Redes. Viví tu experiencia         8

De José María Muscari

Elenco: Inés Estévez, “Rulo” Darian Schijman, Bimbo Godoy, Connie Isla, Nati Jota, Cande Molfese, Flor Jazmín Peña, Grego Rossello, Lucas Spadafora y Kuky.

Bailarines: Luz Silva, María Eugenia Garibotti, Tomás López y Matías Barraza.

Coreografía: Matías Napp.

Diseño gráfico: Emiliano Páez.

Diseño de iluminación: Federico Gluschancoff.

Diseño de vestuario: Anita Noseda.

Asistente de producción: Julieta Patto Beratis.

Producción general: Paola Luttini.

Asistente de dirección: Guadalupe Cruz.

Dirección: José María Muscari.

Funciones: martes, miércoles, viernes y sábados a las 21, por streaming: https://www.plateanet.com/obra/20841?obra=REDES_&paso=inicio


¿Por qué estamos obsesionados con las pantallas? De esa pregunta parte José María Muscari para construir su nuevo espectáculo con el que busca indagar en herramientas que se usan mucho, pero se piensan poco: las redes sociales. Y precisamente ahí, en el abordaje de la virtualidad a través del teatro -arte presencial por antonomasia- es donde radica el primer gesto rupturista de la propuesta.

Aclaración necesaria: Redes es una obra que actualmente puede verse vía streaming, en un formato de teatro filmado, debido a las suspensiones que rigen para realizar funciones en sala, pero la presente crítica, consciente de esas limitaciones, pretende rescatar el espíritu de la obra original que llegó a estrenarse sobre tablas.

Siguiendo, entonces, ese análisis, Muscari lleva al escenario un mundo cuya esencia es intangible y alejada de los códigos del convivio. Y para hacer efectivo ese cruce, suma más estrategias que se desvían del teatro convencional, porque en Redes la mayor parte del elenco está compuesta por intérpretes que no son actores (a excepción de Inés Estévez), mientras que el celular -como artefacto que en su lógica obstaculiza la representación teatral- es incorporado como un elemento que no interfiere sino que complementa lo que ocurre en escena. Es por eso que, a contramano de lo que se solicita habitualmente, se le pide al público que dejen encendidos sus celulares (avanzada la función, se le pedirá incluso que los usen). Basta echar una mirada a la trayectoria de Muscari para saber que la transgresión es inherente a su oficio como director y dramaturgo, y en ese sentido esta puesta no hace más que confirmarlo.

Pensada como una secuela de Sex, su anterior espectáculo que también está disponible en streaming, Redes se presenta -en términos de su creador- como un “show conceptual”, una suerte de “Black Mirror teatral” donde quedan desnudos todos los mecanismos de la dinámica digital. Y en ese rol, de revelar verdades incómodas, aparece Estévez, pensada por Muscari como una suerte de Alicia (la del País de las Maravillas), que en este caso ya no se encuentra con orugas ni gatos sonrientes sino con jóvenes influencers con quienes se cruzará en una batalla dialéctica cultural y generacional.

De un lado, una actriz que confirma sentirse atraída por el universo de las redes sociales a la vez que persiste en desentrañar su lado más oscuro. Del otro, jóvenes que viven por y para unas redes en las que cosechan millones de seguidores, mientras también se enfrentan a los efectos nocivos de ese intercambio, como la cultura de la cancelación, los haters, el “ghosting” y sus repercusiones en los vínculos sexoafectivos y el “like” como valor de cambio. Y en el medio, un presentador que busca oficiar de árbitro entre ambas partes (“Rulo”) pero fracasa en el intento.

La realidad multidimensional de la virtualidad se expone en la obra. Y así como no existe romantización, tampoco hay miradas apocalípticas, y es por eso que el show habilita que la influencer Connie Isla difunda su militancia vegana, y que Lucas Spadafora exponga sus ideas a favor de la diversidad o Bimbo plante bandera contra la gordofobia. Todas temáticas que aparecen en escena para desmitificar la creencia de que en las redes sólo hay lugar para causas frívolas y cuerpos hegemónicos (aunque esa siga siendo la regla).

La puesta de Muscari, de manera astuta, no alude a la pandemia pero se sirve del contexto, ineludiblemente, para potenciar las reflexiones que circulan en escena. En esa atemporalidad prima el debate acerca de una realidad hoy exacerbada pero que trasciende el presente y llegó para quedarse. No hay en Redes respuestas ni verdades absolutas sino más bien preguntas que motivan a pensar y repensar nuestra fascinación por lo virtual.