Ernesto Jodos representa una de las referencias locales más firmes para el jazz, o en todo caso, para lo que más allá de lo que encierra un rótulo podría explicarse como música creativa contemporánea. El pianista acaba de agregar otro título a su extensa discografía, un disco publicado por el sello ears&eyes Records,que seguramente quedará entre los mejores de los últimos tiempos. Confluence se llama el trabajo en el que Jodos se propone como una de las puntas de un triángulo equilátero y portentoso que se completa con el contrabajista Mark Helias y el baterista Barry Altschul. “Este es un trío formado por dos grandes gladiadores del jazz contemporáneo, y uno un poco más jovencito”, bromea Jodos al comenzar la charla con Página/12.

Neoyorquino clase 43, Altschul está ligado a muchos de los impulsos vanguardistas que desde fines de los ’60 hasta acá agitaron el jazz y su onda expansiva. Paul Bley, Anthony Braxton, Chick Corea, Dave Holland y Julius Hemphill son algunos de los nombres a los que es posible asociarlo. Helias, por su parte, es un lírico de las vanguardias que a los 70 años registra conciertos y grabaciones con figuras como Don Cherry, Dewey Redman, el mismo Braxton, Ed Blackwell y Marilyn Crispell, por nombrar algunas. “La música de ellos es parte muy importante de la concepción de mi sonido, así que hacer este disco juntos fue para mí como tocar con viejos colegas”, asegura Jodos.

Confluence se articula con obras de los tres. Una selección de composiciones en las que cada uno despliega una poética personal. A partir de ahí, la formidable dinámica del trío sabe jugar con equilibrios y contrastes entre individualidad y diálogo, para elaborartramas siempre atractivas. “En este caso se da que los tres nos dedicamos a tocar música original, en muchos casos bastante compleja. Entonces, la idea de hacer un disco juntos trajo a la mesa esta experiencia: la de poner un juego amplios espacios para la improvisación sobre composiciones originales. En este sentido no fue necesario planificar nada, como era de esperar, las cosas se dieron naturalmente”, asegura Jodos.

Antes de concretarse en el sonido, el jazz es el oficio de la probabilidad y la práctica del encuentro. En esa dirección van los principios de la química necesaria para un trabajo como este, de altísima consistencia instrumental y sólidas ideas compositivas. Altschul y Helias frecuentan desde hace más de cuarenta años el mismo ámbito. Jodos conoció a Altschul en Buenos Aires hace más de quince años y desde entonces comenzó una colaboración periódica que además de viajes y giras compartidas produjo un disco en quinteto, todavía inédito. “Hasta el momento de grabar, con Barry (Altschul) habíamos tocado mucho juntos. Con Mark (Helias) nos conocíamos poco, sólo habíamos tocado juntos cuatro o cinco veces, que de todas maneras fueron suficientes para pensar en él a la hora de completar este trío”, explica el pianista.

Entre el inicio del disco con el amable “Waltz for thursday face” y el final con "Come again", ambas composiciones de Helias, se despliega una gama de recursos que desde distintos lugares expresivos desembocan en el lugar común del arte de un trío poderoso. El bebop de contornos abiertos que plantea Altschul en el ardiente “You can't name your own tune” y en la no menos cimbreante “Be outs’cool” –tema este que el baterista y el contrabajista grabaron juntos en Brahma, un disco de 1980 del que formó parte también el extraordinario trombonista Ray Anderson– se complementa con la economía pregnante de Jodos en el segundo y cuarto número de la serie “LL#” u otras piezas de Helias como la muy apreciable “Onthe QT”.

Las señales de este tiempo no están solamente en una música fresca y abierta. También la pandemia dejó sus rastros retrasando la salida de este trabajo grabado en 2019 en Nueva York, que ya se puede comprar en la plataforma Bandcamp y que en setiembre tendrá su edición en “físico”. “Soy muy feliz de haber logrado sacar este material, grabado con estos dos grandes, y editado en un momento donde hay gran incertidumbre acerca de cómo será el futuro”, dice Jodos.

El pianista cuenta que la elección de los temas para grabar se fue planeando a través de idas y vueltas de mail. “Barry (Altschul) me decía que eligiera qué temas de él yo quería hacer, ya que hemos tocado juntos muchas de sus composiciones, mientras Mark iba enviando temas, algunos ya grabados con otras formaciones y otros escritos especialmente para la sesión. Yo seleccioné dos temas viejos, de la serie“LL#” y un tema inédito”, explica.

-¿Llegaron al estudio con las músicas preparadas o dejaron márgenes para la sorpresa del encuentro?

-Fuimos mandándonos la música con anterioridad, así que pudimos mirarla por separado antes de encontrarnos. Luego fui a casa de Barry, y tocamos algunas piezas. Unos días después, hicimos un ensayo en casa de Mark, seguido de un súper almuerzo preparado por él y por su pareja, Claudia.

-¿Cómo fue el clima de la grabación?

-¡El clima de la sesión fue buenísimo! Lleno de bromas, historias, y mucho cariño entre todos. Resultó muy fácil tocar, encontrar un balance y meternos en la música.

-¿Qué es lo que destacás de Confluence?

-La energía que logramos en el estudio, que tiene que ver con el respeto y la admiración mutua, y el resultado musical en términos de la interacción grupal y el espacio para la expresión personal.

A la espera de que vuelva la posibilidad de viajar y concretar el encuentro que permita la presentación oficial del disco, Jodos impulsa su actividad en Buenos Aires. El sábado 28 de agosto se presenta en Cuerda Mecánica (Juramento 4686), al frente de un cuarteto que se completa con Juan Pablo Hernández en guitarra, Belén López en contrabajo y Nicolás del Águilla en batería.