Apostar a la improvisación, al componente lúdico y teatral de la música. Esa parece ser la premisa central de Peppermint (2021), el reciente disco del dúo que integran la cantante, actriz y performer británica Jennifer Moule (alias Damsel Talk) y el pianista argentino Nicolás Boccanera. Un trabajo que se enmarca en el terreno del jazz, pero que excede sus límites. “El jazz para mí es un trampolín hacia otros lugares desconocidos. Siento como una obligación de perder un poco esa estética y abrirme a otras cosas, quizás porque es una música de afuera. El lenguaje del jazz nos puede propulsar a lugares más inciertos”, dice Boccanera.

El dúo surgió en plena cuarentena, el año pasado. Durante el confinamiento, el pianista y la cantante se encontraron con tiempo, ganas y fuentes para la inspiración. “Siempre estoy leyendo varios libros de literatura a la vez y anoto frases, ideas y sonetos. Entonces, agarré un soneto de Shakespeare, uno de Sylvia Plath, un poema de Emily Dickinson y los musicalizamos”, cuenta Moule sobre el germen del disco. Luego, trabajaron una idea sonora a partir de dos elementos claves: el despojo y el silencio. En esa búsqueda, una referencia importante fue el disco The newest sound you never heard, del pianista Ran Blake y la cantante y compositora de free jazz Jeanne Lee, ambos estadounidenses. “¡Es un disco fenomenal!”, dice ella.

“Nos inspiró mucho el vínculo de ellos más que la música en sí misma. La conexión, los espacios y el silencio. El despojo que genera un dúo, que no pasa en otras conexiones”, dice el pianista. “A veces los códigos de acción son más evidentes en formaciones pequeñas que en formaciones grandes”, cierra la idea. Al piano y la voz, en algunas composiciones se suman los aportes de Violeta García en cello y Sebastián Greschuk en trompeta y trombón a pistón. “Le dan una impronta más climática al disco y una sonoridad acústica”, explican. “Hay mucha improvisación. Casi la mitad del disco surge de la improvisación en el estudio”, revela Boccanera.

-¿Y el hecho de darle tanto lugar a la improvisación tiene que ver con el jazz?

Moule: -Siento que también viene de mi parte teatral, porque me gusta improvisar y me parece mucho más interesante eso. Si bien me interesa partir de un texto o algo prefijado, también está bueno construir desde la nada. Nos fascinan las dos cosas: la estructura y la no estructura.

Boccanera: -El trabajo con ella me fue adiestrando más a la idea de lo performático y lo escénico. Hay monólogos cuando ella canta que en vivo toman otro cuerpo escénico. En mi caso, la improvisación sale un poco del jazz, sí, porque básicamente me formé con ese lenguaje. Pero también me formé en el terreno de la música clásica y uso acá sonoridades más barrocas y contemporáneas. El disco es una especie de reciclaje de un montón de cosas, en cuanto a los textos, las sonoridades y los monólogos.

“Jugando con el archivo tanto literario como el sonido de objetos en desuso, el disco conserva la presencia de voces del pasado”, apuntan los artistas, que en este conjunto de nueve piezas musicales conjugan elementos del melodrama y el universo del jazz. Pero también dialogan con la música clásica. Dice el pianista: “En cuarentena volví a preparar repertorio clásico, cosa que no hacía hace muchísimos años. Volví a autores como Ravel, Messiaen y Brahms. Traté de llevar desde el piano esas sonoridades súper clásicas a algo que podía surgir en el estudio o que teníamos compuesto. Y al ser un disco a dúo, la sonoridad del instrumento un poco apremia en comparación con discos con una formación más grande”.

En algunos días, lanzarán el video de la canción “Peppermint”, a cargo del realizador Juan Pablo Tristán. Y en noviembre planean presentar el disco en una sala de jazz de La Boca. Ambos conocen muy bien el circuito de clubes de jazz porteño. Boccanera se ha presentado estos años en formato trío (con Diana Arias en contrabajo y Federico Isasti en batería); y Jennifer Moulé ha recorrido la ciudad con su sexteto. “Toqué mucho tiempo también con Camila Nebbia (saxofonista y compositora). Lo que me gusta de Buenos Aires es que siempre alguien te manda mensaje y te dice ‘hoy hacemos tal cosa’”, resalta la artista británica, que hace seis años elige Buenos Aires como su lugar para vivir.

“Me volví loca con todas las propuestas de teatro independiente”, dice sobre el principal motivo que la trajo al país. “¡Recorrí un montón! Siempre tenía como veinte flyers en mi cartera. Iba a ver todo, obras, varietés. Viví en otros países pero nunca encontré tanta calidad y cantidad como en Argentina en materia teatral. Empecé a hacer mimo en San Telmo y un taller me conducía a otro. En el ámbito del teatro, todos te recomiendan talleres y comparten la información”.