La película Tewok tendrá su presentación oficial en la provincia este 9 de septiembre próximo en la Usina Cultural. El audiovisual se basa en los relatos recopilados y narrados por el historiador y escritor weenhayek-wichí Laureano Segovia de las comunidades originarias del río Pilcomayo, en el norte de Argentina. Este trabajo fue dirigido y producido por Carlos Müller y Ricardo Bima

Segovia nació en Misión San Andrés, Formosa, en 1948 y desde muy pequeño vivió en Misión La Paz, en el noreste de la provincia de Salta. Müller contó que la película se proyectó de forma precaria antes de la pandemia, en enero de 2020, en la casa de Segovia en Misión La Paz, con un proyector "chiquito y una pantalla" y la gente se acercó con sus sillas. Recordó que fue un momento "muy emotivo". La intención era "recorrer varias comunidades con el cine móvil" para proyectar el trabajo pero esto se vio impedido por la pandemia.

La película también se presentó el año pasado en dos festivales internacionales, el de cine de la Patagonia (FICP) 2020 y el de Cine Austral (FICA) y se liberó en la semana del cine salteño. Sin embargo, también por razones derivadas de la pandemia, hasta ahora no tuvo una presentación oficial en la provincia, lo que se hará recién este 9 de septiembre. El director también contó que añadieron información relevante a la película, lo primero tiene relación con el fallecimiento de Segovia este año, el 3 de febrero. También se agregó que luego de más de 20 años de litigio, el 20 de abril del año pasado la Corte Interamericana de Derechos Humanos dio la razón a la Asociación de Comunidades Indígenas Lhaka Honhat en el reclamo que le inició al Estado argentino en 1998. La CorteIDH ordenó al Estado otorgar un título único de propiedad comunitaria de 400 mil hectáreas de tierras ancestrales, aunque "todavía no ha efectivizado", señaló el director.

Müller relató que Segovia trabajó en la recopilación de narraciones por más de 30 años. Resaltó que lo importante fueron sus razones para empezar a escribir, porque "perder la lengua originaria era como perder el territorio" por cuya restitución luchaban. A partir de 1990, Segovia coordinó el Taller de la Memoria, dedicándose a la recuperación de la historia wichí a través de la grabación y posterior transcripción al lenguaje escrito de relatos de los mayores en las comunidades del área del Chaco salteño. Luego, los textos escritos en wichí se tradujeron al castellano para poder tener el material en su versión bilingüe.

El director precisó que su relación con Segovia, principal narrador del audiovisual, comenzó en 1994 cuando se hicieron cambios en la Constitución Nacional en lo que refiere a los derechos que por primera vez contemplaron a los pueblos originarios. Lo conoció en la Mision La Paz y allí surgió una amistad. Müller dijo que pese a que hay derechos reconocidos "la justicia no los aplica, como el derecho a la tierra, entre tantos otros".

Entre 1999 y 2000, Segovia pidió colaboración a Müller con los textos wichí para editarlos en castellano. De este modo surgió en 2005 "Otichunaj lhayis tha oihi tewok" o Memorias del Pilcomayo, y en 2011, "Olhamel ta ohapehen wichi", que significa Nosotros los wichí. 

Segovia tenía dos libros previos, "Lhatetsel" o "Nuestras raíces, nuestros antepasados", editado en 1996; mientras que en 1998 publicó "Nuestra Memoria. Olhamel Otichunhayaj", de edición bilingüe wichí castellano.

Ante las dificultades para dejar registro de aquella memoria oral de los pueblos indígenas, Segovia empezó a recorrer los exlotes fiscales 55 y 14 para registrar las historias que le contaban lxs ancianxs, "los escribe en un cuaderno", haciendo el recorrido en bicicleta, y luego consiguió un grabadorcito. Más tarde le consiguieron una computadora. "Logra grabar más de 300 cassettes. Siendo el registro más grande que existe", sostuvo Müller. Ese valioso trabajo contiene narraciones de acontecimientos importantes para las comunidades.

Müller detalló que algunos soportes tenían más de 30 años y ante el peligro de perderlos digitalizaron más de la mitad de los cassettes, ya que la conservación era dificil por las altas temperaturas y el polvillo en el lugar.

La película toma la historia de vida de Segovia, abarca algunos hitos, como la toma de "contacto con los blancos"; la ida a trabajar a los ingenios azucareros Ledesma y San Martín del Tabacal. También se aborda "la cuestión del cólera", cuando llegó a la Argentina y el primer caso fue en Mision La Paz. El hijo y la nuera de Segovia murieron por esta enfermedad. Otro de los temas que se desarrolla es "la toma del puente sobre el río Pilcomayo que une (Misión) La Paz y Pozo Hondo en 1996" cuando hubo "un gran movimiento" de las comunidades de los lotes 55 Y 14 que se mantuvo por varios días. Además se aborda la importancia del río para Segovia y "cuestiones míticas como el arcoiris".

Gran parte de la película está contada en wichí, respetando las narraciones originales. Müller destacó que la riqueza de este audiovisual está en lo que muestra respecto a la cultura fuerte y presente de las comunidades del Chaco latinoamericano que mantienen su lengua. 

"Segovia ha sido una figura importantísima desde su trabajo silencioso e individual. Empieza a escribir por miedo a que se pierda la palabra (...). Es un trabajo único. Luego empieza a imitarse su práctica, ahora aparecen escritores que tienen mayor escolaridad y acceso a la educación, eso es un aporte muy grande", valoró Müller.

Tras la muerte de Segovia en febrero de este año, la película también es un "homenaje" a su existencia. Müller sostuvo que tanto Segovia como Francisco Pérez, histórico coordinador de Lhaka Honhat, fueron figuras que lucharon por la recuperación de la cultura y del territorio. Segovia tuvo covid y al poco tiempo sufrió un paro cardíaco, Pérez también murió a causa de la covid. Müller dijo que es necesario tomar conciencia de lo que está ocurriendo en los pueblos originarios en el contexto de la pandemia, ya que "las vacunas se reparten tarde, donde hay mucha necesidad".

"Todo lo que toca la película tiene un impacto político. El mensaje de Laureano también es político", destacó Müller. Mencionó la resistencia pacifica al agronegocio, a los intereses del Estado que muchas veces no da respuestas a sus demandas y el planteo de la restitución del territorio.

La película también se proyectará el 17 de septiembre en Rosario de la Frontera, en las jornadas de arte integrador que comenzó el poeta Jesús Ramón Vera. "Va a ir el cine móvil de la provincia", anunció Müller.

El director sostuvo que el audiovisual fue hecho con muy pocos recursos, "a pulmón, durante la época macrista, sin la posibilidad de acceder a recursos del INCAA". 

Segovia también fue pionero en la zona en la comunicación radiofónica, ya que junto a otros pobladores originarios de los pueblos wichí y chorote pusieron en marcha la radio FM Pilcomayo, trasmitiendo programas en su lengua. La radio acompañó trasmitiendo en directo la toma del puente internacional de Misión La Paz-Pozo Hondo en 1996. Más tarde Segovia continuó su programa Nuestra Memoria en FM Chaco durante varios años.

Según afirmó John Palmer, antropólogo y filólogo: “Como uno de los pioneros wichí de ese proceso, Laureano Segovia, a través de sus escritos, hace palpable la conversión del wichí-hablante de antigua estirpe en un wichí-escritor de primera generación. En ese sentido, deja traslucir la oralidad de la lengua wichí, sujeta siempre a la vocalización y, como tal, desconocedora de las restricciones impuestas por las reglas de la lectoescritura".

También el etnógrafo sueco Jan-Åke Alvarsson dedica uno de sus libros en honor al primer historiador weenhayek-wichí Laureano Segovia, en el que cita, rescata y valora su trabajo.

Segovia recibió el premio internacional The Ken Hale Prize otorgado por la Society for the Study of the Indigenous Languages of the Americas (SSILA) en Estados Unidos. En 2015 el INADI le entregó un reconocimiento a su labor y en 2017 el gobierno de Salta le entregó el Reconocimiento al Mérito Artístico.