A partir del 1 de septiembre se intensificará la presencialidad escolar en todo el país, con una reducción del distanciamiento en las aulas de 1,5 metros a 90 centímetros entre les estudiantes. En algunos casos, incluso, habrá "excepciones" que permitirán acortar aún más la distancia, siempre y cuando se garanticen tres medidas adicionales de cuidado: testeos obligatorios semanales, uso de barbijos de capa doble y presencia de medidores de dióxido de carbono. Así lo anunció el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, luego de reunirse con especialistas del Consejo Asesor para el Regreso a las Clases Presenciales. Este jueves se presentará (y aprobará) la propuesta en el Consejo Federal de Educación (CFE), que reúne a todos los ministros y ministras de Educación provinciales. "Están dadas las condiciones sanitarias y epidemiológicas para intensificar la presencialidad. Actualmente estamos transitando procesos de apertura en ámbitos laborales y recreativos y al único lugar que les estamos exigiendo medidas mucho más restrictivas es a la escuela", explicó Trotta a Página/12.

"Nosotros esto no lo presentamos ni en junio ni en julio, lo estamos presentando ahora a fines de agosto porque la realidad epidemiológica, con la mejora de los indicadores y el avance del proceso de vacunación, nos permite dar el paso", detalló Nicolás Trotta al finalizar la reunión con Consejo Asesor para el Regreso a las Clases Presenciales, en el que participaron representantes de Unicef, la OMS, la Sociedad Argentina de Pediatría, las cinco centrales sindicales, entre otres especialistas y funcionaries. En el encuentro se diseñó una propuesta que presenta varias modificaciones a los protocolos sanitarios actuales con el objetivo de intensificar la presencialidad en las aulas que, en el caso de aprobarse hoy en el CFE, se pondrán en funcionamiento en todo el país cuando comience el mes de septiembre.

La propuesta contempla tres escenarios posibles y refiere a una serie de "condiciones mínimas", sobre las cuales cada jurisdicción podrá sumar otras medidas adicionales. La "condición óptima" consiste en aquellas escuelas que puedan garantizar una presencialidad completa manteniendo una distanciamiento físico de 1,5 metros entre estudiantes. En el caso de que no se pueda garantizar, el Ministerio plantea una "condición admisible" que es la reducción de esa distancia a 90 centímetros, aunque sostiene que la separación entre les estudiantes con el o la docente deberá seguir siendo de 2 metros. En estos casos se deberá también incrementar "el requisito de la ventilación", no solo manteniendo abiertas las ventanas sino aumentando el tiempo de ventilación entre las clases. "En la Provincia de Buenos Aires estimamos que, con esta reducción a 90 centímetros de distancia, ya casi tenemos un regreso pleno a la presencialidad. Ahora, en las escuelas de algunas zonas urbanas es más complejo y por eso decidimos que, una vez que se haya agotado la posibilidad de uso de todos los espacios del establecimiento, se podrá disminuir como excepción aún más el distanciamiento", sostuvo Trotta.

Esta "excepción" es el tercer escenario, el cual permite un distanciamiento menor a 90 centímetros pero a condición de que sea "compensado" con otras "estrategias preventivas adicionales": la realización de testeos aleatorios semanales al 10 por ciento de la comunidad educativa de cada escuela, el uso de barbijo doble o triple y, finalmente, la utilización de medidores de dióxido de carbono. El Ministerio de Educación calcula que, en la Provincia de Buenos Aires, serán un poco menos de mil escuelas las que volverán a una presencialidad absoluta de este modo. Consultado por este diario si esta "situación de excepcionalidad" no era similar a la presencialidad actual de la Ciudad de Buenos Aires (que eliminó las burbujas y el distanciamiento, generando un fuerte cuestionamiento por parte de Trotta a principio de mes), el ministro respondió: "Nosotros no lo estamos planteando como regla sino como excepción. Nosotros tomamos esta decisión en un momento en el que las condiciones epidemiológicas estaban dadas, cuando lo hizo la Ciudad no era la misma situación sanitaria, además de que no plantean ninguna de las medidas complementarias que estamos proponiendo frente a la disminución del distanciamiento", alegó.

Los sindicatos docentes, mientras tanto, respondieron con cautela y esperarán a la reunión del CFE antes de emitir una postura oficial. Según un funcionario que participó del encuentro de ayer, los representantes gremiales "plantearon varias observaciones y reparos pero no fue un intercambio duro". En Ctera adelantaron que el jueves a la noche presentarán un documento, aunque una referenta de Suteba (sindicato de la Provincia de Buenos Aires que forma parte de Ctera) aseguró que "fundamentalmente" se guiarían por lo que diga el Ministerio de Salud. Por otro lado, un representante de Ademys denunció que la medida era "ridícula e irresponsable" y que respondía a "especulaciones electorales".