músico, y hacedor y guionista del programa de radio Estación Piazzolla/100 años. A eso le sumamos la literatura de María, el estupendo aporte en la edición de Fernando Amato, y lo que yo pude sumar como piazzolliano, especialmente en la presentación y epílogo del libro. Fue extaordinario estar en ese proyecto”.