Hay en el universo de los ceos muy pocos que, por característica o idea, fueron adoptados por el Gobierno como interlocutores válidos con los sectores. Uno de esos pocos es Daniel Herrero, el titular de la multinacional japonesa Toyota y actual presidente de la Asociación de Fabricantes de Autos (ADEFA). En la compañía desde fines de los ’90, es hoy una especie de oveja negra que traduce con habilidad comunicacional casi el mismo mensaje oficial sobre la posibilidad de invertir en el país. Sorprendió en las últimas horas en una charla en el Rotary Club, donde habló de la relevancia de trabajar con altos niveles de componente nacional para ser “sustentables” y proteger el empleo; y puso la pelota del lado empresario al aseverar que las condiciones de desembolso no sólo tienen que ver con las características de la macroeconomía: “Argentina es viable si nosotros hacemos lo que tenemos que hacer”, expresó.

La conferencia virtual en la que expuso Herrero, arrancó con un ejemplo particular con el que graficó por qué y bajo qué condiciones los empresarios toman decisiones de inversión, más allá de los mitos sobre la seguridad jurídica y la cuestión tributaria. “Los voy a hacer trabajar un poquito para que piensen qué respuesta hubiesen dado. Este es un ejercicio que hice con un empresario japonés”, inició. “Le dije que analizara, viendo esta serie de evoluciones del PBI de un país, si estaba dispuesto a invertir en ese país. Piensen la respuesta, el japonés me dijo que no”, manifestó mostrando una placa con el gráfico de fiebre de evolución de la economía argentina.

“Entonces fui al siguiente slide -siguió- y le pregunte si invertiría en este país (sin decirle cuál). Un país con una pirámide poblacional súper sana, superavitario en alimentos, alfabetizado, no tiene conflictos raciales ni religiosos, sin desastres naturales, con reservas de gas, petróleo y litio y, obviamente, el japonés me dijo “si, yo en este país invierto sin ningún problema”. Y ahí yo le dije “es el mismo país, es la Argentina”. A continuación mostró cómo la empresa japonesa Toyota analiza el escenario de inversiones, que no sólo tiene que ver con considerar la marcha de la economía y las condiciones, sino un enfoque más profundo y a futuro. Mostró otro gráfico con picos de desembolsos de la firma en 2001, en el Tequila y hasta en la crisis de Lehman Brothers. “Con eso le di a entender que, si uno tiene un proyecto sustentable, con una visión de largo plazo, todos los proyectos se pueden realizar”, apuntó. En ningún momento de la charla Herrero apeló a muletillas convencionales del empresariado para esgrimir una queja que excuse la inversión. 

El Gobierno ve en Toyota un modelo afín a su pensamiento, por eso Herrero, que estos años entendió la relevancia de sentarse a negociar política, acordó medidas de beneficio para su sector, como menos retenciones a exportaciones incrementales. Es uno de los pocos en el Círculo Rojo que se mueve comprendiendo los tiempos y posibilidades de la política. “Hoy somos el productor y exportador número uno de Argentina. Este año se va a batir el récord de producción, aún en pandemia, y se va a pedir una ampliación de producción para el año que viene de 20 mil unidades. Entendemos que la Argentina es viable si nosotros hacemos lo que tenemos que hacer”, dijo ante los rotarios.

La teoría de la crisis cíclica

"Les voy a contar cuál es una parte importante de nuestro esquema de sustentabilidad. Cuando uno tiene un país como la Argentina, con vaivenes, no se puede hacer un proyecto sustentable con menos del 40 por ciento de contenido local, una Hilux tiene 42 y es igual de competitiva que una fabricada en la planta de Toyota en Tailandia, desde la que se exporta al mundo", expresó sobre un vehículo que es casi un commoditie y que es un boom de compras en el medio del crecimiento del campo argentino. 

A continuación, se explayó sobre el tema: "Un paragolpes de Hilux vale 70 dólares y un audio o sistema de seguridad, 800 dólares. Si nosotros no tenemos proveedores que generen esas tecnologías en Argentina, va a ser muy difícil poder mantener el contenido local", dijo y pidió pensar en la relevancia de producir la mayor cantidad de piezas en el país. 

El público del Rotary es un tribuna más bien conservadora y habituada a las discusiones estándar del poder económico. La última pregunta para Herrero fue en qué afectaban las medidas macroeconómicas y el contexto a las inversiones de la empresa. Herrero salió del área gambeteando: "nosotros entendemos que la región tiene crisis cíclicas y la única manera que teníamos de hacer proyectos viables era que sean sustentables. No podemos arrancar uno y suspender o despedir gente por causas económicas. Desde que arrancamos, cada vez que generamos un puesto nuevo de trabajo, tenemos la certeza de que el negocio es sustentable", devolvió.