El 38% de los hogares argentinos atravesó situaciones de inestabilidad laboral durante el 2020, como desempleo, cambio de un empleo formal a uno informal, entre otras, porcentaje que asciende al 44% entre las mujeres. Al ser consultados por sus ingresos, el 56% de los hogares declaró que eran inferiores a los de meses previos a la pandemia: este indicador se incrementa al 73% entre los hogares más pobres del país y al 60% entre perceptores de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que en el 81% de los casos, destina este dinero a la compra de alimentos. Ante este contexto, el apoyo del Estado es fundamental y valorado por la población (93%). Estos son algunos datos de la “Cuarta Encuesta de UNICEF: Impacto de la segunda ola de la pandemia COVID-19 en las familias donde viven chicas y chicos” y que contiene además información sobre las estrategias de cuidado y las dificultades para sostener la educación ante el impacto que la segunda ola de la pandemia tiene en hogares donde viven chicas y chicos.

“Los datos de la encuesta marcan que, en la situación de emergencia actual, en la que más de la mitad de los chicos y las chicas vive por debajo de la línea de pobreza, continuar fortaleciendo los sistemas de protección social es clave para evitar que crezca la indigencia", dijo Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina.

La Cuarta Encuesta fue realizada entre el 24 abril y 12 mayo de este año. Se relevaron 2869 hogares a nivel nacional y regional, representativa de todos los hogares con niños, niñas y adolescentes que viven en el país. El estudio indaga sobre temas vinculados a la infancia y la adolescencia en relación con su alimentación, educación, conciliación vida familiar y laboral de quienes los cuidan y acceso a trasferencias sociales, entre otros.

Entre los aspectos económicos, la investigación encontró que el 39% de los hogares reciben la Tarjeta Alimentar y otros apoyos alimentarios. Sin embargo, esto no impidió que el 25% de los hogares se endeudase para comprar alimentos. Además, el 41% de los hogares tuvo que dejar de comprar algún alimento por no tener dinero”. El impacto de la pandemia en los ingresos de los hogares también generó que el 25% de los hogares con niñas y niños dejen de pagar al menos un servicio como la luz, el gas o internet. En este sentido, UNICEF recomendó “sostener y reforzar los programas de protección social que apoyan a las familias para compensar la caída o pérdida de sus ingresos, especialmente con respuestas universales, no condicionadas y con capacidad de protección suficiente para cubrir a todas las niñas, niños y adolescentes, especialmente los que presentan una vulnerabilidad acentuada”.

Género

Las desigualdades por género, también se profundizaron adentro del hogar, como ha sido relevado por distintas investigaciones desde el comienzo de la pandemia. En esta encuesta, el 54% de las mujeres de más de 18 años entrevistadas expresó que, desde el inicio de la pandemia, tiene más sobrecarga por las tareas del hogar y de cuidado. Además, se profundizaron las dificultades de conciliación cuando las y los adultos del hogar tiene que salir a trabajar, lo que genera mayores situaciones de “cuidado inadecuado”: un 10% de los chicos y chicas se quedan solos en sus casas y un 7%, a cargo de un hermano o hermana menor de 18 años. En esa línea, otro dato que se destaca es el aumento de tareas de cuidados realizadas por adolescentes, como cuidado de niños o personas mayores con las que conviven (43%), hacer compras (70%) y cocinar o lavar (86%).

La encuesta también suma y complejiza la información disponible acerca del aumento de la violencia de género en los hogares. 190 mil mujeres sufrieron violencia y un 18 por ciento de los hogares mencionaron “mayores momentos de discusión o enojos”, algo que aumentó un 50 por ciento en relación a la encuesta realizada en octubre de 2020 en los mismo hogares.

Salud

El informe destaca una mejora en los indicadores referidos a los controles de salud y vacunación de las niñas y niños. Los hogares que no pudieron cumplir con los controles de salud pasaron de un 42 % en octubre de 2020 a un 7 % en mayo de este año y los de vacunación pasaron de 24 % a 7 %. Los principales motivos por los que no pudieron hacer los controles fueron la falta de turnos (50%) y el miedo al contagio (28%).

Por otro lado, cerca de la mitad de los hogares consultados, manifestaron que los chicos y las chicas de hasta seis años sufrieron alteraciones con las comidas en los últimos seis meses. Además, un 39% indicó que tuvieron alteraciones en el sueño y el 27% dificultades en la comunicación. Los y las adolescentes manifestaron que se sienten angustiados (33%), asustados (25%) y deprimidos (18%). Todos los indicadores aumentaron respecto de las encuestas anteriores.

Educación

El 6% de los hogares afirmó que algún niño, niña o adolescente que vive en el hogar abandonó la escuela durante 2020 (al menos 357 mil) y el 19% de los que abandonaron, afirmó no haber retornado en 2021 (al menos 67mil). El abandono tiene incidencia en todos los segmentos de la sociedad, aunque afecta en mayor medida a los sectores más vulnerables de la población.

En cuanto a la accesibilidad para las clases virtuales, un 58% de los hogares sostuvo que tenía conexión previamente a 2020, un 23% accedió a la conexión a internet durante la pandemia y un 19% aún no tiene acceso. El 83% los hogares que no tiene acceso corresponden a los dos estratos socioeconómicos más vulnerables del país. Por otro lado, el 47% de los hogares no cuenta con una computadora o tablet para la realización de las tareas escolares, con mayores desigualdades en NOA y NEA.

Ante la compleja situación de la educación, el organismo recomendó “implementar un sistema de re-vinculación escolar de las niñas, niños y adolescentes que no han retornado a la escuela y, asimismo, fortalecer las instancias de acompañamiento a las trayectorias escolares para garantizar que ninguno quede atrás y continuar priorizando los esfuerzos y condiciones para asegurar la mayor prespecialidad en las aulas”. Ante la necesidad de interrupción temporaria de clases presenciales, planteó que “es crítico avanzar rápido y de manera equitativa en la universalización y fortalecimiento de las políticas y recursos para garantizar la accesibilidad de clases virtuales, priorizando a los chicos y chicas en situaciones de mayor vulnerabilidad”.