El dirigente Edmur Pericles Camargo, de la organización de Brasil denominada M3G (Marx, Mao, Marighella y Guevara) permanece desaparecido y este miércoles 16 de junio se cumplen exactamente cincuenta años de su secuestro. Camargo llegó a Chile, en calidad de exiliado, en enero de 1971, y en plena efervescencia política del gobierno socialista de Salvador Allende. El 16 de junio de ese mismo año tomó un vuelo de LAN Chile a Montevideo portando documentos falsos y varias cartas para el ex presidente brasilero Joao Goulart. Durante la escala del avión en el aeropuerto de Ezeiza, agentes de la Policía Federal Argentina ingresaron a la aeronave, lo secuestraron y lo entregaron a militares brasileros. En ese momento Brasil era gobernado por una dictadura, al igual que la Argentina, que estaba comandada por Alejandro Agustín Lanusse. Al día siguiente, Camargo fue llevado en un avión de la Fuerza Aérea de Brasil con destino a Río de Janeiro. Pero desde entonces, nada más se supo de él.

Esta historia la cuenta en detalle Marcos Lohlé a Página/12. Con idea e investigación de Lohlé, el documentalista boliviano Roberto Alem dirigió Edmur desaparecido, un corto documental que podrá verse desde este miércoles en http://bit.ly/EdmurDesaparecido. Lohlé sabe muy bien de lo que habla: en 2010 fue designado por resolución ministerial para formar parte de un equipo cuya misión era relevar, seleccionar y recomendar documentos de la Cancillería argentina del período de la dictadura cívico-militar, para ser desclasificados. "Llevamos a Brasil y a Uruguay documentos que a ellos les podían interesar porque la Cancillería firmó memorándums con más de seis países, entre ellos, Brasil. Entonces Brasil nos entregaba los documentos que tenían que ver con la Argentina y nosotros le entregábamos los documentos que tenían que ver con Brasil", recuerda Lohlé.

"La idea del documental nació mientras yo estaba viendo los documentos de Brasil que fueron hechos públicos en el 2012. Los documentos me los acercó Jair Kriscke, dirigente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Porto Alegre", cuenta Lohlé a Página/12. "Hay muchos documentos importantes, ultrasecretos que se dieron a conocer en Brasil a partir de la acción de la Comisión Nacional de la Verdad de ese país. Eso fue entre 2012 y 2014. Cuando yo veía documentos que eran muy importantes los guardaba diciendo 'Acà hay una historia tremenda'", recuerda Lohlé. ¿Cómo puede ser que una persona fue secuestrada en el aeropuerto de Ezeiza por la Policía Federal Argentina y nunca se supo nada? Esa fue la pregunta que le sirvió como disparador para su investigación. "Porque en la Argentina nunca se publicó nada de todo esto. Es más: los amigos y los familiares de Edmur Pericles Camargo lo único que sabían era que se tomó el avión pero que a Montevideo no llegó. No podían tener explicación, como que a Edmur se lo había tragado la tierra. Ellos presumían que algo de esto había pasado. El documento apareció 41 años más tarde del hecho”, explica Lohlé,

Tanto es así que el autor de la investigación del documental asegura que aun hoy no se conoce todo lo sucedido. "Lo único que está es la comprobación del secuestro y de que lo llevaron a Río de Janeiro, pero qué pasó después no se sabe", refiere el autor de la investigación de Edmur desaparecido. El mismo encontró en ese hecho un antecedente del Plan Cóndor. "Los viejos militantes de izquierda de los ‘60 siempre decían que la articulación represiva existía mucho antes del Cóndor. Una prueba tan contundente como ésta fue lo que me motivó a escribir un artículo en Página/12  y después a hacer el documental. Estando en Bolivia, traté de dar con alguien que me ayudara a hacer el documental y me encontré con Roberto Alem, que me recomendaron, que es un experto en documentales. Cuando le conté se entusiasmó mucho. Y me dijo que era una historia tremenda y que la íbamos a contar. El me propuso referenciarla en el Cóndor para darle una dimensión más latinoamericana y una comprensión, como que estábamos contando un antecedente de esa operación. Roberto cumplió una función clave porque relató con imágenes lo que yo tenía contado con palabras. Y fuimos puliendo un poco cómo explicar qué hacía Edmur en Chile", señala Lohlé.

Después de ver muchos documentos de la Argentina, Chile, Brasil y de Uruguay, Lohlé se dio cuenta de que esta historia era trágica, pero con una dimensión política trascedente porque "lo que se muestra es que cinco años antes del inicio de la Operación Cóndor ya existía una articulación represiva que implicaba el secuestro, el traslado de un país a otro y la desaparición, que eran las particularidades del Cóndor", argumenta. Justamente en la Argentina gobernaba una dictadura militar que no era la de Jorge Rafael Videla sino la de Lanusse, pero que tuvo un rol fundamental en el destino de Edmur Pericles Camargo y de otros militantes. El presidente anterior, Roberto Levingston, había sido antes Jefe de los Servicios de Inteligencia. “La articulación represiva tenía mucho que ver con los servicios de Inteligencia de esos años. Incluso, la Argentina envió militares de la SIDE en forma secreta a todos los países latinoamericanos a partir de esos años. Antes del asesinato del Che, la Argentina ya mandaba en forma encubierta funcionarios de la SIDE para hacer Inteligencia a varias embajadas", expresa Lohlé.

Como se mencionó anteriormente, Edmur Pericles Camargo era un militante político y social de la izquierda brasilera de los años '50 y '60. Primero fue periodista de órganos partidarios. También participó en un movimiento campesino. Después del golpe, a medida que iban surgiendo las organizaciones armadas en Brasil, Camargo se incorporó a estas. "Finalmente se hizo un combatiente de esas organizaciones. Eso fue lo que lo llevó a la cárcel y luego al exilio en Chile. Su trayectoria fue la de un militante político-social que, empujado por las circunstancias de la dictadura, tomó un compromiso armado", subraya Lohlé.

La clave del destino de Camargo está en el documento Aditar. "Es la prueba fundamental que está escrita por el agregado militar brasilero en Buenos Aires, donde cuenta cómo le pidieron a la Policía Federal Argentina que interviniera, el modo en que lo secuestraron y se lo entregaron a ellos, cómo mandaron a pedir un avión militar a Brasil y de qué manera se lo llevaron en forma totalmente clandestina. Es la prueba criminal autoconfesada", denuncia Lohlé.

El investigador destaca la importancia del trabajo de recuperación de la memoria histórica que hicieron los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. "Yo lo halago porque el papel de Héctor Timerman en la desclasificación de la documentación fue muy importante. Timerman promovió varias desclasificaciones de documentos durante el gobierno de Cristina. Y Jorge Taiana ya había promovido otras en el gobierno de Néstor. Así que eso fue muy importante, tanto para las causas judiciales como para los organismos de Derechos Humanos y los familiares", concluye Lohlé.