El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó ayer que está dispuesto a reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un, “bajo las circunstancias adecuadas”, aunque su portavoz  Sean Spicer  matizó después que las condiciones para que ese encuentro sea posible no se dan actualmente. Los comentarios de Trump se producen en medio de la escalada de tensión con Pyongyang por su reiteradas pruebas de misiles y su programa nuclear.  

El régimen norcoreano de Kim Jong-un aseguró ayer que impulsará “a velocidad máxima” su programa nuclear en respuesta a la creciente presión ejercida sobre el país por parte del presidente Trump. La posibilidad de que Pyongyang lleve a cabo su sexto ensayo atómico de manera inminente es una de las razones que más ha tensado durante las últimas semanas las complicadas relaciones entre Pyongyang y Washington, que no descarta una acción militar en respuesta a esa provocación.  En un comunicado, el Ministerio de Exteriores norcoreano denunció que “Estados Unidos esta haciendo mucho ruido a favor de más sanciones y presión de acuerdo con su nueva política de máxima presión y confrontación contra la República Popular Democrática de Corea RPDC, nombre oficial de Corea del Norte)”. 

En este sentido, el texto publicado ayer por la agencia estatal KCNA advierte de que el país asiático “acelerará al máximo las medidas para reforzar su programa de disuasión nuclear”. El comunicado repite además la idea de que Corea del Norte podría realizar “en cualquier momento y en cualquier lugar” su próxima prueba atómica. 

A mediados de abril unas fotos tomadas por satélite indicaban que la base nuclear norcoreana de Punggye-ri estaba “preparada y lista” para un nuevo test, ya que mostraban una persistente actividad. Aunque la detonación aún no se realizó, esto no impidió que la administración Trump haya subió la presión contra Kim Jong-un con la amenaza de una acción militar si Pyongyang sigue con sus provocaciones.