Pues resulta que el arte sí salva vidas; y no en sentido figurado. Y ni siquiera tiene que ser de calidad, de considerar algunas opciones incluidas en el listado de canciones recomendadas por un reputado nosocomio estadounidense para que neófitos entrenen –y aprendan– la técnica de reanimación cardiopulmonar (también conocida como RCP). Correspondientemente intitulado Songs to Save a Life To, el playlist recientemente sugerido –y viralizado por webs anglo– no hace sino hacerse eco de la recomendación de docs muchos: que los tracks con entre 100 y 120 beats por minutos son utilísimas guías para que novatos memoricen el correcto ritmo a la hora de administrar compresiones (100 cada 60 segundos, para ser precisos) en el pechito de quien ha dejado de respirar, y su corazón, de latir, amén de mantenerlo con vida. Lo cual vuelve aún más irónico que el track que inicia la selección del Hospital Presbiteriano de Nueva York –la institución en cuestión– sea... “Stayin’ Alive”, de los Bee Gees, canción que –según especialistas en tema– es el ejemplo por excelencia, con sus 103 golpes por minutos. 

“Cuando la noticia de que una de sus empleadas había salvado a un hombre a través de RCP en el subte de NY trascendió en los medios, la clínica decidió aprovechar la atención ganada para recordar a la gente común cuál es el tempo ideal para que apliquen reanimación cardiopulmonar”, relata la web NPR acerca de una sonora iniciativa que incluye 40 tracks (léase, dos horas y media de musiquita para  entrenar salvataje). Donde, por supuesto, no falta “I Will Survive”, loor post-ruptura donde Gloria Gaynor enuncia enfáticamente que sobrevivirá (de recibir, cabe presuponer, correcta RCP); “Dancing Queen”, de ABBA, “Crazy in Love”, de Beyoncé; “Work It”, de Missy Elliot, entre tantísimos otros. Por caso, casi una humorada, “Quit Playing Games with My Heart”, de los Backstreet Boys, o “Heartbreaker”, de Mariah Carey. O, sin línea de continuidad, “Mmmbop”, de la antaño boyband Hanson, “médicamente aprobada para salvar personas”, aunque en el ínterin rompa sus pobrecitos tímpanos, ay...