El economista y filósofo indio, Nobel de Economía en 1998, escribe contra las desigualdades y las injusticias del mundo desde hace más de cinco décadas. Él fue uno de los primeros en señalar que el crecimiento del PBI es una herramienta demasiado burda como para reflejar cabalmente el progreso económico de un país. A los 87 años, Amartya Sen ganó el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2021. “Desde una perspectiva cosmopolita e interdisciplinar, las múltiples investigaciones de Sen incluyen aportaciones a las teorías de la elección pública y del desarrollo, la economía del bienestar y otras dirigidas a descubrir las raíces de la pobreza y las hambrunas. Su enfoque de las capacidades de las personas se ha extendido al conjunto de las ciencias sociales”, argumenta en su fallo el jurado de esta edición, presidido por la historiadora Carmen Iglesias.

Sen (3 de noviembre de 1933, Santiniketan, Bengala) no pertenece a esa estirpe de economistas que suelen ser premiados por desplegar en el mundo académico teorías complejas o modelos matemáticos un tanto sofisticados para explicar lo que sucede en la economía capitalista globalizada. El Premio Nobel de Economía 1998 siempre recuerda que nació en un campus universitario. Su padre era profesor de química en la Universidad de Daca. Aquellos primeros años en India, entonces bajo el dominio británico, marcaron al niño Amartya. Nunca olvidó la terrible hambruna en Bengala, que acabó con la vida de tres millones de personas en 1943. Los miembros de las castas superiores e intermedias, a las que él pertenecía, no se vieron afectados por la tragedia, ni siquiera llegaron a percibir el sufrimiento de los demás. El economista y filósofo indio es reconocido por sus trabajos sobre las hambrunas, la teoría del desarrollo humano, la economía de bienestar y los mecanismos subyacentes de la pobreza. Su libro más destacado es Pobreza y hambruna: un ensayo sobre el derecho y la privación (1981), donde demostró que el hambre no es la consecuencia de la falta de alimentos, sino de las desigualdades presentes en los mecanismos de distribución de la riqueza. También ha publicado El desarrollo como libertad, Elección colectiva y bienestar social y La idea de justicia, entre otros.

Después de estudiar en India, Sen se instaló en el Reino Unido y formó en el Trinity College de Cambridge, donde se licenció en 1956 y se doctoró en 1959. Fue profesor de prestigiosas instituciones educativas como Oxford, Harvard, Cambridge, Stanford y Berkeley. Convencido de que lo humano está en el centro de la economía, en 1990 fue el artífice principal del Índice de Desarrollo Humano (IDH), utilizado en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que aúna tres criterios: ingreso por habitante, educación y esperanza de vida. Esta metodología inspiró otros indicadores, como el índice de bienestar económico (IBE), o el índice de “Felicidad Nacional Bruta” (FNB), elaborado por el reino asiático de Bután. El economista indio que vive en Boston (Estados Unidos) advierte que la tecnocracia de la economía puede paralizar los intereses de los jóvenes economistas porque la disciplina tiende a concentrarse en cuestiones muy específicas. “Es necesario ocuparnos no sólo de esos temas técnicamente importantes pero puntuales que deben ser estudiados, sino también del tema más amplio de cómo son las vidas humanas”, plantea Sen y agrega que a veces hay que cambiar el enfoque y la tecnología de la economía que se utiliza “para ser más sensible a los temas que tienen que ver con el bienestar y la libertad de la humanidad”.

El economista y filósofo indio recibió los premios Alan Shawn Feinstein World Hunger (1990), el Internacional Cataluña (1997), el Meister Eckhart (2007), el International Edgar de Picciotto (2012), el Charleston-EFG John Maynard Keynes (2015), el Johan Skytte (2017) y el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes (2020). “Soy indio, pero también soy asiático. Crecí en un entorno hindú, pero no me siento solo hindú -aclaró Sen en una entrevista con la revista española XL Semanal-. Me siento heredero de un linaje global”.