La escritora, psicóloga y tarotista Paula Jiménez España (Buenos Aires, 1969) empezó a escribir los poemas de su nuevo libro, La suerte, en 2017. “El primero fue ‘La Emperatriz’ y surgió de un modo un tanto mágico, en el sentido de la inspiración, uno de los pocos casos en mi experiencia de escritura por el que puedo decir que existe algo así como inspirarse. Fue un domingo; viajaba en colectivo y de pronto empecé a escribir mentalmente los versos que grabé en el celular”. En la mayoría de los poemas, los arquetipos del tarot toman la palabra. 

“Había hecho algunos cursos de tarot pero fue recién ahí cuando empecé a pensar en producir obra a partir de estas imágenes oraculares. La Emperatriz es una carta relacionada con la maternidad que entonces representaba una decisión a tomar, y que tomé después, pero en el poema la carta se impuso como símbolo de la tierra. La preocupación por la situación catastrófica del planeta, la desconexión humana con lo instintivo y con lo sensible, el avance del desastre natural que ya nos tiene en su centro quedaron asociados a ella. Y empecé a sentir que sólo la cercanía con lo que nace podía salvarme de esa tristeza, de esa amargura”. Con diferencia de algunos meses, la autora dio a luz con su pareja a su hija Victoria, y luego a La suerte.

Mediante el recurso de la prosopopeya, arcanos mayores (y uno solo menor, el “traicionero” 3 de espadas) hablan a través de los poemas. “Yo sé leer la arena”, se lee en “Maga”; “Yo soy la tierra”, se presenta la Emperatriz en el primer verso; “Yo soy el puente, cruzo /de un lado a otro de este río”, dictamina el Papa (también llamado el conformista). Pueden revelarse por medio de la negación, como hacen la Papisa y el Diablo: “No soy / esa que puede sentir y comprender / su propio corazón, el ritmo alterno” y “Los opuestos / en mí porque no soy / sino la prohibición de serlo todo”, respectivamente. En el poema que corresponde a la carta-poema “El Mundo”, ese recurso se combina con el de la enumeración (tan homérica como borgeana): “Cuando todo fluía como un río / yo vi la maravilla, amar el sinsentido / lo que palpita y yerra”. A lo largo del poema, el ver mundano se desliza hacia ser y tener. “Lo tuve todo”.

“Mi relación con los mundos simbólicos que abordo es una, aunque esos mundos sean sistemas con leyes propias y en apariencia distintos –dice Jiménez España-. El tarot para mí ha sido una vía de sofisticación en el sentido de agudizar la percepción, de moverme por otro camino de entendimiento más independiente de la razón y de la especulación, y además más abierto y asociativo. Y como la poesía, es un mar de belleza y de incertidumbre. Estoy fascinada con todo lo que trae cada arcano igual al modo en que me fascino con el lenguaje poético”. Con la escritora Mercedes Araujo (que firma el texto de contratapa), coordina un taller donde se investiga la relación entre este “juego peligroso”, como diría Olga Orozco, y la poesía. El collage que brilla en la portada es de la tarotista y artista plástica Amina Chachi Azura. “Dice todo y más sobre el libro”, agradece la poeta.

Un yo poético, esotérico y sin límites, que quiere sobrepasar la subjetividad humana, está presente en gran parte de los poemas. “Tratándose de los arquetipos, ese yo adquiere una resonancia casi impersonal que, a su vez, ofrece una posibilidad identificatoria –señala la autora-. Puedo decir la palabra yo un millón de veces a condición de volverme lo otro, lo plural, vos, tocar nuevas aristas de esto que me tocó ser y que en verdad no tiene nombre. Lo que se describe como yoico en cierta poesía, no en toda, es una apuesta a lo personal biográfico, a la simbolización de un mundo reconocible. Pero también me parece que en la desesperación de este remolino capitalista que todo se lo traga el rescate de lo propio intenta restituir el sentido arrebatado”. A la carta del Loco, al final y con ternura, se le concede una perspectiva que ilumina el papel de la poesía: “Tan insensato él, como el poema / acontecido en la ofrenda de una mente / que del vacío saca su resplandor”.

La suerte

Paula Jiménez España

Caleta Olivia