Los números y previsiones económicas que manejan los más altos funcionarios del gabinete nacional diagnostican que las cifras negativas que se reportaron en mayo en diferentes rubros de la actividad, fueron sólo un traspié en una tendencia positiva, vinculado a medidas de cuidado por COVID y algún faltante de oxígeno en la producción, derivado a la atención de la pandemia. Así, en la Casa Rosada y el Ministerio de Economía aseguran que en junio volvieron a estabilizarse las variables y a mostrar un crecimiento con potencialidad de generar un alza total de la economía por sobre los pronósticos iniciales. El problema más serio en este frente, aún con la idea oficial de una curva descendente, sigue siendo la cuestión de los precios, un enigma abierto.

Como pocas veces antes, esta foto general coincide con los informes que tienen consultoras privadas de las más variadas, e incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI), que reformuló al alza el crecimiento de Argentina, situándolo en 6,4 por ciento. El Gobierno había estimado, informalmente y en declaraciones públicas (como la del titular de Diputados, Sergio Massa), que Argentina crecerá al menos 7 por ciento. Pero hay algunos más osados que especulan con que podría crecerse más del 8 por ciento. Esta alza, aún muy importante, es un rebote alto contra una economía 2020 que cayó 10 puntos.

En los escritorios oficiales, según constó Página I12, hay un paquete de datos que motivaron que varios ministros técnicos salieran a manifestar un cambio de tendencia. “La actividad económica muestra firmes señales de recuperación, con un desempeño heterogéneo”, explicó a este diario un alto funcionario técnico. Para sustentar esa idea, se evalúan ítems como el PBI del primer trimestre, los niveles y la tasa de inversión, el uso de capacidad instalada, la recaudación fiscal, y los indicadores de empleo.

En las carpetas oficiales figura que el Producto creció 2,6 por ciento sin estacionalidad en los primeros tres meses del año. En la comparación año contra año, el alza fue de 2,5 por ciento, primera suba desde el tercer trimestre del 2019. Así, se alinean tres mejoras consecutivas.

La inversión, en tanto, tuvo en el primer trimestre una mejora de 6,1 por ciento sin estacionalidad, aportando así 1,2 puntos porcentuales al crecimiento del PBI. Según los números que tiene el Gobierno la tasa de inversión es hoy 20 por ciento del Producto medido a precios constantes, y se recupera así del piso alcanzado en el segundo trimestre 2020 de 12,6 por ciento. Así las cosas, alcanzó -junto con el cuarto trimestre del 2020 con un 20,1 por ciento- niveles máximos desde el 3er trimestre de 2018.

Otro de los items que los funcionarios usan para hablar de recuperación es el uso de capacidad instalada: en mayo se ubicó en un 61,5 por ciento. En ese rubro, crecieron interanualmente 10 de los 12 bloques. Los más dinámicos,  protagonismo Industria Automotriz, Metálicas básicas, Textiles, Minerales no metálicos, Metalmecánica. Refinación de Petróleo tuvo en el mes el nivel más alto de uso de capacidad instalada, con un 75,4 por ciento. En paralelo, los datos del Centro de Estudios para la Producción, que depende del ministerio de Matías Kulfas, también observa una perspectiva positiva hacia adelante. 

Por otra parte, los ingresos tributarios tuvieron en junio un alza de 69 por ciento interanual, llegando a los 922.853 millones. Con es número, se acumulan 10 meses de crecimiento real. Ese nivel le permitió al fisco tener ingresos de niveles pre pandemia sólo en el primer semestre.

Por el lado del empleo, en el Gobierno analizan que se ubicó en 46,3 por ciento, lo que representa 1,3 puntos porcentuales más en comparación al trimestre anterior. Lo que se explica dado el aumento de la cantidad de ocupados. Así las cosas, respecto a la inflación, el tema más caliente, cerca del ministro de Economía, Martín Guzmán, sostienen que la tendencia viene siendo a la baja, todo a la espera de las cifras de julio. La mirada está puesta en que las paritarias, que ya se empezaron a cerrar con reaperturas al 45 por ciento, colaboren a que los salarios -que ya llevan dos meses perdiendo consecutivos perdiendo contra la inflación- terminen con saldo positivo sobre los precios.