“La geopolítica de las vacunas es el nuevo territorio donde se juega nuestra real soberanía, desnuda un mapa de poder mundial plagado de abusos, codicias e injusticias, pero también ofrece un camino de cooperación para desplegar nuestras inmensas potencialidades”, aseguró el presidente Alberto Fernández en el cierre del Foro Internacional "Geopolítica de las vacunas. Hacia una estrategia argentina de desarrollo y producción”, organizado por el Consejo Económico y Social (CES), donde anunció que Argentina obtuvo financiamiento por 75 millones de dólares por parte del Banco de Desarrollo de América Latina–CAF para fortalecer el Plan Estratégico de la Vacunación contra la covid-19.

El nuevo crédito permitirá la adquisición de más vacunas, apoyar los gastos asociados a su distribución y fortalecer las cadenas de producción y nuevas iniciativas científicas: “La Argentina podría contar, de reunir todas las condiciones necesarias, con una capacidad de producción del ciclo completo de entre 35 y 40 millones de dosis de vacunas mensuales”, afirmó el presidente luego de elogiar los altos estándares de calidad de la industria farmacéutica local, que cuenta con 190 plantas de producción (160 de capitales nacionales) y con cerca de 40 fábricas públicas de medicamentos.

Uno de los principales desafíos para poder finalizar con la pandemia es terminar con la desigualdad, particularmente, del acceso a las vacunas. Bajo este lema, el Consejo Económico y Social reunió este martes a especialistas nacionales e internacionales para abordar el tema de la pandemia y la problemática de las vacunas a nivel global.

En el panel de apertura, los principales referentes de Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), Alianza para la Vacunación (GAVI) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) analizaron las consecuencias globales de la concentración de vacunas por parte de los países de más altos ingresos, cuál es la verdadera respuesta al desafío de producir la mayor cantidad de dosis en el menor tiempo, y en qué lugar está parada América latina, sobre todo en función de su participación en las cadenas globales de producción.

América latina y el caribe

A medida que avanza el proceso de vacunación, las brechas de producción y, más importante, de administración de dosis, se agrandan. Los datos compartidos por Carissa Etienne, directora general de la Organización Panamericana de la Salud, lo evidencian.

A nivel global, los países de altos ingresos administraron 67 veces mas dosis que los países de menores ingresos. La mayoría de dosis administradas en todo el mundo se concentran en el hemisferio norte: prácticamente toda Europa ha empezado a vacunar junto a Estados Unidos, Canadá y gran parte de Cercano Oriente (Israel lidera la campaña de vacunación en todo el mundo).

Como responsable de la OPS, Etienne complejizó el análisis desde el punto de vista de América latina y el Caribe, región dependiente de la importación de vacunas, medicamentos y tecnologías de otras regiones. La Comisión Económica para América Latina (Cepal) estimó que sólo el 4 por ciento de la tecnología relacionada con la covid se produjo en la región latinoamericana.

"Esta dificultad en el acceso no es aislada, se encuentra dentro de un contexto de dependencia que tiene la región", explicó. La industria de tecnología médica mostró déficit comerciales en todos los países de la región excepto Costa Rica, República Dominicana y México: "Aquí radica la importancia estratégica de la producción de vacunas: la región sigue siendo dependiente de las importaciones para satisfacer las necesidades de inmunizaciones. Los gastos brutos promedio en inversión y desarrollo alcanzan el 0,03 por ciento del PIB, muy por debajo de los países de altos ingresos", explicó.

Consecuencias de la concentración

Richard Hatchett, CEO de CEPI, fue determinante ante la pregunta sobre las consecuencias inmediatas de distribución desigual de la vacunas: una alta mortalidad de las personas y la posibilidad de prolongar eternamente la crisis económica y sanitaria. "La aparición de nuevas variantes mucho más peligrosas puede perpeturar esta crisis. Tenemos el potencial de restaurar la economía y la salud mucho mas rápido que al ritmo actual", aseguró.

Santiago Cornejo, director en GAVI, se centró en analizar el único mecanismo que, hasta ahora, se asemeja e intenta dar respuesta a aquello que el mundo manifiesta como "liberen las vacunas": Covax. De acuerdo a Cornejo, el mecanismo funcionó rápido y bien, pero con contratiempos: "No estamos contentos de estar tan retrasados respecto a la curvatura de vacunas en todo el mundo", aseguró, y atribuyó los retrasos a la complejidad propia de elaboración de las vacunas.

Uno de los puntos que el director de GAVI quiso dejar en claro es que, dada la capacidad de producción mundial, la demanda ante la OMC y la OMS tiene que estar centrada en la propiedad intelectual pero sobre todo en la transferencia de tecnología, que además requiere grandes inversiones. Para ello, se mostró muy enfático en la necesidad de contar con instrumentos financieros para responder a estas demandas. 

“De este desastre humanitario global, sólo saldremos mejores si entendemos que la solidaridad no es una opción, sino una obligación”, concluyó Alberto Fernández.