La denuncia de un delegado gremial en el hospital Eva Perón, sobre presuntos privilegios otorgados a algunas personas en la vacunación anti covid desató en las últimas 48 horas una tormenta de derivaciones políticas que salpicó hasta al intendente de Granadero Baigorria, y que ayer desencadenó la renuncia del vicepresidente de la EPE, Alberto Joaquín, uno de los vacunados antes de tiempo en ese efector, y la citación de la Cámara de Diputados al ministro de Gobierno, Roberto Sukerman, para rendir explicaciones. Ya con el revuelo en marcha, ayer los trabajadores del policlínico expresaron su apoyo al director denunciado y se desmarcaron del denunciante, un jefe interino de Enfermería y delegado gremial de Upcn.

El Ministerio de Salud provincial dio crédito a la denuncia y abrió una investigación administrativa. "No hay nada que ocultar, y si hubo privilegios habrá sanciones", había dicho el director de Tercer Nivel, Jorge Mediavilla. Eso hizo que la denuncia quedara firme. Y la filtración de nombres de los vacunados VIP precipitó las cosas.

Alberto Joaquín, de 78 años, presentó su dimisión al cargo que ejercía en el directorio de la Empresa Provincial de la Energía, luego de que trascendieran nombres de quienes entre enero y marzo fueron vacunados contra el covid 19 en el policlínico provincial de Granadero Baigorria, cuando la campaña recién comenzaba por los trabajadores de Salud. 

"A los 78 años asumí la vicepresidencia de la EPE, ad honorem. Pese a todas las dificultades que la pandemia generaba fui cumpliendo con las múltiples obligaciones que el cargo exigía. A mediados de enero de este año tuve una recaída en mi condición de hipertenso. Como esto potenciaba los riesgos que ya estaba corriendo, y perteneciendo la empresa a un sector esencial, solicité que se me vacunara para poder continuar cumpliendo con las exigencias que el cargo demanda", se justificó el ex dirigente del PJ al presentar su renuncia que Omar Perotti aceptó.  "Esto se realizó en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria los días 2 de Febrero y 11 de Marzo. Facilité mi documento y pedí que mi acto fuera agendado como corresponde y se me entregara el carnet correspondiente", agregó. Y negó haber ejercido influencias para participar del "vacunatorio VIP" que en la víspera había denunciado Ariel Pérez, jefe de Enfermería en ese hospital y delegado del sindicato Upcn.

El bloque socialista en Diputado aprovechó enseguida la situación y apuró una citación al ministro Sukerman para que comparezca y explique lo ocurrido, cosa que ayer fue aprobada sobre tablas (ver aparte).

Otro que se vio obligado a reconocer haber sido vacunado antes de tiempo, aunque no renunció, fue el intendente baigorrense Adrián Maglia. Este, de 69 años, recibió las dosis de Sputnik V el 27 de enero y el 24 de febrero. Ante la revelación imprevista de su condición, el jefe municipal alegó: "Soy una persona de riesgo por mi edad y tengo una patología cardíaca controlada, pero que se presenta como un riesgo frente a esta enfermedad". Por lo tanto, argumentó: "Por mi función y por mi condición es que fui vacunado, en medio de un clima de rechazo a la vacuna por el origen de la misma", remarcó.

Dentro de la lista de primeros vacunados fuera turno apareció también un delegado de Upcn San Lorenzo, José Luis Babaya, y familiares del director del hospital, Jorge Kilstein, principal objetivo de la denuncia del enfermero Pérez.

El Ministerio de Salud dio crédito a la acusación del vacunatorio VIP y abrió una investigación interna. Mientras tanto, ayer numerosos trabajadores del hospital realizaron un abrazo solidario en apoyo de la gestión de Kilstein, y tomaron distancia de Pérez y su representatividad gremial. 

Mar de fondo

Enfermeros, mucamas, médicos y personal de maestranza del Eva Perón se plantaron ayer para bancar al director. "Estamos para apoyar la gestión de este hospital en momentos tan difíciles. Ahora tenemos dos edificios que atender, es justo apoyar a la gente que puso garra a esta situación y que trabajó con sinceridad y ganas", dijeron. Por el contrario, cargaron contra el delegado Pérez: "Quien emplea el maltrato como herramienta de comunicación es el denunciante, cuya solvencia profesional como referente de enfermería e idoneidad moral son cuestionadas en cada rincón del Hospital", señalaron.

Los empleados no negaron que hubo vacunados fuera del personal de esencial que tenía prioridad en el verano. Pero aseguraron que Pérez disparó contra Kilstein "porque no cumplió con su capricho de beneficiar con una jefatura a dedo a su mujer". Y recordaron que el enfermero está "denunciado y bajo investigación por infringir la Ley Provincial de Violencia Laboral, por maltratar y acosar a una compañera quién debió ser trasladada para protegerla de su persecución", concluyeron.