Tras incontables idas y vueltas, la Copa América de la discordia finalmente tuvo luz verde y se inició con un holgado triunfo del conjunto dueño de casa. Brasil hizo gala de toda su jerarquía este domingo y se aprovechó de una diezmada Venezuela (brote de coronavirus) para imponerse por 3-0 en el estadio Nacional Mané Garrincha, en Brasilia. Primer paso digno de gran favorito al título para el equipo de Neymar, autor de un gol y una asistencia.

Como era de suponer desde la previa, el abroquelamiento defensivo de la Vinotinto impidió la libre circulación ofensiva de los brasileños y los invitó a buscar a través de la pelota parada, convite que el elenco de Tité aceptó con gusto. Con Neymar (París Saint-Germain) haciendo gala de su teatralidad y la torpeza de algunos defensores visitantes a la hora de ir a presionar, sobraron centros de tiro libre y córner para el equipo organizador.

Y en uno de los muchos tiros de esquina que tuvo el conjunto de Tite en la primera parte (seis), la fórmula que se venía repitiendo sin éxito en los intentos anteriores, finalmente encontró su "eureka". Centro de Neymar desde la izquierda, anticipo de Richarlison (Everton) y la pelota que terminó en el defensor Marquinhos (PSG), quien haciendo gala de sus condiciones técnicas dominó con derecha y definió con un taco de zurda dentro del área chica. A los 23 minutos, el 1-0. La llegada del gol brasileño era una cuestión de cuándo y no de cómo.

La más linda de Brasil en un primer tiempo cortado fue un pelotazo largo de Marquinhos, quien con la precisión de un especialista le puso la redonda en los pies a Neymar a espaldas de la defensa. El de casaca número 10 se sacó a uno de encima como él mejor sabe y definió al primer palo, pero del lado de afuera. Pelotas paradas, juego aéreo, pelotazos que parten desde campo propio... Brasil hizo gala de su pragmatismo para dominar rivales mientras esperaba que sus genios creativos se iluminen cada tanto.

A pesar de lo acotado del marcador, la posibilidad de la igualdad venezolana se asemejaba a un guión de ciencia ficción. Avanzar hasta el área local ya era toda una gesta para la Vinotinto y, para colmo, en el arco estaba Alisson Becker (Liverpool), quien se quedó con los tibios embates de la visita. De todos modos, lo del conjunto conducido por el portugués José Peseiro, quien no contó con sus grandes figuras (Tomás Rincón, Yeferson Soteldo y Salomón Rondón) y tuvo que citar el sábado de urgencia a 15 nuevos jugadores tras el brote de coronavirus, fue más que hidalgo.

La principal virtud vinotinta fue la sana intención de salir siempre por abajo, algo que se dio reiteradamente ante las numerosas ocasiones en que Joel Graterol (América de Cali) tuvo que sacar del arco. Con un juego ordenado y de pases cortos, Venezuela protegió la pelota por varios pasajes del encuentro, de manera tal que, y aunque sin generar peligro alguno, la misma no pasara por los pies de los temibles delanteros locales.

Claro que cuando Brasil se hacía de la pelota, era otra la historia. A los 64, Danilo (Juventus) emuló una de las clásicas subidas de laterales verdeamarelos, se metió en el área, la tiró larga y cuando ya se le había acabado la cancha, Yohán Cumaná (Deportivo La Guaira) se lo llevó por delante. Neymar se hizo cargo del penal y, casi en cámara lenta, esperó que Graterol se tire sobre su derecha para, inmediatamente, empujarla hacia el otro lado y poner el 2-0.

La actuación vinotinta se desmoronó a los 88, con una secuencia de eventos desafortunados de la defensa que pareció sentir los efectos del afamado mote de la selección venezolana. El ingresado Alex Sandro (Juventus) sacó un pase desde su campo que encontró guiño en el pifie del defensor Luis Adrián Martínez (Deportivo La Guaira) cuando fue a anticipar... Neymar se fue solo, se pasó sin esfuerzo a un Graterol que salió apresurado fuera de su área y mandó el centro para que Gabriel "Gabigol" Barbosa (Flamengo) la empuje con el ombligo casi debajo de un arco desguarnecido. Sin sobresaltos, Brasil cerró su fiesta con goleada y ya puso su cabeza en la cita del jueves ante Perú. Lo de Venezuela, que se medirá con Colombia también el jueves, muy digno ante tamaño y contraproducente contexto.