La Justicia condenó a 3 años de prisión condicional y seis de inhabilitación al comisario Carlos Rodríguez, quien llegó al banquillo acusado por un hecho de apremios policiales del año 2015, cuando se le imputó haberle pegado con un palo de un metro y medio a un hombre que estaba demorado en la comisaría 2°, donde el imputado era titular.

En el inicio del juicio la fiscal Karina Bartocci solicitó pena de 4 años y la querella, representada por la Cátedra de Criminología de Derecho de la UNR, pidió 5. Ambos le atribuyeron efectuar "diversos golpes en el cuerpo usando un palo de un metro y medio", luego de que el hombre "solicitara agua". 

Víctor Ferrari relató que la madrugada del 4 de febrero iba caminando por Mitre y Pellegrini cuando un móvil del Comando lo detuvo. "No sabía por qué; me tiraron al piso, me revisaron la mochila, me esposaron y me cargaron en el móvil hacia la comisaría 2°. Me dejaron en un calabozo transitorio, donde había otro muchacho. Hacía calor, empecé a pedir agua y cigarrillos. Después nos trasladaron a otra celda donde no había luz solar ni eléctrica, sin baño, con humedad, estaba orinada y defecada. Empecé a pedir agua más fuerte. Ahí entra con un palo y me empieza a golpear, diciendo que él era el jefe, que ahí se hacía lo que él decía, que mandaba él", recordó.

Ayer, el querellante Santiago Bereciartúa manifestó que "teniendo en cuenta la masividad del fenómeno de violencia institucional y viendo los pocos casos que llegan a juicio, esta condena es importante". Además, "por lo que leyó la jueza Hebe Marcogliese, entendió que se dieron los hechos en tres modalidades del artículos, es decir, severidades, vejaciones y apremios ilegales", explicó el abogado que estuvo acompañado por la letrada Marcia López Martín durante el debate.