Un testigo del hecho recuerda puntualmente una patada que David Moreira recibió en la cabeza y que le hizo sangrar la boca antes de entrar en convulsiones. Otro testigo cuenta que el conductor de un auto frenó, preguntó qué estaba sucediendo y cuando supo que se trataba de un ladrón aceleró con la puerta de acompañante abierta, que impactó de lleno en la cabeza del chico. Decenas de personas participaron del linchamiento del joven de 18 años en barrio Azcuénaga. Fue el 22 de marzo de 2014, y tres días después David murió en el hospital como consecuencia de un traumatismo encefalocraneano grave. Al momento, solo dos personas fueron imputadas, con la figura de homicidio en riña. El próximo 3 de mayo, habrá una audiencia imputativa por un tercer implicado. Así se avanza hacia la posibilidad de llegar a juicio por un crimen que intenta resistir al olvido.

Según Norberto Olivares, abogado querellante en representación de Lorena Torres, madre de la víctima, sobre Cristian A., el nuevo implicado, recaen sospechas desde el inicio de la investigación. Un testigo lo sitúa como la persona que arrojó sobre el cuerpo de David, ya inmovilizado por los golpes, la moto en la que el chico circulaba con su compañero al momento de concretar el robo que precedió al asesinato. Esta persona se sumará así a los otros dos imputados que tiene la causa. Nahuel P. y Gerardo G. fueron detenidos en septiembre de 2014 por pedido del fiscal de la Unidad de Homicidios, Florentino Malaponte. Estuvieron poco menos de dos meses detenidos e imputados por homicidio agravado, aunque finalmente se bajó la calificación a homicidio en riña y lograron la libertad después de pasar algunos días en prisión domiciliaria.

El 22 de marzo de 2014, cerca de las cinco de la tarde, David circulaba por las calles de barrio Azcuénaga con un acompañante que conducía una moto Guerrero 125. Al pasar por la intersección de Liniers y Marcos Paz, los chicos marcaron a una joven que iba con su pequeña hija en brazos, David bajó de la moto y se abalanzó sobre ella para arrebatarle su cartera. Al resistirse, la mujer gritó y logró la atención de los vecinos. Cuando los chicos pretendían huir, y antes de poder arrancar la moto, una camioneta estilo Fiorino de color claro los impactó desde atrás. Así fue que terminaron en el suelo y atinaron a darse a la fuga a pie: su compañero lo logró, pero David Moreira quedó entre un grupo de jóvenes. Ahí comenzó la golpiza que tuvo varias etapas hasta que llegó la policía cuando el chico ya estaba inconsciente. La cartera que había robado tenía 200 pesos y pañales. David murió tres días después del hecho, antes que pudiera ser sometido a la justicia por primera vez a raíz de un delito.

El acta de procedimiento que presentó en la causa el Comando Radioeléctrico menciona que cuando llegó la policía al lugar de los hechos, David estaba tirado en la calle con dificultades para respirar. Que inmediatamente pidieron la presencia del SIES, que tardó en llegar. Un policía llamó desde su teléfono personal para insistir y fue cerca de las seis y media que llegó la asistencia médica para trasladarlo al Hospital de Emergencia Clemente Álvarez. La presión de los partícipes del crimen generó un pacto de silencio y protección en Azcuénaga, aunque unos pocos testigos se animaron a contar lo que vieron.

Una vecina del barrio aseguró que varias de las personas que participaron de la golpiza frecuentaban el club Amistad y Unión, aunque al momento del hecho el lugar estaba cerrado. Otro testigo dijo que, intentando huir, David se topó "con un muchacho grandote que lo tiró de una piña". Ese fue el instante que dio inicio a la feroz golpiza a la que fueron sumándose vecinos y transeúntes: una señora de unos setenta años le pisó la cabeza, un muchacho ‑que sería el próximo imputado‑ le arrojó la moto encima, y así hasta que lo dejaron inconsciente. Pocos segundos de esta secuencia fueron registrados por un vecino que subió un video a YouTube. Otro testigo indicó que el linchamiento comenzó a mitad de cuadra y que luego David fue arrastrado hasta la esquina de Liniers y Marcos Paz. Esto último fue confirmado por la Policía Científica que, a través de un croquis de la sección Planimetría, dejó asentada la existencia de manchas de sangres en ambos sectores.

Malaponte considera que el linchamiento de un joven desarmado a manos de varias personas fue un homicidio en riña, delito que conlleva una pena máxima de seis años. En parte, esta figura la justifica y la ampara el consenso social que repara en el hecho de robo que protagonizó David antes que en el derecho a la vida o cuanto menos a la justicia. Pero también este desenlace que va mostrando la causa está relacionado a aspectos puntuales de la investigación que no abonaron a la identificación de más participantes en el asesinato.

Como si no hubiera existido, en la causa pasa desapercibido el instante en el que el conductor de la camioneta impacta la moto de los chicos desde atrás. Nunca fue identificada esta persona. Malaponte pidió informes sobre este punto a la Comisaría 14, en donde estuvo secuestrado el vehículo, pero nunca tuvo respuestas. Incluso la víctima del robo, el 16 de abril del 2014, confesó que en dicha comisaría la mujer que le tomó la declaración le aconsejó que no detallara ese momento del hecho para "no meter en problemas a la gente de la camioneta". En el expediente de la causa, la copia de la primera declaración testimonial de la víctima del robo no tiene ninguna firma, nombre o sello que dé cuenta de la identidad de la agente que tomó la declaración. Ese dato, al menos, debería estar en el libro de guardia de la Comisaría 14.

Otro implicado es un usuario de la red social Facebook, que después del hecho escribió: "Estuve ahí, qué paliza se comió, convulsionaba el loco, lástima que el otro hijo de puta se escapó".

Norberto Olivares intentará que prevalezca la postura de la querella: el crimen de David Moreira fue un asesinato brutal. La calificación con la que acusará a los imputados, sea homicidio calificado agravado por la participación de dos o más personas, o bien homicidio simple, dependerá de cómo se den los próximos pasos en la causa. También estará presente la posibilidad de que la Fiscalía quiera arribar a un juicio abreviado. "No solo acota la responsabilidad del hecho a tres personas, sino también acota las penas. El día de mañana se puede armar una banda de linchadores que van a saber que le van aplicar homicidio en riña y van a quedar en libertad si van a un abreviado", explicó el abogado a Rosario/12 sobre esta posibilidad. "La familia de David, más allá de que se le ofrezca dinero, quiere ir a juicio oral y público", agregó. Luego de la audiencia del próximo miércoles, junto a organizaciones sociales y políticas, brindarán una conferencia de prensa en la Fiscalía de Homicidios.